Partida Rol por web

Aquí podéis colgar vuestras historias, los que lo deseeis, claro. Si alguien no la cuelga, no hay problema. Ya está la escena de "dime con quién andas" para que os hagáis una idea de las relaciones.

Un sólo post por persona.

NADA DE DESVIRTUE NI ROLEO.

¿Una vida normal? Sí, podría haberla tenido... pero entonces todo habría sido más aburrido y yo una persona diferente. Y me gusta como soy. Quizá no tendría tanta paciencia ni empatía... quizá no podría entender a los demás con tanta facilidad. Quizá sería tan irritable como algunos de los otros chicos. O más tímida, o introvertida, o... quizá viviría asustada de lo que me pudiera pasar o de lo que pueda llegar a ser en un futuro. Pero gracias a mi vida, a mi historia, me he dado cuenta de lo importante que es vivir el día a día con las personas que quieres cerca. Porque para conseguir la felicidad, la mayor parte de la ecuación no es lo que haces, sino a quien tienes a tu lado mientras lo haces.

Llegó a primero de ESO viniendo de Madrid, acompañada por su padre, su madre está muerta. Y des del primer día se ha mostrado como una auténtica zorra y cabrona. 

Por su aspecto, rubia, guapa y con buen cuerpo, atrajo a muchos chicos, y también a chicas que querían ser amigas de ella... No tardó en empezar a robarle el novio a una, aunque robarle es un decir, ya que cuando él se lo dijo, Diana cortó con él vilmente. 

En las fiestas, la liaba de alguna forma, haciendo que dos se pelearan, o tres, convenciendo a chicos para que la armaran, llamando a los padres para "informarles" de la fiesta... Incluso estuvo chantajeando bastante tiempo a una compañera con un vídeo que nunca ha sido mostrado, pero se sabe que existe, grabado en una de estas juergas. Esta compañera acabó abandonando el instituto. 

La mayoría de rumores se los inventa ella, aunque eso nunca se sabe, le gusta meter cizaña entre los grupitos guays de chicas, y entre los equipos de deporte del instituto. No le importa que su instituto gane o pierda algo. 

Pero extrañamente, siempre hay alguien que se siente atraído por ella... Sobre todo los nuevos, pues los veteranos saben que es mejor no mantener contacto con ella para no ser centro de sus rumores, y aunque a muchos les gustaría hacerle a ella una putada... Probablemente Diana se la devuelva en forma de PutadaX1.000. Por eso tampoco la ignoran tanto como le gustarían. 

No es falsa, ni hipócrita, por eso los nuevos se dan cuenta enseguida cómo es y porque casi siempre anda sola, cosa que no le molesta en absoluto, es más, disfruta estando sola. 

Debido a su popularidad precisamente no por ser una hermana de la caridad, ha ido al psicólogo desde 1º de ESO, a los diferentes que ha habido... Seguramente estos sean sus mejores amigos por el momento, y a los que no ha puteado.

Soy un desconocido. Un fantasma. No me llevo bien con nadie, y mal con todos. ¿Para qué contar más? Es así de simple. Mi vida es mía y yo hago con ella lo que quiero. Ya hay un par de personas que la conocen a pies juntillas, y es suficiente. ¿Alguna de ellas es compañero o compañera de clase? No. Ellos no saben nada y mejor que sea así. Me jodería demasiado su reacción. Y sé que algunas reaccionarían de una manera que no me gustaría conocer.

¿Si alguna vez me han preguntado por algo de mi vida? 

Sí.

Recuerdo a Diana el año pasado que se acercó, con su sonrisa de niña buena a preguntarme dónde me había metido durante cuatro meses. La respuesta fue contundente: Tirándome a tu madre.

Si alguien quiere saber algo, que pregunte. La respuesta será acorde a que tan mal me caiga esa persona en ese momento.

