Partida Rol por web

Apoyándose en su maltrecho pero útil bastón, el anciano se alzó de nuevo para demostrar que aunque fuese el más viejo de todos los presentes, por su sangre corría el deber de luchar hasta la muerte. 

Una rodilla doblada...

Venga, un esfuerzo más - se dijo. 

Y se puso en pie y mirando en las cercanías dijo:

Cuanto destrozo innecesario. Ojalá tuviese aquí a mis amigos de la compañía, acabarían con ésto en poco tiempo.

Le gustaría poder ayudar a todos, en especial a Pícara, pero parecía que ella ya se estaba intentando liberar de ese amasijo de metal.

Miró fijamente hacia Banner.

Crearé un fuego que te consuma...

Parecía ser que el viejo Gandalf con el que se encontraba actualmente era un mago que actuaba mucho mejor bajo órdenes. La idea de la bola de fuego fue genial y resultó un éxito absoluto. Mientras Masacre se dedicaba a lanzar balas infinitas e intentaba distraerle con ellas, Pícara se dedicaba a pegar puñetazos al suelo para escapar.

Lobezno y Kara se estaban recuperando del golpe que habían recibido y el asqueado Spiderman, ^{o asqueroso Spiderman,} _{daba igual}, logró atrapar con sus redes al extraño Banner. Mientras éste intentaba zafarse de la red que lo había atrapado, el mago comenzó a lanzar un conjuro. El Sol que Zodiaco había creado en ese nuevo plano de existencia se volvió en contra de su propio juego. Pues la esfera de calor que lucía en el aire se desplomó como un meteorito contra lo alto del edificio donde se encontraba el científico. 

Banner había sido calcinado por el conjuro de Gandalf que había provocado la caída del sol, pero el edificio en el que se encontraba también empezó a derrumbarse. Y para colmo, la gema que debía poseer, estaría en lo alto del edificio, así como el portal para ir a la siguiente parte del juego. 

Algunos podrían volar para alcanzarlo, pero el edificio se desplomaba lentamente y... ¡Pícara aún estaba atrapada!

Y de pronto ocurrió.

Un sonido devastador a varias manzanas alrededor. El efecto que provocó el mago fue aterrador, pero resultó ser un éxito absoluto.

Pero siempre, siempre había otro problema que solucionar.

Miró detrás de sí, bastante angustiado porque en ese momento no se le ocurría nada para poder sacarla.

Allí estaba ella, Pícara, batiéndose en duelo consigo misma para tratar de liberarse de esa "prisión".

Una bombilla se le encendió.

Soluciones, o fundir el metal o intentar doblarlo. Pero sería complicado, tremendamente complicado.

Se aproximó hasta el lugar rápidamente. Pícara, aparta un poco. Puso su vara contra una de aquellas barras y empezó a hablar en lengua desconocida.

Todo sucedió demasiado deprisa para el gusto de Lobezno, aunque también era cierto que así todo acababa mucho más rápido.

Se enorgulleció del joven Parker cuando atrapó a Banner entre sus redes. Se maravilló ante el conjuro de aquel mago. Disfrutó con la exhibición de Masacre, y le encantó la fuerza de Kara, pero temió por la vida de Pícara.

Ella seguía atrapada en aquel amasijo de hierros y cristal, y gruñó como un animal al darse cuenta de que todo se le estaba viniendo en contra. Los edificios no aguantarían mucho más.

-¡Pícara!- gritó Lobezno, corriendo hacia donde se encontraba ella-. ¡Aguanta!

Anonadado todavía por la caída del sol, pensó que alguien ya se preocuparía por la gema. A él le interesaba ayudar a la chica.

-Venga, vamos- gruñó.

Trató de meterse donde estaba ella, y alzó los brazos para ayudarla a crear una vía de escape por donde poder salir.

-Va, nena, tú puedes- murmuró, tratando de quitar hierros, y demás parafernalia que la mantenía atrapada. 

