Partida Rol por web

Astrid analizó por un par de segundos la situación. Bien...tengo tres zombies bloqueandome el paso, pero son demasiado lentos como para que no me de tiempo a volarles los sesos...pensó.

Contó hasta tres mentalmente y salió corriendo hasta la salida. Al primer zombie que se interponía entre ella y la puerta le disparó en la cabeza mientras corría. Pasó por encima del cadáver que le manchó las piernas de sangre al pisarlo. Siguiente zombie. Cogió la suficiente carrerilla como para saltar con las piernas abiertas verticalmente sobre él. Justo cuando pasaba por encima de su cabeza, quedando su tanga totalmente al descubierto por la posición de sus piernas y sus ágiles movimientos, la angelical rubita le disparó en el centro de la cabeza, haciendo que cayera redondo al suelo. Bien, quedaba uno. Se arrancó un trozo de la ya corta minifalda, se enrolló en trozo en la mano que tenía libre del arma y tras dispararle al zombie le metió tal puñetazo que hizo que cayera sobre los que quedaban más atrás. Astrid salió por la puerta, dejándoles a esos malditos zombies una visión de su culo.

Llegas al patio, justo al otro lado del mismo se encuentra la salida, que está cerrada. Sabes cómo abrirla y salir de ese infierno, aunque también hay otrosl lugares donde podrías mirar para encontrar armas. Uno de ellos sería la zona de las taquillas, que se encuentra subiendo unas escaleras conforme entras a la puerta de la derecha del patio. 

Se quedó varios segundos pensativa. ¿Jugársela e ir a por más armas o escapar?

Que cojones...Vamos a por alguna cosilla más...

Con el dedo en el gatillo de la pistola se acercó a la puerta que llevaba a unas escaleras y la abrió un poco para mirar si estaba todo despejado. Si no era así escaparia.

Miras en la sala y te encuentras a unos 4 zombies más, cada uno a su bola. Cuando te ven comienzan a andar lentamente hacia el exterior, donde te encuentras. Lo mismo ocurre con los zombies que quedan vivos y que acababas de dejar atrás. En total tienes a 4 zombies en la otra sala y 2 acercándose por detrás.

Uhh...Lo siento, chicos, pero tendreis que buscaros a otra con la que montaros la fiesta.

Dijo la rubia en voz baja antes de salir corriendo del lugar. Había cambiado de idea con respecto a buscar más armas. Eran demasiados para ella. Cuatro quizás si, seis ya no, y eso sin contar los posibles seres que podrían estar esperando impacientes al subir las escaleras.

Astrid finalmente sale del lugar corriendo y con una pistola. Algo es algo...