Mi historia es demasiado sencilla que hasta me da vergüenza contarla, pero bueno, aquí va un miniresumen de lo que pasó con mi vida durante todo este tiempo. ( Que tampoco ha sido tanto, no soy una vieja carroza. )

Soy hija única, y como era de esperar, mis padres se desvivieron por mí desde el primer día en que abri mis ojos. Todo lo que he querido me lo han dado y claro, soy una pedigüeña, lo sigo siendo ahora. Y ya desde pequeña me decanté por todo lo que sea de papel y tuviera letras.

Claro que, que mi padre tenga una librería facilitó mucho mi trabajo o digamos... mi hobbi.

Libros y más libros. Libro que caía en mis manos, libro que leía. Así durante toda mi infancia. En el colegio, cuando era pequeña, los profesores querían que vaya a un psicologo, por que, según ellos, estaba alienada en los libros. ¿Qué tiene de malo que una persona lea y se meta tanto en los libros que se olvide de la realidad? Es así de sencillo, me gusta leer, me gusta implicarme con los personajes y me gusta pensar que puedo llegar a ser, durante unas horas, una princesa, una elfa, un guerrero o un asesino.

Así que mi infancia fue de esa manera. Entre libros... y psicologos, claro.

Los profesores del colegio no querían que siga en la escuela sin un informe de un profesional y mis padres, por más que protestaron, tuvieron que hacer lo que el colegio dictaba. Allí conocí al Doctor Llanos y a su hijo.

Desde un principio nos llevamos bien, y como después comenzamos el instituto juntos, pues la amistad se hizo cada vez más y más grande. Formabamos una pareja cojonuda, y hablo en pasado, porque ahora ya no somos solamente dos, también está el otro pardillo que se ha unido a la banda hace poco. Ahora somos un trío cojonudo.

Y esa es a grandes razgos, mi historia.

Natalia Saez, natural de Segovia.

Vivia junto a sus padres desde pequeña en la ciudad de Segovia. Su padre Raul Saez, era español, aunque si madre Jessie Brown, era inglesa, y ella siempre le llamaba Naty, o Natalie.

Creció en tranquilidad, una niña de coletitas y vestidos cucos, que su madre le ponia. Rositas, amarillos, azules, de grandes lazos y escajes. Parecia una Muñeca de porcelana. Tiene un hermano mayor, Carlos. Un chico extraño y huraño, que no salia de su habitacion. Pero le queria como a nadie. Y él la protegia en el cole, e instituto, se llevaban 3 años, por lo que él ahora se encontraba en la univerisdad y ella, en el instituto.

Pero en la infancia...algo hizo cambiar la vida de Natalia. La repentina muerte de sus padres fue un duro golpe para ella. Un accidente de trafico los llevo fuera del alcance de sus manos. y Ella no pudo soportarlo. A la edad de 10 años ocurrió ésto. Su hermano tenia 13. Por lo que los servicios sociales les llevaron a casa de su Tia, una hermana perdida de su padre, que vivia en Barcelona.La habian visto bastante poco, pero resultó ser maja. Una chica relativamente joven, de unos 32 años de edad, en aquella epoca, de gustos goticos. Y natalia se fijo en ella desde el primer momento. Como hermanas se llevaron y se intercambiaban ropa cuando Natalia ya estaba mas crecidita. Las ropas negras le gustaban, hacian representar el dolor de la perdida, pero le daban confianza a la vez que hacia que los demas se alejasen de ella. Solo su hermano y su tia (Sofia), la conocian bien, conocian sus miedos y debilidades. Tenia amigos, es posible, pero jamas llegarian tan hondo. ¿O si?

Desde el inicio de su educacion fue una chica inteligente y estudiosa. De notas altas y si ella se dejara cuadro de honor del instituto, pero no le gustaba el protagonismo. 

Toca el violin, y su musica hace helar la sangre de su familia. A los 16 años, su tia le puso un nombre con el cual la conocerian a partir de ese dia, Ilgara seria su nombre gotico. El nombre que debia hacer respetar a los demas.

