Reveladas las intenciones y caídos los velos que ocultaban una faceta muy importante de los presentes llegó el momento de las despedidas y promesas futuras. Desestimar el riesgo en Desembarco del Rey, en la Fortaleza Roja, era tan alto como acudir a un campo de batalla desarmado. De momento sólo se visualizaba el tablero de juego mientras las fichas comenzaban a colocarse, pero no había duda que pronto las fichas iban a tener nombre, y las importantes hasta ilustres apellidos.
Por ahora sólo se trataba de un reducido grupo de belleza dorniense saliendo de un establecimiento mientras una doncella de la corte recogía el pedido para su señora. Risas inocuas, comentarios sin importancia y mucha visibilidad fue todo lo contrario a lo que Alyssa podría esperar. Roes era de los que opinaba que no había nada más sospechosos que caras recelosas y miradas atemorizadas si querías llamar la atención.
Cada cuál prosiguió por su camino, ya sea con algo concreto que realizar o la certeza de que pronto tendría que llevar a cabo algún cometido. Ambas acompañadas, por su pequeño séquito o por un dispuesto Jessar que ayudaría a la doncella a llevar los rollos de tela. Un servicio bien atendido era sinónimo de calidad y prestigio.
Fin de la escena conjunta. Prosiguen en sus respectivas escenas privadas.
Pasado el mediodía, 7 días antes del Torneo.
Jardines de La Colina de Rhaenys, Desembarco del rey.
Desde primeras horas de la mañana se pudo intuir que el día iba a ser caluroso, por lo que no fue extraño notar menos gente merodeando por la calles pocas horas después del mediodía. Hacía calor, ya era un hecho, y el frescor del interior no ayudaba a quienes por un motivo u otro debían exponerse al sofocante calor. Afortunadamente, era de agradecer que Desembarco contara con unas pocas zonas verdes con fuentes, además de la poca sombra que los puestos callejeros ofrecían aquí y allá.
Al sur de La Colina de Rhaenys una interesante arboleda serviría a vuestro propósito a la perfección. Era fresca, adecuada para hacer una parada en el camino como tantos otros hacían a vuestro alrededor. Sólo los primerizos en la ciudad caían rendidos al extraño hechizo que el Pozo del Dragón provocaba, al menos de día. Por la noche imponía, primerizos o no, aunque se sabía que los más osados aprovechaban el mal augurio que pesaba sobre el lugar para intimar a cambio de unas monedas sin ser interrumpidos.
Tyella ya se encontraba allí, sentada en una pequeña fuente cercana a la Calle de las Hermanas, a poca distancia del camino que conducía a la cima de la colina y, por ende, al inquietante edificio calcinado que antaño fue morada de unos seres tan hermosos como peligrosos. Era el punto perfecto para que Alyssa no se perdiera, y así fue. La imagen de la dorniense indicaba que parecía disfrutar de la compañía de una joven sentada a su lado de aspecto norteño que sumergía con cuidado los pequeños piececitos de un bebé que era atesorado con una inmensa ternura. De pie, cerca, otra exótica dorniense mantenía una amistosa conversación con Viktor, al que ya habías conocido de manera curiosa. No podía faltar la inmutable presencia de Tongue, siempre tan discreto y a la vez tan presente.
- Te acostumbrarás, no es tan distinto del malestar que sentiría si fuera al Norte -Fueron las primeras palabras que Alyssa escuchó con claridad al sentarse casualmente lo más cerca posible a ellas. Resultó un poco intimidante llegar hasta allí pues los agudos ojos de Tongue la observaron como si de un depredador se tratase; pero fue la afable sonrisa de Viktor la que le dio la seguridad suficiente para seguir con lo establecido-. Unos quieren calor, otros frío. Nadie parece estar contento con lo que tiene -Tyella sumergió la mano en el agua y se permitió juguetear con los pequeños pies del bebé. Si sobrevivía a la crudeza de la ciudad sería afortunado si la malicia de la misma no lo corrompía, ese era un pensamiento tan crudo como realista-. Por lo que a mi respecta lo idóneo es saber lo que realmente nos conviene, y a veces es necesario probar de todo y todos para averiguarlo. A veces nos rendimos ante lo repulsivo para conseguir lo idóneo, y casi siempre hay un riesgo que sería ingenuo asegurar que es calculado -Sin duda ya no hablaba del tiempo-. Como por ejemplo aceptar unas condiciones desfavorables para entremezclarse con la nobleza en su propia casa -Al fin sus miradas se encontraron, una visiblemente más perspicaz que la otra, pero ambas con la necesidad de establecer un quid pro quo-. He oído que ya no sirves a La Mano -Se mostró directa tras una relajada mirada a su alrededor-. Cuéntame, ¿te beneficia o perjudica?