Lo peor para nuestros héroes era que no tenían noción del tiempo alguna, y nada que pudiese ofrecérsela. Llevaban allí ¿minutos?, ¿horas?, ¿días? En un escenario estaban de día y el siguiente de noche, no había puntos cardinales que les orientasen ni nada parecido. Fuese como fuese, agotados por los interminables combates que se sucedían, los héroes seguían adelante, por eso se les consideraba tal. Héroes. Jamás se rendirían, y mientras unos luchaban para liberar a la mutante de su prisión aún bajo la posibilidad de quedar también enterrados por los escombros, el hombre araña hizo lo mismo que hace una araña; tejer. Tejer redes. Miles de ellas que fuesen de un edificio a otro a fin de que una gran red se ocupase de retener la mayoría de los escombros y runas a tiempo de que pudiesen salvarse sus amigos. Porque si algo tienen claro héroes del calibre de nuestro asombroso y amistoso vecino era que:

  —No se deja un compañero atrás. ¡¡Vaaaaaaaamoooooooos redes!! Aguantad. ¡¡Más redes necesito tejer más hebras!!- algo que sus compañeros también tenían muy claro, pues tanto Logan como el mago gris luchaban por sacar a Pícara a tiempo…

El conjuro de Gandalf había sido exitoso y para cuando Kara se levantó, vio con una mezcla de alegría y horror como el edificio en donde había estado el sujeto ese raro se derrumbaba. Pícara estaba allí y su vida peligraba. La chica de kriptón iba a ir en su auxilio pero vio que varios se le adelantaron.

-¡Voy por la gema!  

Exclamó la rubia y, poniendo sus puños hacia arriba, lanzó a volar intentando conseguir ese maldito objeto. Dejó que los otros sacaran a la joven pero solo porque estaba segura que podrían.

"Maldito Zodíaco, de a poco vamos ganando tu juego aberrante. Pero si matas a uno de más de mis compañeros te voy a patear ese culo horrible que debes tener tan fuerte que le dolerá a tus antepasados. "

Voló hacia la terraza, esperando haber tomado la decisión correcta...

El caso era desprestigiar a Masacre. ¿Que salva vidas? Se dice que efectúa un ritual homosexual. ¿Que dice que el viejo está muerto? Pues nada, se levanta como si nada y hace el conjuro más poderoso que Masacre ha visto en su vida. Y la gema estaba en un lugar al que no llegaba- es una conspiración para llamarte inútil.

-Bueno, rubia, espero que cojas esa gema y tengas cuidado con el edificio que se viene encima.

Masacre estaba loco, pero se preocupaba por sus amigos- _{a mí no me engañas, tú quieres que siga viva para ligártela-} y quería que todo saliera bien. Se encendería un puro y diría que le encantaba que los planes salieran bien una vez la joya estuviera con ellos, pero se le olvidó añadir un puro a su inventario inicial cuando se le preguntó por ello. Así que solo tocaba esperar, con la mano en los bolsillos.

Mientras Masacre se limitaba a meterse las manos en los bolsillos, ^{a saber qué estaría tocando}, el resto decidieron actuar. Kara se lanzó a toda velocidad a por la gema de Banner, mientras que Spiderman hacía todo lo posible por detener la mayoría de los escombros que empezaban a caer. ¡Parecía tener éxito en su empresa! El ritmo de la caída de los cascotes había descendido, pero no había parado. De vez en cuando Logan tenía que esquivar algún pedrusco, mientras que otro estuvo a punto de matar al viejo.

Por fortuna, la magia de Gandalf logró doblar una de las barras de la jaula de Pícara y Lobezno pudo arrancarla sin mucho esfuerzo. Ahora Pícara había sido liberada y ella era la única con la capacidad de volar para poder encontrar el portal que debía hallarse en lo alto del edificio pues su amiga Kara había desaparecido al volar hacia allá.

-Venga, sólo un poco más- murmuró Logan con la cara totalmente contraída del esfuerzo.

Las barras de hierro eran un engorro, y le hubiera encantado poder tener espacio suficiente para poder cargárselas de un plumazo con las garras de adamantium, pero no podía. Allí no había sitio apenas ni para respirar.

Con un poco más de esfuerzo, podía esquivar las piedras que iban cayendo, aunque alguna tuvo que soportar, cerrando los ojos, y aguantando el dolor de manera estoica. No quería parecer justo en ese momento débil. Lo necesitaban.

-Venga, nena, sólo un poco más- dijo Lobezno, tratando de sonreír-. Hemos salido de peores situaciones.

No se le ocurría ninguna situación en ese momento, pero sabía que existían. 

Su hilo de pensamiento se rompió cuando, gracias a Gandalf, pudo romper el último hierro, y así poder hacer un poco más de hueco para que, finalmente, Pícara saliera de aquella extraña jaula.

Con un suspiro que parecía un rugido, Lobezno se apartó de manera inmediata de aquel edificio, y miró a su alrededor. 