Y a los 18, los años actuales se tatuó en verano el tatuaje de su espalda sus amigos, no lo verian hasta el primer dia de clase, acomodado entre sus hombros, con una camiseta negra de espalda al aire y su pelo recogido en una cola se veria de perlas. 

Solo quedaba unos dias, y volveria a ese instituto. Suspiraba por los libros, necesitaba volver para aprender algo mas, y ademas, era el ultimo curso. Sonrie. Al año siguiente, la universidad.

Samantha nació un 1 de noviembre en Madrid. Su padre, Carlos Luna, era inspector de policía en la capital española y su madre, Lilly Duncan, era una mujer normal y corriente, a la que el inspector Luna salvó de ser violada en un parquing. Así surgió el amor entre ellos, y a causa del origen inglés de su madre, decidieron ponerle Samantha.

En un hogar feliz y harmonioso, hasta que cumplió los 15. Hubo un asesinato en la casa más rica de la ciudad, y Carlos insistió en que el asesino era el propietario de dicha casa, hombre muy querido por todo el pueblo. Pero el jardinero se declaró culpable, y por falta de pruebas, el caso falló a favor del inspector. El pueblo no se tomó muy bien esa acusación, y todo eran críticas e insultos para la família Luna. La madre de Sam no soportó esa presión y un día, sin decir nada, se fue de casa con todas sus cosas.

Spoiler (solo lo sabe NEREA):

Carlos y Sam, supieron superarlo, y el inspector, destituido de su cargo, montó una agencia de detectives privados: Investigaciones Luna.

Sam aprendió mucho de su padre, incluso hasta llegar a ayudarle en casos fáciles. Como la búsqueda de amantes, o casos de fraude. Actuando también de su secretaria. Sam siguió apoyando a su padre, hasta que finalmente pudieron demostrar la culpabilidad del multimillonario y la inocencia del jardinero. Quién se había declarado culpable, para que su família recibiese dinero. Pero a pesar de que quisieron devolverle el puesto de Inspector, Carlos sabía que no podría pasar tanto tiempo con su hija, y lo rechazó, siguiendo con su negocio de la agencia. Aunque Carlos se preocupa por la seguridad de su hija, y a veces la advierte de no meterse en problemas demasiado peligrosos, sabe que no puede impedir y prohibir la curiosidad de su hija.

Los años pasaron, y aunque Sam sigue buscando a su madre, que apesar de haber pasado la tormenta no ha aparecido,  las pistas siempre la llevan de nuevo a la casilla de salida. Por lo visto, ella también había aprendido algo de su padre: a desaparecer sin dejar rastro. Pero Sam no se rinde.

La agencia no les da tanto dinero como necesitan, por lo que Sam ayuda a sus compañeros de clase con todo tipo de casos para ganar algun dinero extra, que nunca les viene mal.

Hace tres años que Gabriela llego de Barcelona, tras el divorcio de sus padres cuando ella era pequeña su madre consiguio rehacer su vida con un hombre que realmente la hiciera feliz, el problema es que eso con llevo el mudarse.

La chica no puso mucho problema pues nunca se habia llevado bien con su padre y deseaba toda la felicidad posible para su madre y Eduardo [ Su nuevo esposo ] parecia darsela. No tardo mucho en hacer leves amistades y sus notas ni bajaron ni subieron, se mantenia en su media habitual, busco un trabajo eventual en una cafeteria cercana al instituto algunas tardes y asi conseguir dinero para comprarse su moto y poder pagarse sus cosas. Era una chica bastante responsable para su edad y aunque sociable y con una sonrisa siempre en su cara era como si hubiera un leve muro entre ella y el mundo.

En el instituto no paso a destacar en nada hasta que descubrieron su talento para la musica, desde muy pequeña habia ido al conservatorio pues era lo que deseaba su padre y tenia un talento especial para el piano. Cuando tocaba era en el unico momento que se la veia realmente relajada y tranquila, como si nada mas existiera.

Aunque algunos chicos le han pedido citas y ella ha aceptado de forma cortes nunca se le ha conocido ningun novio formal.

