—¡Uf!— se quejó Rathikus cuando cogió en peso el escudo. No era lo más contundente que había sostenido en su vida, pero no estaba acostumbrado a aquel tipo de equipamiento.
Antes de regresar a la entrada de la cueva para realizar su pequeño "experimento", vio que Roark no aparecía por ninguna parte. Fue entonces cuando escuchó su voz, instándoles para que bajaran. Maldito insensato, ¿cuándo aprenderá? Pensó el mago. Lo cierto era que su plan tampoco gozaba de demasiada brillantez. Con aquel armatoste no sería capaz de correr en condiciones si las cosas se ponían feas, y no tenía ninguna garantía de que el hechizo hubiese surtido más efecto que el de crear vida accidentalmente. Para asegurarse, apoyó el escudo en el suelo, contra sus piernas, y decidió probar uno de sus trucos. Un sortilegio que le facilitaría la vida y le serviría para comprobar que, en caso de que le costase más realizarlo, el otro seguía en pie y lo estaba manteniendo inconscientemente. Sentiría ese tirón familiar que le indicaría que algo está en marcha.
—¡Saisarg suep, ya!
Motivo: Sirviente invisible
Tirada: 2d6
Dificultad: 10+
Resultado: 6 (Fracaso)
Voy a probar el truco Sirviente Invisible. ¿Quieres que haga una tirada o hacemos como con el de la luz? Por si acaso hago una tirada contando con los penalizadores y me dices.
Roark dividía su atención entre otear las ruinas - en las que no veía por el momento ningún movimiento - y ver si sus compañeros se decidían a bajar. ¿Qué demonios hacía Rathikus? ¿Había encontrado una nueva vocación como escudero?
@Rathikus: ¿Qué intentas hacer exactamente con el Sirviente invisible? Dependiendo de lo que me digas te contestaré si hace falta la tirada (fallida) o si lo puedes hacer sin tirada.
@Roark: Estás en la base de la ladera. Para llegar a las ruinas tienes que caminar un poco más. ¿Te alejas del grupo o permaneces oteando desde aquí?
Sujetar el escudo, básicamente.
Mi idea es a) ponerlo como "cebo" con el escudo y salir por patas al menor atisbo de fracaso; y b) poder huir al no contar con el peso extra del escudo.
Cuando los altos hechiceros se reunían en un concilio para organizar la magia del mundo normalmente, a la hora de las copas, surgía la discusión sobre los sirvientes invisibles. A día de hoy nadie sabe que aspecto tiene realmente un sirviente invisible y es un motivo de acalorados debates para los magos. Normalmente se discute entre rondas de chupitos de licor café traído de los reinos de Galisian, esa península inhóspita de donde se dice que proceden las tormentas de todo Zork, habitada por bárbaros norteños que suelen ser muy amigables hasta que alguien se pasa de listo y se encuentra bailando entre hachas. El caso es que algunos afirman que son un soplo de viento elemental. Otros dicen que se trata de duendes de orejas puntiagudas hechos de carne transparente. Los hay que afirman que son simplemente soplos de energía mágica en tensión con la mente del mago. En lo que todos están de acuerdo es en que son prácticos, serviciales y silenciosos, aparte de invisibles, claro.
El caso es que ahora mismo un sirviente invisible estaba haciendo de escudero para Rathikus aunque Gromenauer no veía con demasiados buenos ojos el trabajo del conjuro. Aquel escudo se tambaleaba ostensiblemente. Pero acompañaba al mago, eso sí...
Si es para que camine contigo no veo necesario hacer una tirada. Otra cosa es dentro de la caverna lo que pueda pasar, pero eso ya se verá... XD
Al ver que sus compañeros no bajaban, Roark se encogió de hombros y musitó -¡Al cuerno! Si no quieren bajar que no bajen- y se acercó a las ruinas, total, esas ya las habían explorado hacía un rato, así que no debería haber ningún peligro excepto por el golem.
A medida que se acercaba iba refunfuñando sobre el encargo, el golem, los dioses enanos, el fuego, las ruinas, los tesoros y las antorchas...
Soy caótico: me voy a las ruinas XDDDD
—¿Y bien? —preguntó el enano al ver como el mago no dejaba de hacer el tonto con el escudo, sin sacar nada en claro—. ¿Vas a devolverme ya el escudo, o piensas seguir moneando con él? No pienso dirigirme a ningún sitio sin él. Y mucho menos me apetece usarte de escudo humano, mago. Si fueses un enano, me lo pensaría, pero te veo demasiado endeble...
Dworkin se sentía confuso. Poco a poco había recuperado la garganta después de los ataques de tos producto del humo y ahora observaba a sus compañeros.
Roark se había marchado por su cuenta, parecía que en dirección a las ruinas más abajo. Tal vez había visto algo pero, si era así, no lo había comunicado a los demás.
Rathikus se traía algún extraño plan entre manos con el escudo de Gromenauer y los dos enanos permanecían confusos y atónitos, sin saber muy bien qué demonios hacían sus dos compañeros.