Se dio cuenta tarde de que Kara ya no estaba con ellos, por lo que miró hacia el cielo, buscándola, haciéndose pantalla con la mano.

-Ha tenido que pasar al siguiente nivel- supuso el mutante, y miró a Spiderman-. Tú, cara red, ¿podrías ayudarme a subir allá arriba? Supongo que es donde estará el portal para el siguiente bicho. 

Pícara, ajena a casi todo lo que pasaba, se dedicaba a dar puñetazos al suelo. Notó cómo el edificio se derrumbaba, pero sin saber claramente lo que estaba ocurriendo, aceleró los golpes para crear su salida. En su mente sólo había cabida para un pensamiento: Salir de allí.

Tampoco notó que sus compañeros quisieran liberarla hasta que notó como el aire y la luz penetraban en el interior de esa mazmorra. Ya había conseguido penetrar un poco la tierra, pero no lo suficiente. Echándose el pelo para atrás, sonrió a sus rescatadores y salió de allí

Gracias, chicos. Aunque os habéis hecho mucho de rogar. ¿Qué tiene que hacer una chica para que la hagan caso?

Al salir, se limpió el traje de polvo y miró a todos lados. Las redes de Spiderman parecían sostener el edificio, aunque seguramente por poco tiempo. Masacre no hacía nada con su vida y Kara no estaba, por lo que seguramente habían destruido a Banner y pasado al siguiente plano.

¿Habrá encontrado la gema? Porque en este plano ya no está, parece Alzó el vuelo, aunque no sabía dónde dirigirse. ¿Hacia dónde se ha ido?

Gandalf consiguió, con ayuda de Lobezno, sacar a Pícara.

No estoy para tantos trotes - se decía.

Cuando contempló cómo sus compañeros voladores salían despedidos hacia aquel enorme agujero en las alturas, él permaneció inmóvil, tratando de esquivar los cascotes que aún caían por el suelo.

Queda poco tiempo - se volvió a decir.

Como nadie le ayudó para subir volando, intentó convocar a un ave.

Por otro lado el guionista de Spiderman no tenía mucho tiempo, y escribía desde el móvil, así que por una vez tendrían que conformarse con un post breve, aunque cargado de buenas intenciones pues no podía dejarlos colgados sin más semana y media. O sí...

Había esperado que Logan y el mago gris sacasen a la mutante, y luego no pudo más. Sentía un fuerte dolor en los brazos que amenazaban despegarse del resto del tronco, así que, cuando todos estuvieron fuera de alcance de los escombros, soltó las redes y le inundó el alivio.Aunque el aire se llenó de polvo.

-Casi no lo consigo. Tengo que tomar más calcio por las mañanas.- bromeó, mientras Lobezno pedía de nuevo que le echase un cable, y nunca mejor dicho.

¡¡Tw-tweet!! - Sonaron sus redes al pegarse a la cornisa de un edificio cercano al que poder tomar empuje y columpiarse hasta la cima, desde allí solo tuvo que hacer una red para que se subiese esa mole de adamantium. -¡¡Agárrate a la hebra y yo te subiré!!!- pero tampoco iba a olvidar al resto. -Yo subo a Masacre, y tú llévate al barbas a cuestas, ¿quieres? - le dijo a Pícara quién sí podía volar, mientras, pegado a la cima del edificio lanzó otra red con el otro brazo: - Otro cable para ti, Masacre. ¿Lo pillas? Y bromeando, bromeando, intentó subirlos, y balanceándolos hasta que alcansasen la salida.

Una gema menos y un nuevo portal. Por supuesto, en el cielo, para que no pueda hacer nada de nuevo- _{todos conspiradores para dejar mal al bocazas}- y tenga que ser la damisela rescatada. Spiderman se le acerca y dice de cogerle para llevarle al portal.

-Vale, tío, pero antes de que pienses cosas raras, mejor quedamos solo como amigos, no te hagas ilusiones. Lo que pasa en el Nueva York de Mundo Zodiaco se queda en el Nueva York de Mundo Zodiaco.

Tras dejar las cosas claras- _{menos mal, las arañas tienen ocho brazos, como los pulpos}- se dejó llevar al agujero oscuro y abierto- _{no digas cosas raras-} esperando que todo acabara pronto o que al menos hubiera macizas. El guionista se estaba quedando sin bromas sobre la homosexualidad.