Emily es hija de una española y un norteamericano. Sus padres se conocieron en Nueva York, mientras Ana, su madre trabajaba allí de relaciones públicas en una cadena hotelera. Edward, su padre, es militar.

Aunque la historia de amor fue bonita, la profesión de él, puso fin a un matrimonio de apenas dos años, en el que Emily nació. Ana, volvió a Madrid cuando ella tenía 1 año. El divorcio fue amistoso, y no hubo rencores.

Ana se volvió a casar con Toni, un economista madrileño, y tuvieron otra niña, Ana María, que tiene ahora 10 años, y es el ojito derecho de Emily.

No ve mucho a su padre, debido a su profesión, pero siempre que puede, viene a Madrid, y los dos desaparecen algún fin de semana. Entonces se aparcan los libros, y aparecen las aventuras: puenting, escalada.... Edward es el amigo más divertido que pudo tener nunca.

Toni estudió hasta cuarto de piano, y le inculcó a Emily el amor por la música, y por el instrumento en cuestión. Mantienen una relación cordial, y amistosa, en la que a veces se entiende mejor con él que con su propia madre.

Y no es que se lleve mal con ella.. Emily no se lleva mal con nadie, sólo que a veces la vida con ella le resulta muy aburrida.

En realidad, se diría que es una chica tan perfecta, que no es real.... ¿O quizás no es asi?

Dulce parece la definición de su nombre hecha persona, es una persona tranquila, amable, educada y muy sensible. Es una chica adorable. Tiene el corazón grande y es raro verla enfadada o tramando cualquier maldad, simplemente es la bondad lo que rige su vida y no cree que puede conseguirse nada de otra forma, que amando incondicionalmente y dandolo todo por el prójimo.

No es una chica presumida, de hecho a veces hasta se olvida que es una chica y debe cuidarse como tal, es natural y sensata, y responsable a la par que inteligente, pero la fascinación que siente por todo lo paranormal es lo único tachable en su ficha. Le encanta la psicología, parapsicologia y cualquier cosa relacionada, no hace más que leer teorías y teoremas sobre todo lo que refiere a la mente humana, es su pasión y su locura al mismo tiempo.

Como única anécdota reseñable, Dulce recuerda que de pequeña se quedó encerrada en un armario, al que había acudido al jugar al escondite con sus primos en casa de sus difuntos abuelos. Allí escuchó y sintió la presencia de sus antepasados, y desde entonces vive por y para la búsqueda de la explicación científica de aquellos fenómenos, que jamás vio como alucinaciones o ilusiones de su mente consciente.

Lleva una vida tranquila en el instituto, sale de vez en cuando con su grupo de amigas, y con su familia (dos hermanas menores y un chico mayor). Aparte del instituto va a clases de idiomas, y le gusta salir de excursión al campo. Aunque casi siempre la encuentras en la biblioteca mirando antiguos libros de cualquier autor desconocido para el resto del mundo normal.

Tiene un libro muy especial, si le preguntas te dirá que es un diario y que es privado. Nadie sabe donde está o cómo es... pero muchas veces la podrás escuchar decir: Esto tiene que ir al libro.

Gina nació en Barcelona, fruto de la relación de sus padres: un empresario coreano dedicado al mundo de la moda, llamado Jae Hyung Lee, y una traductora española especializada en el idioma coreano, llamada Verónica Sintes.

Verónica y Jae se conocieron en la capital catalana gracias a un evento de moda, en el que ella iba en calidad de traductora de la empresa en la que Ji era socio co-propietario junto a su padre y un hermano. Ambos se convencieron de que estaban hechos el uno para el otro casi al instante, y, poco a poco, la relación avanzó entre ellos, llegando hasta el punto de casarse y afincarse en Barcelona.

Dos años más tarde, nacería Gina, la única hija que la pareja tendría.