- ¿Qué te traes entre manos, Mago?- preguntó desconfiado.
Estoy tan confuso como Dworkin XDDDD
Rudar no entendía la prisa que tenía Roark por entrar a la cueva.
—Eh, eh, espera un instante —le dijo cuando el ladrón se dispuso a entrar—. ¿Tienes un plan o algo parecido? A mi no me hace gracia volver a entrar a la cueva... y mucho menos por el pago que nos ofrecen por la maldita caja. Yo apostaría por olvidar este encargo y buscar otra cosa en la que acabemos menos... ¿muertos?
El mediano se quedó apoyado en la entrada de las ruinas mientras esperaba una respuesta de Roark.
Aclarar que yo, al menos en mi cabeza, había bajado a la entrada de las ruinas... dije cueva en el anterior mensaje pero quise decir ruinas.
Roark se apoyó en la pared junto a la entrada de las ruinas y miró al mediano con una sonrisa. -¿Que si tengo un plan? ¿Como que si tengo un plan? Por supuesto que tengo un plan.- titubeó un momento y señaló en la dirección en la que debía estar la cornisa con la mano libre -Mientras esos intentan colarse otra vez por los túneles atrayendo al gólem- señaló las ruinas con la otra mano -Nosotros nos colamos por aquí, ya lo hemos revisado antes y no hay trampas, y cogemos la caja. Si por mala suerte el gólem se nos viene a por nosotros, salimos, nos escondemos, y ellos cogen la caja...- Sin dejar de sonreír se apartó del muro y se introdujo en las ruinas.
De repente cayó en la cuenta de algo y la sonrisa se le esfumó del rostro -Claro que preferiría que Gromenauer estuviera en mi equipo...
En realidad Roark acaba de pensar el plan sobre la marcha... XDDDDD
Morapio vente, que seguro que nos vamos a encontrar al gólem XDDDD
—¡Sigh! Veréis, se trata de un pequeño experimento— comenzó a decir Rathikus, al ver que ambos enanos se mostraban confusos y escépticos respecto a su comportamiento —. Como habréis deducido, aquel incendio no se trata de un fuego normal y corriente. Suponiendo que se trataba de un elemental, decidí lanzarle un poderoso sortilegio para que sintiese verdadero temor al escudo de Gromenauer. Como huimos tan pronto, no tuve tiempo de probar su efectividad (los caminos de lo arcano son confusos e inescrutables). En el caso de que haya funcionado, podremos conducirlo hasta donde nosotros queramos, y ello incluye presentárselo a nuestro viejo amigo el gólem... ¿me seguís?
Mientras el escudo flotaba inestable a su lado, Rathicus se frotó las manos y sonrió con malicia a los dos enanos, aguardando su respuesta. Imaginó que pese a su testarudo carácter aceptarían su idea. Al fin y al cabo era un plan infalible... a menos que el hechizo no hubiese surtido efecto.
- Ummmm- pensó Dworkin mesándose las barbas- estás loco hechicero! Pero, te digo una cosa, si consigue que esa cosa que dices que está ahí dentro se encargue del golem por nosotros, tienes mi bendición. Hammarragh es seguidor del juicio por combate pero, que queréis que os diga, no creo que haya llegado mi hora de expiar nada. Además, ya has lanzado el hechizo, ¿no? No perdemos nada por ver qué pasa.
Rudar se echó las manos a la cabeza.
—¡Estás completamente loco! —exclamó irritado el mediano—. ¿De verdad es tan importante esa caja? No nos pagan tanto por este encargo para que os obstinéis tanto en acabarlo.
Pero Roark no parecía siquiera escucharle avanzaba decidido hacia la entrada. De pronto se detuvo y Rudar sonrió.
—Has entrado en razón —dijo antes de que Roark hablara de Gromenauer—. Sí, eso será mejor... Gromenauer... o mejor, si vamos ha hacer algo, hagámoslo todos juntos. Al menos no se lo pongamos fácil a ese gólem.
Roark continuó andando y bufó -Pfffffffffffff ¡nada puede salir mal! Además, yo no pienso irme de estas malditas ruinas con esta antorcha como único botín y, para que lo sepas, la definición de locura es muy relativa...
¡Síganme los buenos! XDDDDD
Muy bien. Nos separamos.
Gromenauer queda papando la breva aquí en la cornisa, en esta escena, hasta que Morapio decida si su personaje entra con Dworkin y Rathikus o desciende para encontrarse con Roark y Rudar.
Rathikus y Dworkin pasan a la escena: 1a. Érase una vez la vida
Roark y Rudar pasan a la escena: 1b. Volver a empezar
—Solo espero, por tu bien, que esto funcione —espetó Gromenauer al hechicero mientras volvía a la cueva, a ver qué ocurría.
No había dicho nada porque creía que se entendía que avanzaba de vuelta a la cueva, todo por no separarme de mi escudo.
Bueno, y ahora sí: ¡cerramos la partida!
Nos vemos a la vuelta del verano.