Intentaré estar a la altura pnojotizando a Tyella.
¡Ánimo, queda menos para terminar! ;)
Sonrió en respuesta a Viktor y se llevó la mano al cuello donde pendía el colgante que le había regalado. Su presencia y la de la misma Tyella, a la que creía que no vería al menos durante un tiempo al verse obligada a comunicarse entre intermediarios, eran bálsamo suficiente para la ardiente mirada de Tongue. Además estaba rodeada de Dornienses. Sí, la mayoría tan solo eran conocidos de vista, pero quedando su tierra tan lejos saber que allí contaba con gente que compartía su extrañeza ante algo tan sencillo como lo diferente que era el tiempo en Desembarco, hacía que se sintiera menos sola.
- Ambas, supongo- respondió tras un largo silencio en el que no supo que decir. Bajo la vista al suelo intentando organizar sus ideas para poder explicar a qué se refería.- Quiero decir... Puede tanto beneficiarme como perjudicarme. Depende de muchas cosas, también de mí, por supuesto. En verdad buena parte depende de mí. Cierto que trabajando para quien trabajaba- continuó sin querer pronunciar su nombre. Estaba en un entorno seguro, por supuesto, pero solo por si acaso...-, podía llegar a tener información de primera mano sobre el rey. Pero el marido de ella era un hombre reservado y tenía más acceso a ella que a él.
- "Y a su hijo Sobre todo a él."- pensó dando un respingo. Menos mal que lo había perdido de vista.
- Nunca podía haberme ganado su confianza mientras que con- bajó la voz- Cersei. Bueno, con ella creo que puede llegar a ser posible y es la hija de quien es. Ellos fueron los culpables de todo, seguro. Es desconfiada, sí, pero también arrogante, orgullosa, muy dada a guardar rencores. Proporcionándole algo con qué alimentarlos quizá, y solo quizá, pueda obtener lo que busco. Aunque ella es algo inestable.
- "Los Lannister siempre pagan sus deudas"- recordó.
- Trabajar para ella es como mantener el equilibrio sobre el filo de una navaja y sé que no dudaría ni un instante en arrojarme al vacío.
Con la llegada de Alyssa, Tyella dejó de juguetear con el bebé e hizo un gesto con la mano a la recién llegada para que se sentara junto a ella. La mujer norteña siguió jugando con el bebé, que debía ser suyo, pero lo hizo alejándose un tanto del resto del grupo para no molestar en la conversación.
La meretriz esperó a que Alyssa se acomodara a su lado y la miró con cierta extrañeza ante sus palabras, parecía que la información que le había llegado no contemplaba a la reina.
-¿Cersei? Vaya... eso podría ser aún más provechoso. Me habían hablado de que servirías a una noble menor pero la reina... -Tyella pensaba rápido, se adaptaba a las circunstancias, solo así se podía sobrevivir en una vida como aquella.- Debes ser prudente, no me imagino a Cersei Lannister fiándose de una dorniense. Y dime ¿Que puede querer la reina para que te ganes su confianza? ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?
Alyssa tenía razón en su descripción de la reina, pero había que andar con mucho cuidado, era una mujer peligrosa y a su alrededor tenía toda una corte dispuesta a hacer casi cualquier cosa por caerle en gracia, pasando por encima de quien fuera necesario y una chica dorniense sin familia ni contactos en Desembarco del Rey sería prescindible para casi cualquiera. Sin embargo, para Tyella era una pieza importante dentro de sus planes allí y debía mantenerla a salvo siempre que fuera posible.