Gina, diminutivo de Georgina (nombre por el que se había encaprichado su madre, y al que su padre accedió, puesto que el apellido sería el de él), heredó los rasgos asiáticos de su padre, cosa que sorprendió a la familia, debido que esperaban algo más "mestizo", aunque, por supuesto, fue muy bien recibido por todos. Creció en un ambiente feliz, y en el que, desde muy temprano, le fue incentivado su intelecto, siendo campos como el lenguaje, la música y las ciencias exactas, la mayor prioridad de su educación infantil.

Por supuesto, Gina también dedicaba tiempo al juego, y bastante, por cierto, pero su habilidad (y más tarde pasión) por el piano, su facilidad para hablar coreano y español, además de su gran inteligencia, no surgieron de la nada.

Con tal preparación mental, Gina siempre superó sus cursos tanto del instituto como del conservatorio al que iba, con una facilidad bastante envidiable, aunque procuraba no pasar demasiado advertida por el resto de estudiantes. Obviamente, se sabía que ella era del "equipo de los listos", y muchos se aprovechaban de ello, pero más allá de eso, la joven intentaba no sobresalir demasiado, aunque muchas veces su vestimenta, (ropa diseñada por la firma de su padre), solía destacar más de lo que le gustaría, aunque, a su vez, le gustaba tanto que no podía desprenderse de la misma.

En cuanto a las relaciones con los demás, Gina se esforzaba en ser buena compañera, generosa, y buena amiga en general, aunque a la mayoría de sus congéneres no es que les hiciese mucha gracia ser la amiga de la cerebrito, cosa que quizás la entristeciese un poco, pero no la hacía ceder, sino esforzarse más.

Por supuesto, había logrado llevarse mejor con algunos de sus compañeros más que con otros, y eso la hacía medianamente feliz, ya que así no estaba tan apartada del todo. Un ejemplo de ello eran Yi y Allie, sus dos mejores amigos desde que tenía uso de razón, con quienes compartía todo lo que le sucedía.

Su relación con ambos era realmente buena, hasta el punto en el que los padres de los tres habían congeniado también, razón por la cual muchas veces se iban todos a algún sitio de vacaciones, o simplemente de excursión. En otras ocasiones, los padres de Gina invitaban a Allie y Yi a su casa, con lo que los tres pasaban a veces semanas juntos sin casi ningún tipo de inconveniente.

Para Gina, todo eso era muy importante, pues la hacían crecer como persona. Con el tiempo, a veces sucede que la gente se aleja de unos y otros, pero siempre hay excepciones, como en este caso, puesto que Allie, Gina y Yi, siguieron juntos hasta, quién lo diría, comenzar el último año de instituto...

Y así estaban las cosas... Allie era la mejor amiga de Gina, y Yi... Con Yi no lo tenía muy claro, porque, pese a que desde pequeña siempre lo había estado "mandoneando", para llevarlo por el camino correcto, según ella, (de hecho, era la única persona a la que trataba así, con los demás siempre era más amable y vergonzosa, y jamás se le ocurría ordenarles nada, ni siquiera a Allie), con el tiempo había empezado a sentirse algo diferente frente a él, y era algo que la confundía totalmente. Por supuesto, no lo reconocería nunca, puesto que si decía algo al respecto, seguro que él se reiría, así es que, decidió simplemente mantener la imagen de "madre pesada" frente a él, por lo que las cosas serían así más fáciles, aunque no lograse evitar algún sonrojo de vez en cuando, cosa que atribuiría al calor o al frío, según la ocasión lo requiriese.

En lo que respecta al instituto, se sentía emocionada, por fin habían llegado al último curso, y tenía ganas de ver cómo resultaba todo...

Pero por otro lado, también se sentía triste, debido a que, justamente, era el último año... Quizás no volviese a ver a muchos de los que había conocido allí... Y eso era algo que quisiera o no, decaía un poco...

Aún así, de una cosa estaba segura: ¡este año intentaría mejorar sus relaciones con todos! Así, de seguro, ¡podría llevarse un gran y bonito recuerdo de todos!