Miré extrañado tanto a los guardias como a las parejas que comenzaban a entrar en la habitación. ¿Qué es lo que sucedía?¿Estarían bien mis hermanas? Llegó a asaltarme la duda de si había tomado la elección correcta pero por desgracia ya no había marcha atrás.
- ¿Qué hacen todas estas personas aquí? - dije con suavidad a uno de los guardias sin dejar de mostrarle mi desconcierto ante la situación.
- Me preocupa que algo vaya mal -
Mientras más soldados entran por parejas en la estancia el guardia al que le has preguntado te hace caso omiso. Detenidos y en posición de firmes, sosteniendo sus lanzas perpendiculares al suelo, decenas de ojos te vigilan desde la profundidad de los casos, formando un círculo cerrado en cuyo centro te encuentras.
Conforme más y más soldados se añaden al círculo que te rodea, formando nuevas capas, la luz del lugar empieza a desvanecerse. Observas como la oscuridad lo envuelve todo y una fuerza extraña te hace chocar contra el suelo. Tratas de mantenerte despierto pero, pese a tus intentos, pierdes la consciencia.
"Sólo dos de mis hombres", recuerdo las palabras de nuestra anfitriona y el gesto se me tuerce en una mueca de enfado. Nos ha engañado, y nosotros hemos caído como estúpidos. Julia tira de mí pero yo tiro de ella para volver sobre nuestros pasos. Más nos vale huir de ellos e intentar regresar junto a Jaqueb, pues solas nada podemos hacer y no confío en que pasen de largo sin vernos.
Como un solo ser los soldados dan un giro hacia la derecha y se colocan mirando directamente a vuestros rostros. Paso a paso se acercan a vosotros, sosteniendo sus lanzas perpendiculares al suelo sin decir ni una sola palabra.
Por el otro pasillo, el que queda al sur y vuestra única salida, se acerca otra gruesa fila de hombres armados. Parece que todos estaban esperando el momento idóneo para acorralaros.
Los hombres se acercan más y más hasta formar un círculo alrededor vuestra sin dejar de miraros atentamente. Poco a poco más de sus compañeros se unen a la formación y la luz de los fuegos comienza a perder fuerza, apagándose lentamente. Sentís que el mundo se desploma sobre vosotros o, tal vez, que vosotras os desplomáis sobre él. La oscuridad, una vez más, os absorbe.
Con el corazón palpitante y un nudo en el estómago, Julia asistió impotente a la maniobra de los guardias... aquello había sido una acción preparada de antemano, ilusa, idiota... no podía haber resultado tan sencilla aquella misión, habían sido engañados como niños... pero lo peor era la certeza de haber fallado al Profeta, se sintió miserable por haber dudado de él... por el miedo que la atenzaba... apretó el brazo de Jaqueb en un último atisbo de fuerza. Cuando la oscuridad se cernió sobre ellas el corazón le dio un vuelco, tan brusco que creyó que le iba a explotar... pero no gritó, al menos eso lo haría bien.