Beth se recostó en la silla mientras lanzaba un pequeño bufido. Sus ojos se dirigieron a la pequeña cámara que parecía grabar todo lo que sucedía allí dentro. La catalana sabía que había dado en la tecla correcta al ver la reacción de Lucía al hablar del padre de Álvaro.
— Gracias por la información, ahora tenemos más hilos de los que tirar — sonrió al ver que aquella mujer estaba realmente asustada y llena de arrepentimiento. Toda la información de su padre parecía importante y, en cierta medida, encajar con las últimas palabras del fallecido. — Pediremos una orden para registrar tu casa, buscaremos esas cartas y comprobaremos que todo lo que nos dijiste es cierto... Pero, una última cosa, ¿conoce a este hombre? — colocó la foto de aquel sospechoso que minutos antes habían conseguido sacar de las cámaras de tráfico.
— Estuvo con Álvaro la noche del incidente, todo detalle es importante y seguro que nuestra compañera se lo agradecerá...
Y esperó a que Lucía soltara todo lo poco que podía guardar, era el momento indicado para estrujar a aquella mujer.
La verdad es que Alba no puede hacer mucho más que escuchar la grabación que tienen con sus múltiples interrogantes y a Iyán intentando conseguir algo de información de la catedrática. Sabe que el chico está muy ocupado, así que garabatea algo en un post-it. Aparte sigue escuchando el interrogatorio, tomando notas y nombres en su libreta.
"Si necesita ver el medallón en persona puedo llevárselo"
La verdad es que le haría bien salir un poco de la comisaría...
Cuando escucha el nombre se sienta en otro de los ordenadores y empieza a buscar el historial de Marcial Gutierrez y el nombre e historial del padre del fallecido. A ver si consigue algo de información.
Rosón escucha pacientemente todas las explicaciones de Iyán antes de responderle como lo haría a cualquier estudiante de alguno sus seminarios .- Como bien ha dicho, el Nuberu es una criatura mitológica de origen celta. Sospechamos que en su día sería considerado como una deidad menor de la zona noroccidental de la península y sabemos que su influencia o recuerdo ha perdurado más de lo que hubiéramos sospechado. Esta deidad relacionada con los temporales y la mar ha sido consagrada hasta entrado el siglo XX en diversos pueblos de Galicia e incluso tenemos registrado un canto en su honor. Deje que lo encuentra - Se escucha el ruido de las hojas - Un momento.... aquí está. Como verá, en sus versos quedan evidencias de la mezcla entre el cristianismo y una antigua creencia o fe, ejemplo muy claro de ese cristianismo con raíces paganas tan frecuente en las zonas remotas de Europa:
Tanguen os cregos a campà [Tocan los frailes la campana]
Pía escorrentar o Nubeiro [para ahuyentar al Nubeiro/las nubes]
Ben eles sudan...para encher [bien ellos sudan para llenar]
Pra todo o ano o granceiro [para todo el año el granero]
- Si el medallón es realmente antiguo estoy segura que procederá de alguna aldea remota. Siento no ser da más ayuda agente.
Luego a la tarde os respondo al resto
Satisfecho por la respuesta, se rascó la barbilla tras escuchar a Beth.
—¿De qué presa hablas? Cuéntame más.
Atento a lo que pudiera decir la mujer, tomó notas y se quedó expectante ante las posibles respuestas que puedan llegar a sus oidos. Sin más, le dedicó una significativa mirada a su compañera, había estado muy acertada con sus palabras.
Lucia coge la foto que le extiende Beth y no tarda en reconocer al susodicho más de dos segundos. Con algo de incredulidad, como si alguien le hubiera preguntado quien era el presidente de España os responde con una sonrisa torcida – Si claro, es El Langi, un amigo o bueno, compañero de trabajo de Alvaro. Su nombre real es Lucas pero no sé como se apellida. – Dejando la foto sobre la mesa se gira para mirar a Xoel. – Alvaro no contaba gran cosa de su infancia pero al parecer su padre o familia estuvo relacionada con la construcción de una presa cerca de Torralves. Ya os digo que apenas hablaba sobre esa época.
Mientras sus compañeros hablaban por teléfono e interrogaban a testigos Alba se pone a rebuscar en las bases de datos policiales. A pesar de sentirse más cómoda en el campo a veces no quedaba más remedio que hacer un poco de trabajo de oficina. Marcial Gutierrez teclea.
