Partida Rol por web

Washington: Hora Zero

Villa Lucía

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03/10/2016, 16:55
Randall Waterhouse

Esperando que la amenaza de Tom surtiera efecto en Daniel -debía ponerse de acuerdo en estos momentos con el mercenario- Randall se dirige hacia Lucia.

Hay que llevarla a una habitación en cuanto acabemos con ella. Tendremos que mirar si la bala ha salido o no, asi que tendremos que moverla- dijo a los dos hombres que le estaban ayudando- cuando la movamos, si ha salido la bala tendremos que taponar con estos trapos y vendas las heridas para intentar que pare de sangrar.- si la bala no hubiera salido, estarían en problemas.

Notas de juego

Pues yo me limitaré a ver si puedo intentar salvar la vida de Lucia.

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03/10/2016, 20:20
Director

Comienza a amanecer en Highland. Los primeros rayos de sol se filtran por las sólidas contraventanas del salón de Villa Lucía, dejando al descubierto un panorama desolador. Dos rastros de sangre se extienden desde la alfombra central hasta la puerta de la entrada. Audrey Lafayette y José Vasquez están de rodillas frotando trabajosamente el suelo  de madera con sendas esponjas empapadas en lejía. Una lejía que borrará las evidencias del tiroteo de los elementos físicos de la casa, pero no de los recuerdos de los habitantes de Villa Lucía.

En el sótano, Daniel Henney y Emmet Walsh permanecen atados a dos mesas de madera que hacen las veces de camillas. En su improvisada celda, el guitarrista se sumerge en unos sueños terribles y vívidos en los que su incosciente, en bucle, revive los recuerdos sobre sus compañeros de banda infectados. Emmet Walsh, que hace rato ha desistido de intentar soltarse, gira la cabeza y observa a Daniel agitarse en sueños. Después, el banquero observa horrorizado su pierna cortada a la altura de la rodilla. Deja caer la cabeza sobre la mesa y, fruto de la frustración y la rabia derivadas de la pérdida de su miembro, lanza un grito terrible que resuena en toda la casa. Susan Beckett, que ha insistido en hacer el primer turno de guardia a pesar de haber recibido un balazo en la mejilla, le golpea con la culata de su arma en la cara hasta hacerle callar.

Randall se encuentra acostado en su cuarto, mas le resulta imposible dejar sus pensamientos en blanco para poder descansar. Sus ojos se posan en la ventana por un instante, y el reflejo del cristal le permite ver el rostro de Emily que, desde su cama, mira al horizonte igual que él. Es innegable que la defensa a ultranza de Tom que ha realizado el joven le ha distanciará mucho de la niña en el futuro.

En el porche, los cuerpos sin vida de John y Sonia Kilpatrick dirigen su mirada hacia el cielo estrellado, que ha adquirido un tono rojizo característico de esta época del año. Un poco más lejos, en el prado que rodea la casa, el rocío cae sobre la espalda de Jack Everett. El viejo, ayudado por Houlahan, arroja las últimas paladas de tierra sobre una tumba presidida por una cruz, de donde cuelga una foto de la jovial Lucía cuando era 20 años más joven.

Tom le observa desde uno de los extremos de la finca, sin ninguna intención de acercarse. Dominic le extiende un cigarrillo, adivinando los pensamientos del mercenario, pero prefiere guardar silencio. Los dos son hombres de pocas palabras, aunque tienen conversaciones pendientes. Conversaciones que, en este momento, nadie tiene fuerzas para afrontar.

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03/10/2016, 21:50
Daniel Henney

Daniel no dejaba de tener horribles pesadillas viendo cómo sus compañeros de grupo eran comidos por esas infestas criaturas. Era una pesadilla recurrente, y su agonía tras recibir el disparo y comenzar a recuperarse no estaba exenta de ella. Sin embargo esta vez el alarido del banquero cargado de rabia, impotencia y odio, le sacó de esas lúgubres y macabras ensoñaciones.

Daniel no sabía qué era mejor, si rememorar ese momento de pesadilla o despertar con ese desgarrador grito para volver a sentir un dolor tremendo. Henney sentía que había estado muy cerca de las puertas del cielo, o mejor dicho de las del infierno. Pero parece que la vida le daba una segunda oportunidad. 

Por su cabeza pasaron las amenazas del mercenario. Obviamente le culpaba por su actual estado, pero también el pragmatismo le llevaba a pensar que lo mismo que lo lógico era querer matar a Tom, lo era que este se defendiese. Por lo tanto, creía, de alguna forma estaban en paz. 

Aquí nadie se va a convertir en zombie.

