El hombre de traje se acercó a la escena de los huesos, y se arrodilló junto a lo que parecía ser un fémur humano. No tardó mucho en pedir que acordonen la zona, que quiten a los curiosos y que no dejen pasar a los periodistas. También dijo que quería hablar con los testigos y con los que encontraron los huesos. Todo eso, moviendo la mano alrededor de su cabeza como pidiendo prisa.
Allí, no había curiosos, ni tampoco periodistas, pero al parecer, el hombre suponía que no tardarían en llegar.
La mujer, en cambio, se puso unos guantes y empezó a toquetear los huesos con un pincel de cerdas finas, para quitarle el polvo. Al mismo tiempo, del camión oscuro bajaron dos hombres más con cámaras de fotos y demás utensillos forenses y comenzaron a trabajar enseguida.
Daniel no parecía creer lo que veía.
La verdad, era todo como una película, como CSI Miami, pero aquí mismo.
Todo muy profesional.
Al ver cómo el hombre empieza a caminar por todos lados dando órdenes, Allie se apresura a apartarse para no molestar, llevándose a los perros con correa a su lado y llamando a H para que no se separe de ella. Tanto estrés estaba empezando a tensar el ambiente todavía más, y eso, el aura de Allie, lo notaba.
Estrés, nervios, tensión... Este ambiente es lo peor... Tendré que hacer yoga en cuanto llegue a casa... A ver si queda incienso de lavanda.
Esos son sus pensamientos mientras sus ojos se mueven de un lado a otro siguiendo a los "profesionales". Su respiración es tranquila aunque es ella misma la que se fuerza a respirar hondo para no perder los nervios.
¿Crees que hacen todo esto cada vez que encuentran un hueso? ¿O es algo especial?
Pregunta a Daniel en un susurro aprovechando la distancia entre ellos y los demás.
- No tengo idea. Supongo que harán en todos los sitios igual. - Dijo mientras se rascaba la cabeza pensativo. - ¿Por qué crees que van a cambiar de forma de actuar por un hueso u otro? Supongo que seguirán un protocolo o algo así. ¿No crees? -
En ese momento, el hombre de traje que miraba los huesos, se acercó a uno de los policias, el cual os señaló con la mano.
El hombre bien vestido, se quitó las gafas de sol y se acomodo la chaqueta. Venía con un palillo en la boca, moviéndolo de un lado a otro y aún así, su cara demostraba que era un tipo duro, curtido en estas tareas, ya que su boca ni siquiera se movió para esbozar una sonrisa o algún otro gesto al veros.
Se quitó el pallillo de la boca y comenzó a avanzar hasta vosotros, y cuando llegó hasta vuestro lado, se abrió la chaqueta, dejando sus manos sobre el cinturón que tenía una hebilla con la bandera de españa e inclinó la cabeza a un lado.
- ¿Vosotros habéis encontrado eso? - Dijo el policia todo chulo, señalando los huesos.
Aunque no lo parezca, por su apartente tranquilidad, Allie queda sorprendida por los primeros gestos del hombre que viene a interrogarlos. Parecía uno de aquellos policías antiguos que había visto tantas veces en las películas. Chulo, prepotente, probablemente machista y todo músculos. Esperaba estar equivocada y que el cuerpo de policía de hoy en día no aceptara individuos así en sus filas... es más. Suponía que ese tipo de especímenes ya había sido extinguido gracias a la lucha de la mujer y a la evolución de la tecnología y la cultura.
Esto... sí. Bueno, ellos lo encontraron -Señala los perros que mantiene a sus pies, atados con correa.
No iba a arriesgarse a descubrir qué tipo de persona era... sería mejor no responder más de la cuenta. Al menos por el momento.
Es cuando baja la mirada que se fija en el cinturón que lleva puesto. Y su paciencia y nervios de acero no pueden evitar que sus ojos se agranden algo más de la cuenta durante unos segundos. ¿Cómo podía existir gente tan hortera?