Solo hay un Marcial Gutierrez nacido cerca de Torralves y para sorpresa de Alba, la Guardia Civil lo tiene fichado. Nacido en 1981 no aparece en los registros de la policia hasta hace apenas una semana, justo cuando parece ser visto por Alvaro. En el informe se le relaciona con la desaparación de tres menores en la zona de O Porriño. Según este mismo informe varios testigos escucharon a Marcial hablar sobre ello de forma reiterada. Algunos de los testigos mencionan una clara sensación de culpa en Marcial. La investigación corre a cargod el teniente Ricardo Zurita. Su residencia actual es desconocida pero se le presupone en Vigo.
Alfonso del Campo, padre del difunto Alvaro. Alfonso nació en Vigo pero lleva viviendo en Torralves desde muy pequeño. Su padre, (abuelo de Alvaro) Vicente del Campo fue primer y único director de la presa de Torralves, construida en 1955 por el ministerio de industria franquista. Esta presa tuvo un gran rechazo entre los habitantes de la zona pero no pudo hacerse nada. Al finalizar la construcción la presa inundó el pueblo de Torralves para siempre y sus gentes se mudaron a localidades vecinas. En la transición la gestión de la presa fue privatizada pero la empresa encargada estaba en manos de Alfonso, hijo de Vicente y padre de Alvaro (malditas puertas giratorias piensa Alba). Desde entonces ha estado a cargo de su gestión ininterrumpidamente.
La mujer escucha atentamente el interrogatorio mientras va saltando de expediente en expediente, tomando notas esquemáticas pero muy precisas, un trabajo digno de alguien acostumbrado a escribir informes a toda prisa andando por el monte entre lluvia y viento. Escribe nombres y los relaciona entre sí y con actividades con rotuladores de distintos colores, en una suerte de mapa de la memoria.
Siguiente: Lucas "El Langi". Pasa una mano rápida por delante de Iyán, cogiendo un Post-it de color fosforito. "Buscar info. Presa Torralves" escribe con caligrafía fluida.
Está tan metida en la búsqueda de información y el interrogatorio que ya apenas escucha lo que dice Iyán...
Habían sacado toda la información posible de aquella mujer, ahora un saco de nervios y preocupaciones. Las malas compañías siempre tenían ese riesgo: por muy bien que te fuera, podías acabar en una sala de interrogatorios.
— Gracias por la información — dijo Beth, agarrando la foto del Langi y, como había hecho minutos antes, la colocó sobre el pecho de Xoel para que la sostuviera. — Por el momento, bajarás al calabozo por amenazas a un agente. Si nos has dicho todo, eso te ayudará... — soltó en un tono claramente amenazante y salió de la sala.
— Joder, no se me da bien hacerme la dura... — sonrió a sus compañeros que estaban fuera. — Creo que deberíamos registrar la casa de Lucía, esas cartas podrían ayudarnos a saber más sobre en qué estaba metido nuestro amigo Álvaro... ¿Del resto, habéis averiguado algo?
Tenían mucha información... Alfonso, el padre de Álvaro, y toda su historia... El Langi... Todos los hilos comenzaban a enlazarse de forma vertiginosa.
El ritmo era frenético en la oficina y nadie se había percatado de la hora que era. Hace tiempo que no quedaba nadie en la oficina y la luz del atardecer bañaba las mesas llenas de papeles y fotografías. Había sido un día larguísimo y sabéis que mañana tendréis que presentar un informe con todo lo averiguado hasta ahora ante el comisario Orozco. Era hora de cerrar la persiana. ¿Volvéis a vuestros hogares? ¿Seguís trabajando a destajo? ¿Le vais a contar todo al comisario?
Con un par de toquecitos de dedos enseña a Beth el mapa conceptual con ocupaciones, detalles y relaciones entre las personas que ha escuchado en el interrogatorio y los que le habían dado de antes.
-Iyán está peleándose con la profe.- Dice mientras se estira hasta que le crujen las lumbares. Mira de reojo la hora del móvil.- Uf...
Saca el móvil y manda un mensaje a Sonia.
