Partida Rol por web

Una vez más os habéis separado del grupo para investigar por vuestra cuenta. ¿Es la propia investigación o es vuestro subconsciente quien os arrastra a la intimidad? Los gestos, las miradas, todo indica una complicidad que no escapa para cualquier que este en la misma habitación. Sea como fuere, os encontráis en frente de la entrada del piso. Un perito os ha abierto la puerta y es hora de que todo esto empiece a tener algo más de sentido.

El perito no duda ni por un momento al escuchar las palabras de Beth. Deseándoos suerte, os deja solos en el piso de Álvaro. A primera vista la casa parece algo descuidada, con ropa tirada por cualquier parte, y con una pila de platos sin fregar. Por lo demás, la cocina, habitación, sala y baño no presenten nada extraño. Quizás algo de humedad, pero no entendéis muy bien porque. 

Beth comenzó a subir las escaleras tras revisar los buzones. Ahí estaba, según el cartelito del buzón metálico del rellano del edificio, la puerta de Marcial.

— Recuerda la reacción de la novia del fallecido, estate atento... — le guiñó un ojo, demostrando la cercanía que se tenían.

Tras varios segundos comprobó la puerta, esperando poder forzarla con el pequeño equipo de la policía nacional que tenía, pero rápido desechó la opción. No tenían una orden de un juez, así que tendrían que hacerlo difícil.

— Marcial — golpeó la puerta un par de veces. — Necesitamos que nos acompañes y no lo hagas más difícil... — volvió a golpear. — Venga, abre la puerta, solo necesitamos que nos respondas un par de preguntas. No tenemos nada contra ti...