Lady Odessa sonrió con falsa modestia, forzando sus mejillas a sonrojarse usando como medio la imagen detallada de un Ser Marton desnudo en el jardín, algo que también la ayudó con la sonrisa. Una vergüenza pública así en un hombre de tan fina reputación sería cuando muy poco lo suficientemente gracioso para gastar un par de días riéndose en su nombre. De todas maneras, no podía mentir y decir que no se había sentido sinceramente halagada por el entusiasmo en la voz del joven caballero, que parecía más emocionado que ella misma con la que había sido su primera actuación pública en tanto, tanto tiempo.
Aún así, no esperaba que se levantara de un salto y sugiriera tal cosa como era un concierto privado.
Oh, por favor, Ser Marton, estoy segura de que Lady Alessa no querrá arriesgarse al aburrimiento con música tan poco animada. - se excusó, aunque aún sonriendo mientras lo miraba divertida