"El carruaje se va a convertir en calabaza de nuevo. Hoy cenamos con los abuelos. Aprieta el paso, Cenicienta :*"
-Me queda averiguar cosas de la presa Torralves, no creo que me lleve mucho mañana.-Se pone de pie.- A no ser que queráis decirle lo que hemos encontrado al comisario igual es mejor cerrar la tienda por hoy. Yo tengo que esperar por mi chifladita, pero se está haciendo tarde...
Salió pensativo y una efímera sonrisa surgió de sus labios cuando Beth intentó hacerse la mala.
—No te hagas que te conozco.
Solo soltó aquella frase y siguió a lo suyo. La idea de registrar casas le apetecía, era más trabajo de campo, algo que le daba acción al cuerpo y un motivo para no pensar.
—Venga, una vez nos cuenten marchamos a la casa de Lucia.
No dijo más, se quedó expectante a ver qué decían sus compañeros. Al escuchar a Alba, asintió.
—Hacemos esa vuelta, tú ve tranquila Alba. Yo no tengo nadie que me espere y me sobra el tiempo.
- Tendremos que pedir la orden... Podríamos pasarnos por la mañana, creo que Alba tiene razón y es mejor dejarlo. Avisamos que se lleven a Lucía y mejor descansar... Que esa cara de tipo duro no se puede arrugar... - bromeó mientras sacó la lengua a su compañero. - Ve tranquila, esperamos a Iyán por si necesita algo más y también marchamos, ¿no? - dijo cansada.
La mujer sonríe.
-Tengo que esperar por Sonia y no sé si Iyán ha venido hasta aquí en transporte público. Mi plan era decirle que lo acerco a él también hasta su casa de que Sonia y yo vamos a la nuestra. Pero si os quedáis trabajando nos quedamos todos.- Termina, convencida.
Sonia llegó tarde, pero finalmente apareció por comisaría justo a tiempo. Junto con Iyán, acompañaron a Alba mientras cada uno explicaba como podía todo lo sucedido a lo largo del día. Xoél y Beth compartieron coche, tal y como lo habían hecho a la mañana. ¿Como ha dormido cada uno? ¿Que pensamientos rondan en cada una de esas cabezas?
Es un caso extraño sin duda, no todos los días se tropieza uno con un ser mitológico en medio de una investigación policial.
Por la mañana siguiente el equipo se volvía reunir ante el comisario Orozco. La redacción del informe habrá dejado a alguno de vosotros sin muchas horas de sueño pero parecía que el viejo Orozco estaba satisfecho. Su despacho era inconfundible, entre el olor a los ducados que aún seguía fumando y su poca organización parecería que estuvieras en un despacho de algún detective de mala muerte. Pero en cuanto abría la boca se esfumaban las dudas.
- Cojonudo señores. Además de un narcotraficante pagano muerto os habéis encontrado con el principal sospechoso de la desaparición de tres niñas. Si estabáis pensando en cerrar esto pronto estáis bien jodidos. - se rasca la barbilla.- He hablado con la Guardia Civil en Porriño y les ha sobrado tiempo para pedir ayuda. El caso puede que esté relacionado y no se ven capacitados para llevar a cabo una investigación triple así que os he ofrecido como soporte, felicidades.
Coge de nuevo el informe y repasa punto por punto lo conseguido hasta ahora. - Por una parte tenéis el piso del fiambre, aún por ponerlo patas arriba. Su chica está en el calabozo y ahí seguirá hasta que se resuelva esto. El único testigo de la muerte de Alvaro parece ser otro narcotraficante de los Lalis, podrías buscarlo y hacer que canté como una soprano. Por si esto no fuera poco, está el tal Marcial, encontrarlo debería ser vuestra máxima prioridad.
- Por último, las tres niñas. La última desapareció hace menos de tres días y podrían seguir con vida. Si al final ambos casos están relacionados creo que deberías visitar el cuartel de Porriño y ver que saben de todo esto. Si no me equivoco Alvaro era de por allí y su padré aún sigue trabajando en esa presa.
O Porriño se encuentra a menos de 18 minutos en coche del centro de Vigo, para que os hagáis una idea.
Podéis explayaros tanto como queráis a la hora de contar vuestra noche y vuestra mañana. He intentado resumir a grandes rasgos todas las pistas que téneis hasta ahora pero no es una investigación cerrada. Recordad que téneis contactos y recursos que podéis utilizar para expandir todo esto.
