Os Lalis, una familia, o mejor dicho un clan que ha gobernado la bahía de Vigo y su contrabando y tráfico de todo tipo de drogas desde que Xosé Lalis tomo las riendas allá por los 90. Sabes de buena tinta que no se andan con chiquitas y que difícilmente conseguirás que alguien del mundillo los venda.
De todas formas, aún mantienes contactos en los bajos fondos y puede que la información que tienes de su cargamento perdido abra alguna puerta.
Los Lalis tienen un pazo a las afueras de la ciudad, eso lo sabe todo el mundo, pero ¿vas a ir directamente allí o antes preguntarás en los tugurios habituales?
Sabia moverse por los bajos fondos, hacia tiempo que no le eran ajenos, una vida con narcotraficantes era a menudo peligrosa, pero también muy practica, aun tenia algún contacto de esa vida y por eso fue a un bar donde sabía que podía encontrar a su contacto, hacia tiempo que no se veían, pero solía estar al tanto de todo ese mundillo.
Se apoyo en la barra, con su atuendo no pasaba desapercibida, nunca lo hacia, el camarero le sonrió, pero no se acerco a ella, ya sabía quien era y a quien buscaba. Un hombre se le acerco -¿de donde eres guapa?- sonrió y lo miro -De las afueras- este le sonrió también y pregunto seguro de si mismo -¿de las afueras de donde concretamente?- su sonrisa cambio a una mueca de desagrado -De las afueras de tu alcance- al hombre se le encendió la cara y justo cuando levanto una mano para abofetearla, esta fue retorcida con fuerza, por un brazo fuerte y totalmente tatuado.
-Creo que la señorita ha dejado claro, muy educadamente, que no le interesas- El hombre lo miro con miedo y se fue con cara de enfado, sin decir palabra, este nuevo hombre, Ricardo Castro, mas conocido como Ricky, miro a Sonia -Dichosos los ojos bombón, como siempre rodeada de hombres....siempre poco recomendables- le dio un abrazo de oso a Sonia que la espachurro por todos lados, eran bastante mas ancho que ella y varias cabezas mas alto -¡¡Auh!! sigues estando muy fuerte- este rio a carcajadas -Bueno ¿qué te trae por aquí?- la guio hacia una mesa en un reservado en la parte de atrás -Pues necesito cierta información que seguramente tu tengas- Se sentó acomodándose en una silla y con una patada separando la silla frente a él -Vaya, que desilusión, pensé que venias para veme y compartir románticos momentos- rio, dejando claro que sabia de sobra que venia por información -Información sobre cierto envío perdido de Los Lalis...- Ricky silvo -¿en que líos estas metida ahora princesa?- ella sonrió encantadora -No quieres saberlo, creme-
Ahí te dejo a Ricky, ya sabes mas o menos como se comporta, todo tuyo. Sonia le salvo la vida, intercediendo por él, calmando la rabia y cólera de su novio cuando estaban en el mismo cartel.
Ricky conocía a los Lalis, joder si los conocía. Una familia de hijo de putas desalmados liderado por un viejo que podría parecer tu abuelo el del pueblo. - Nena, ¿estás segura de querer meterte con esta gente? - La pregunta era retórica, sabía que Sonia no iba a cambiar de parecer.
- Todo camello o maleante de Vigo sabe a estas horas sobre el cargamento que han perdido los Lalis. Xosé Lalis, el patriarca, tiene que andar contento. - se ría para dentro, como si hubiera contado un chiste gracioso que solo entendía él. - Mira, por lo que he oído uno de los tios que se encontraba en la lancha siniestrada ha conseguido volver al pazo. Se trata de un tal Langi, un matón de poca monta y parece que ha vuelto bastante tocado, de la puta olla vamos.- Le pega un trago al cafe. - ¿Estás segura de que no puedo saber de que se trata? Me preocupas chica.
Se recosto en la silla y se cruzo de piernas y brazos -se que fue porque una lancha se siniestro contra las rocas, también se que Álvaro murió, mejor, es mejor morir que lo que le harian los Lalis de cogerlo y ese que dices... ¿Estará escondido?- nego con la cabeza -no es la primera vez que me meto en este mundillo, sabes bien que mientras estuve con Carlos estaba ahi, que si, que él nunca quiso meterme en sus asuntos, pero inevitablemente aprendi algunas cosas y... A tratar con gente chunga- le sonrió y le dio con un puño en la barbilla -no te preocupes tanto por mi, no te pega nada-
Vuelve a reírse amargamente al aceptarlo – Tengo un corazón bien escondido, no creas. – Pide la cuenta con un gesto – El Langi volvió como un perrito con el rabo entre las piernas a casa de su dueño. Que yo sepa sigue en el pazo. – Paga la cuenta – No deberíamos alargar mucho esta pequeña reunión, hay ojos por todas partes. Si quisieras, podría concertar una cita con Xosé, los Lalis me deben algún favor. Pero una vez dentro no tendrías ninguna garantía.
Le sonrió, realmente echaba de menos las conversaciones con él, las trascendentales, las que solo iban de que eran amigos, pero era cierto que siempre habia ojos y oídos indiscretos.
Miro el movil para ver la hora y vio un mensaje de Alba -pues si, concreta esa cita, aunque ahora tengo que irme, si no hay otra persona que me matará y la temo mas que a Los Lalis- bromeó. Le dio un beso y un abrazo y le susurro -cuidate ¿vale osito?- sabiendo que él tenía su móvil y la avisaria para la reunión se dispuso a volver con Alba y los demás, aunque dadas las horas igual estaban ya todos en sus casas.