Henney pensaba: ¿Qué cojones querría decir el puto mercenario con que aquí nadie se va a convertir en zombie? ¿hablará en serio?, ¿sabrá algo que los demás no sabemos aún? En cuanto me sienta algo mejor para moverme, tengo que enterarme de qué ha pasado. Y tendré que ir con cuidado de momento con el tío ese, que aunque fuese lógico que no quisiera que le mandemos al otro barrio, está como una puta cabra. Demasiado temperamental. 

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03/10/2016, 23:21
Director

Notas de juego

Muy bien. Si queréis hacer un post de cierre de capítulo cada uno, como ha hecho Daniel, perfecto.

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04/10/2016, 10:17
Tom Holloback

En el exterior, Holloback fuma lentamente en compañía de Dominic mientras observa cómo Everett entierra a su esposa. El viejo no le cae mal, y Holloback lamenta su pérdida bastante más de lo que da a entender... pero su prioridad, para bien o para mal, sigue siendo la misma: sobrevivir. Y mucho más después de todo por lo que ha pasado hoy.

El mercenario da una larga calada y cierra los ojos mientras deja que las primeras luces del amanecer le calienten el rostro. Ha sido una noche muy larga... y muy dura. Ha estado a punto de no contarlo. Lo que es peor, ha estado a punto de convertirse en uno de esos monstruos sin alma. Pero ha conseguido superarlo, igual que ha conseguido superar tantas otras cosas en el pasado. La noche no ha acabado tan mal, después de todo. Él, Holloback, está vivo, tienen armas en la casa, la oposición irracional que representaban los Kilpatrick ha sido eliminada y... bueno, la vida sigue.

Sean cuales sean los retos que estén por llegar, Holloback se siente seguro de nuevo. No está del todo claro si este nuevo mundo posapocalíptico, esta especie de distopía cruel y brutal, durará mucho tiempo... puede que sea para siempre, o puede que las cosas vuelvan a cambiar en unos meses, o en unos años. Incluso con los peligros que conlleva vivir así, Holloback se da cuenta de que no tiene demasiada prisa por que las cosas cambien. Se siente vivo, como en los viejos tiempos. Y, ¿quien sabe? Tal vez aún pueda dejar su huella.

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04/10/2016, 10:32
Randall Waterhouse

Randall estaba sentado en un cómodo sillón, pensativo. Rememoraba todo lo ocurrido hasta aquel momento. El inicio del ataque zombie, su encuentro con Tom, su desenlace con la familia... demasiados hechos en tan poco tiempo que le habían cambiado en un abrir y cerrar de ojos. Le habían hecho algo más fuerte y seguro de si mismo. Algo necesario en estas circunstancias si quería sobrevivir.

Por un momento su mirada se detiene en Emily. Estaba claro que el conflicto en el salón había provocado una distancia entre ambos, que le costaría recuperar. Esperaba que estar en aquel lugar pudiera ayudar, y mas teniendo en cuenta que había chicos de su edad para relacionarse. Durante este tiempo tendría que congraciarse con la muchacha.

Pero por si eso fuera poco, tenía otra preocupación. El buen desarrollo de aquel lugar y la amenaza zombie. Todavía no sabía si el ruido generado podría traer a muchos caminantes a la zona, lo que podría suponer un serio problema para ellos. Estaba claro que habría que mandar exploradores y realizar mas patrullas. Por si eso fuera poco, debían vigilar a Daniel y Emmet. Ahora mismo no suponían una amenaza pero quien sabe... el rencor puede hacer mucho daño en las personas. 

Demasiadas preocupaciones- piensa Randall. Pero alguien debía hacerlo. Dominic era un buen tiempo, pero tenía una charla pendiente con él. Al fin y al cabo, estaba claro que ocultaba algo. Aún así y todo le necesitaba. Él había mantenido con vida y unido a todo aquel grupo. Su confianza era imprescindible para que todo saliera bien en Villa Lucía. Tendría que volver a ganársela. 

En cuanto a Tom... era útil. No le caía simpática, y estaba claro que no estaba muy bien de la azotea, pero necesitaban otro hombre de armas por lo que era imprescindible.

En cuanto a él, seguiría haciendo su trabajo en las sombras. Sus palabras eran tenidas en cuenta, por lo que podía influir en cierta forma en el grupo. Había demostrado algo de liderazgo y por lo que parecía la gente le escuchaba. Eso era perfecto. Dominic era el líder, y eso no era cuestionable, pero él esperaba poder hacerse un hueco lo suficiente para hacerse también imprescindible. Lo había demostrado.

Dominic, tu eres el que mantiene unido a este grupo- piensa- pero yo seré el gobernador. 

Y con este pensamiento tan agradable, Randall se quedó dormido.