La noche no había acabado del todo mal. La familia de Alba había esperado por las chicas para cenar, y la verdad es que se les había hecho bastante tarde desde que se habían sentado a la amplia mesa hasta que habían ayudado a recoger los pocillos del café y se habían ido a casa. Los padres y hermanos de Alba trataban a Sonia como una más de la familia, y no habrían permitido una cena rápida sin tiempo a ponerse al día. Tampoco habrían cenado sin ellas y luego mandado un túper, hay que aprovechar que están todos juntos. Al final hasta se habían apuntado los suegros de la rubia, decididos a no quedarse fuera de la “reunión”. En total catorce personas efusivas y gritonas: Menos mal que Sonia estaba acostumbrada a la vida social o no habría sobrevivido, pensaba Alba con no poca sorna.
Cuando habían vuelto a casa y después de dejar a un agotado crío durmiendo plácidamente en su cuna Alba, Sonia y Xián habían visto un poco la tele, una reposición de un programa de cocina con el vigilabebés puesto encima de la mesita de café, justo al lado de los pies descalzos de la rubia. En casa y a esas horas no se habla de trabajo: este es un lugar seguro. La tele sólo estaba ahí para dar un poco de sonido de fondo mientras los tres adultos charlaban de cosas sin importancia. La vida de Sonia en el Sur, una nueva ruta de senderismo que visitar...conversaciones de familia.
A Alba le había costado un poco conciliar el sueño: cada vez que cerraba los ojos le venía a la cabeza el cañón de la pistola de Lucía apuntado hacia ella. Al final se había quedado dormida, después de charlar un rato con su marido entre cambios de pañal y alimentaciones nocturnas.
Si la rubia no ha dormido demasiado no se le nota, y cuando Sonia baja a desayunar se encuentra con que ya tiene en la mesa parte de los “tesoros” de ayer: aparte de la cena las abuelas les han dado algunos túpers, incluyendo parte del postre y un bizcocho con una pinta muy buena. Es lo que tienen las abuelas y madres de familia numerosa: te dicen que te quieren haciéndote engordar. Alba saluda a la muchacha de buen humor mientras organiza con su marido los próximos días para que no les pille el toro con la nevera vacía y vigilan al niño, sentado en la trona y muy entretenido tirando al suelo todo lo que consigue agarrar y gritando de alegría a pleno pulmón, el agotamiento de pasar de brazo en brazo anoche totalmente recuperado. Mientras Sonia desayuna van cubriendo en el organizador que tiene pegado a un lado de la nevera a quién le corresponde hacer cada cosa, incluyendo la lista de la compra y los otros pequeños recados que hacen que la vida discurra más cómodamente para todos.
Una vez desayunadas y arregladas conduce hasta la comisaría, y en el trayecto sí que le va preguntando a Sonia todo lo que ha pasado ayer con los Lalis. Le cuenta también lo que ella ha descubierto, y todo lo que estuvieron haciendo mientras su cuñada estaba fuera. No puede evitarlo y le "lee un poco la cartilla", suplicándole prudencia como cada vez que sabe que Sonia va a reunirse con esa gente. Sabe que la chica sabe cuidarse sola, pero eso no evita que se preocupe por ella.
Saluda al resto con una sonrisa, cargada con su bandolera, el termo y lo que parece la fiambrera de la comida, tanto para ella como para Sonia.
-Buenos días a todos. Espero que hayáis descansado bien.- Dice con una sonrisa nada más llegar.- Sonia y yo hemos traído bizcocho, por si a alguien le apetece.
Se sienta con tranquilidad en una de las sillas del despacho del comisario Orozco, esperando nuevas órdenes. Al volver a escuchar lo de la desaparición de las niñas no puede evitarlo: se pone pálida y dirige una mirada de clara inquietud al resto. Respira hondo intentando tranquilizarse y abre su pequeña libreta, más que nada por si necesita tomar alguna nota.
En esa libreta tiene puesto el mapa conceptual que hizo ayer con toda la información y relaciones entre los que han estado investigando, y se queda mirándolo fijamente durante un par de segundos. Al final carraspea.
