Partida Rol por web

Cuando Petrushka se movío Cacharro abrió fuego desde lo alto de la colina, y lo hizo con la penosa pistola que empuñaba. Se vio un leve destello intermitente en la bocacha del arma, y el ruido de los disparos quedaron absorbido por la amplitud de la explanada. Los proyectiles rebotaron cotra el fuselaje del aparato y levantaron chispas furibundas de color anaranjado. Uno de ellos provocó la aparición de pequeñas grietas en forma de estrella en la poliplástico ultradenso.

Lo que se escuchó después fue el crujir del cuello del hombre cuando se partió en dos como una rama seca. El golpe que le había propinado el aparato lo mató en el acto.

El otro miraba la escena resultante como el que acude a un partido de tenis. Giraba la cabeza de un lado a otro, alternando la imagen de su compañero muerto con el rostro de Petrushka.

—Yo... yo... no he... yo... —levantó ambas manos. No tenía armas. En ese momento el aparato se dió cuenta que se había meado encima.

—¡Eso ha sido increíble! —exclamó el muchacho. —acto seguido se dirigió al de las rastas:

—¿Y ahora qué?. ¿Eh?. —preguntó. —¿Quién es el enano ahora? ¿Eh? ¿Quién?—. Parecía disfrutar mientras se cobraba su venganza.

Boliche balbuceó como respuesta un par de palabras que nadie entendió. Tampoco importaba. Realmente se encontraba en estado de shock. Entonces Ratón se fijó en el cuerpo sin vida que estaba tendido sobre la chatarra. Tenía el cuello torcido en una postura imposible. Después miró a Petrushka con un rictus completamente descolocado.

—¿Está?... ¿Está muerto? —. Había pensado que el chatarrero simplemente se había llevado una paliza, pero cuando vió el cuerpo torcido del muerto se asustó.

Por un lado tienes un cadaver y por otro a un tipo en shock.

¿Qué haces con Boliche? ¿Dejarás que se vaya o correrá la misma suerte que su colega?
¿Y con el cadaver? ¿Piensas enterrarlo o lo dejarás ahí tirado para que se lo coman las ratas?

Ratón espera una respuesta.

Petrushka no entendía bien la pregunta que le formulaba su amigo. Claro que estaba muerto. ¿No estaba contento?. Su rostro había cambiado a una expresión que no lograba comprender del todo. ¿Por qué no sonreía contento como antes?. Quizás era porque...

—¿Quieres que mate a este humano también?.

Sí, debía ser por eso. Claro. Ellos no eran amigos. Y, aunque no sabía bien que significaba eso, sabía que amigo era algo bueno. Por lo que no ser amigo debía ser algo malo. 

En cualquier caso, aquel hombre no era una amenaza, así que no tenía por qué actuar deprisa. Quizás por esa razón, esta vez se limitó a recoger el arma del cadáver y esperar la respuesta de Luka mientras sonreía. Aunque, en las circunstancias en la que estaban, aquella sonrisa antinatura cobraba un aspecto realmente aterrador.

—No, no tienes que matarlo —se apresuró a decir el muchacho. —Escúchame con mucha atención, ¿vale?.

El aparato lo miraba fijamente con toda su atención puesta en él.

—Ya no matarás gente sin más, ¿de acuerdo? —Petrushka no respondió. —¿Lo pillas?.

—¡Simplemente no puedes ir por ahí matando gente!.

Aunque el aparato no entendía la completa falta de lógica de la situación actual, aceptó las palabras del chico, al menos por el momento.

Así fue como Boliche vivió para ver otro miserable amanecer...