- Realmente no sirvo a la reina- aclaró Alyssa.- O sí, pero no como se espera que sirva una sirvienta. Y si sirvo a una noble menor, en este caso Lady Odessa, no es sino para informar de lo que hace a la reina.
Alyssa no era tan ingenua como para ignorar que la situación era, cuanto menos, compleja, y compleja por no decir en exceso complicada. Estaba espiando para Cersei para poder espiar a Cersei, un trabajo de doble espionaje que no podía ser más peligroso teniendo en cuenta el carácter veleidoso de la reina. Pero estaba allí para eso, lo sabía bien. No era cautiva alguna, no era esclava, si había ido allí había sido voluntaria y aquella era su misión y la cumpliría con gusto, la llevara a donde la llevara.
- Y no sé. Supongo que lo que mueve a la reina es no ver menoscabada su posición, su imagen...- En realidad no tenía ni idea y podía estar perfectamente dando puñetazos al aire.- No creo que sea celosa porque ame al rey o porque le rompan el corazón sus tan rumoreadas infidelidades, sino porque que el rey esté con otras mujeres compromete su posición. De ahí supongo tanta cautela con una posible pretendiente como es Lady Odessa.- Si es que no era ya algo más que una pretendiente, como a Alyssa le gustaba pensar. Después de todo aquella noble pánfila y estirada no era santo de su devoción.- Si algo puede ayudarme quizá sea información real, veraz y jugosa para la reina- recalqué.- Información que pueda haber obtenido yo como sirvienta y que no comprometa mi misión ni a vos, Tyella. Quizá con eso la reina confíe más en mí y me permita acercarme más a ella.
Tyella entendió que la tarea de Alyssa como espía obtendría sus frutos a largo plazo, tal vez a medio si tenía un golpe de suerte. Estaba ejerciendo un trabajo menor, casi un antojo de la reina para poder situar a lady Odessa en el tablero. Desafortunadamente necesitaba de su ayuda lo antes posible porque pronto Samira tenía que lograr su objetivo sin comprometerla.
- Los Lannister son predecibles en cuanto a sus propósitos, e igualmente implacables a la hora de conseguirlos -El problema de entregar información sobre sus clientes para solidificar su relación con la reina era precisamente la obtención de la misma-. Debemos ser cuidadosas a la hora de compartir información, porque como bien dices tiene que ser acorde a las capacidades de una sirvienta en la fortaleza. Pero siempre se escuchan rumores y se pueden poner en bocas ambiguas. Como por ejemplo una conversación entre guardias que puedes escuchar por casualidad.
Pensó detenidamente en un comienzo mientras parecía que agitaba el agua distraídamente.
- Hay una jovencita de una Casa vasalla a los Lannister: Juliana Doggett. Lleva poco en la fortaleza, dos o tres meses, pero parece que ha destacado lo suficiente como para atraer la atención de cierto esposo infiel -Sería un movimiento sencillo contra una Casa menor que no pondría resistencia alguna. Además, el conocimiento de tal infidelidad estaba a punto de caer en el saco de la inutilidad. Sin embargo...-. Sólo es una de tantas, pero sí un golpe al orgullo de la reina. ¿Una doncella vasalla a los Lannister? Ojalá pudiera ver la cara de Cersei... Pero ya sabes, nunca estaré.
Le había proporcionado una jugosa información que Alyssa debía hacer a su mano, y ahora llegaba el momento de exponer lo que necesitaba de ella.
- Soy consciente de la dificultad de lo que te voy a pedir, pero eres la única que puede conseguirlo sin levantar sospecha. Hay un pequeño patio interior en la fortaleza con una puerta con reja, y candado -Viktor le entrega la pequeña caja de madera que tenía preparada-. Necesito que encuentres esa llave y hagas un molde de ella -La caja pasa otra vez de mano, esta vez a la de Alyssa-. Sería más sencillo obtenerla, pero necesito que no la echen en falta.
La petición es, efectivamente, complicada. Ponerle las manos encima a la llave sería problemático, pero no imposible si tenía la oportunidad de llegar a los cuarteles de la fortaleza donde seguro habría una (en manos de algún Sargento de la Guardia Dorada). Seguro que Alyssa podría acceder a otras copias, y con la masilla dentro de la caja conseguiría la suya propia.