-Creo que ir hasta Porriño y ver qué tienen es importante: si las rapazas aún pueden estar vivas el tiempo es oro, y si agarramos a Marcial igual canta. La señorita Gamarra no se va a marchar de donde está, y hasta igual conviene que esté un día o dos tranquilamente ahí para que se le pase el miedo.- No es que tenga mala sangre por el disparo, pero honestamente cree que un par de días a la sombra ayudan a relajar los nervios. Frunce el ceño mirando el mapa y todos los hilos de los que pueden tirar. Al final titubea.- ¿Quizás sea mejor dividirnos de nuevo y luego centralizar información?...
Había agradecido el detalle de Alba acercándolo hasta su casa. Como tantas otras veces, el trabajo le había absorbido de tal manera que el tiempo había dejado de existir para él. Si no llega a ser por sus compañeros hubiera estado toda la noche delante del ordenador. Pero, ahora que ya se encontraba en casa, el cansancio y el hambre hicieron acto de presencia.
Chasqueó la lengua con fastidio al abrir la nevera y comprobar lo desolada que estaba: alguna cerveza, un cartón de leche, una lechuga mustia y un par de huevos que no le apetecía cocinar en esos momentos. Suspiró con resignación y cogió una de las latas de cerveza antes de marcar el número de la pizzería en su teléfono.
Se sentó casi a oscuras en el sofá mientras esperaba al repartidor, meditando sobre toda la información que habían recopilado ese día. Aquel caso se estaba presentando como una maraña de múltiples hilos de colores de los que tirar; una maraña que tendrían que deshacer para saber si los hilos pertenecían a la misma madeja o a madejas diferentes. Porque ¿qué pintaban unas niñas desaparecidas en el caso de unos narcotraficantes? ¿Acaso habían visto algo que no debían? ¿Y cómo encajaba la mitología en todo ese asunto?
El sonido del timbre le hizo recordar que aún no había cenado. Pagó al repartidor y dejó la caja encima de la mesa ante el sofá, encendió la televisión y, tras hacer zapping, se quedó mirando una película bastante mala mientras saboreaba un par de trozos de su pizza cuatro quesos.
Se despertó con el sonido de la televisión y el cuello hecho trizas. Se había quedado dormido en el sofá, vestido con la ropa del día anterior, dos latas de cerveza vacías sobre la mesa y los restos fríos de la pizza. Con un exagerado bostezo y estirando tanto el cuerpo que todos y cada uno de sus huesos crujieron enfadados, Iyán se dio una larga ducha que lo despejó por completo y alivió sus agarrotados músculos.
Un vaso de leche fría y otro par de trozos de pizza fueron todo su desayuno, prometiéndose que ese mismo día iría a hacer la compra y, sobre todo, aprovisionarse de una buena cantidad de café.
—Buenos días —saludó a todo el mundo cuando llegó a la comisaría y se reunió con sus compañeros en el despacho del comisario. Se mostraba tan animado como siempre y sin dar muestras de lo incómodo que había sido su descanso.
Orozco había hecho un buen resumen de sus investigaciones del día anterior, pero en la mente del asturiano solo se quedó fijado un detalle… Las niñas. Tres chicas desaparecidas, una recientemente, y que a pesar de tener todo en su contra aún podían estar con vida. Eso era lo importante y la muerte del narcotraficante podía quedar en segundo plano. Aunque… Sí, estaba el detalle de que quizás los dos casos estuvieran conectados y así podrían matar dos pájaros de un tiro.
—Estoy con Alba —dijo, asintiendo con la cabeza en dirección a su compañera—. La desaparición de las crías debería ser lo más importante ahora. A ver qué nos cuentan los del cuartel. Tendrán más información sobre este asunto y quizás podamos dar con el paradero del tal Marcial. ¿Qué opináis? —preguntó, dirigiendo la mirada a Beth y Xoel, precisamente los dos interesados en la casa del difunto y los que parecían trabajar muy bien juntos—. ¿Os venís con nosotros o preferís el registro?
A Sonia no le preguntó pues se imaginó que, si no tenía que irse para tratar con sus contactos, seguramente iría donde fuera Alba.
La noche de Beth fue extraña, cuanto menos, pero no muy diferente al resto de sus noches en Galicia. El televisor permanecía encendido, con el mensaje predefinido de Netflix cuando llevas mucho tiempo visionando algo y la catalana dormitaba en el sofá. En su mano, el teléfono iluminado mostraba la pantalla de WhatsApp con el contacto de Xoel mostrado. En él había mensajes antiguos, donde parecía que la pareja era feliz, hablando de la academia, de las salidas nocturnas y un largo etcétera de aventuras de la pareja.
Su frente estaba perlada de gotas de sudor y su cuerpo se movía claramente a causa de una pesadilla...
Una pesadilla diferente a las demás...
Estaba en el puerto de Barcelona, con su arma desenfundada, pero todo era diferente... Xoel estaba en el suelo tendido y el mar rugía con fuerza mientras, un faro totalmente fuera de lugar era engullido por las olas de ese océano embravecido...
Los ojos de Beth miraban el regalo que les había dado aquella extraña mujer mientras Xoel conducía, llegando a la comisaría.
— Todo esto es una locura... — rompió el silencio en el coche de su compañero y, tras varios segundos buscó a Xoel con la mirada. — Todo es una jodida locura... — sonrió y esperó a que aparcara.
Tras llegar al despacho del comisario Orozco, Beth escuchó con atención lo que su superior informaba y comiendo un trozo de bizcocho que sus compañeras habían traído.
— Joder, esto se complica... Tres niñas, ¿En serio? — terminó de tragar el último bocado. — Sí, creo que, como decís, habrá que separarse... — se encogió de hombros. — Este gruñón y yo iremos al registro mientras estáis en Porriño, ¿os parece? — miró a Xoel esperando su contestación.
La cena al final resultó ser más multitudinaria de lo que ella esperaba, se sentía a gusto con los padres de Alba, pues los había tratado bastante y ellos siempre la habían tratado como una mas, por suerte no la culpaban por los errores del impresentable de su hermano, eran buenas personas, sabían diferenciar. No podía decir lo mismo de los suegros de Alba, ya que no los conocía, aunque admitia que fue una cena agradable y por supuesto en ningún momento se habló de trabajo y nadie preguntó, cosa que agradecio, porque aunque seguia muy metida en el caso, necesitaba un poco de desconectar.
Al poco de que el peque se durmiese y se pusiesen a ver ls tele, Sonia estaba ya costandole mantenerse despierta, así que sin más se levanto -chicos me vais a disculpar, pero ha sido un día muy largo y muy intenso, necesito descansar cuerpo y cabeza y vosotros necesitais un ratito solos, así que... Buenas noches- y lanzó besos.
Una vez en la cama, volvió a repasar mentalmente su conversación con su amigo y luego lo de las niñas..... Hasta qué agotada se quedo dormida.
Ala mañana siguiente, se levanto la última, claro que salio ya de su habitación perfecta, peinada, maquillada, vestida. Sonrió a todos una vez en la cocina -Buenos dias, espero que hayaid dormido bien- le revolvio el pelo al peque y le dio un beso -pero que guapo que eres... ¡¡Te como esa cara!!- luego cogio dos tostadas con mantequilla y un te y una vez se lo termino le dijo a Alba -estoy lista, vámonos a enfrentar otro dia de duro trabajo- parecido que había pasado buena noche, estaba alegre.
Empezaron a organizarse las tareas, por su puesto ella prefería ir con el moreno, pero era más logico que fuese con Alba, la catalana siempre se interponia, hasta que la llamasen para la reunion con Los Lalis iria con Alba.
Rayado con su propia existencia, Xoel apenas pudo pegar un ojo durante la noche pero no fue la investigación lo que inquietó e interrumpió su sueño, fue el regreso de Beth en su vida y el miedo de que todo vuelva a ser como antes. Había estado jodido tras la ruptura y si bien, un año después hizo su vida con quien fue su mujer, siempre estuvo dividido sentimentalmente por ella. Hasta que fue padre y esa sensación, la añoranza misma de estar con ella de nuevo, fue extinguida para siempre.
Hasta que lo perdió todo y sumido en un profundo duelo que parecía no querer abandonar su cuerpo, de nuevo aparece su compañera para arrebatarle lo poco que le queda de cordura. En la soledad de su casa dio vueltas, contempló las fotos que aún conservaba de ella y sintió profundamente que estos sentimientos, abrían las puertas al engaño de quien fue su mujer. No podía estar con Beth, no debía permitirse aquello.
Con un especial malhumor que trasciende fronteras, esas dos horas de sueño lo liquidaron. Con un café allí humeante fue a buscarla, descubriendo que podía quedarse colado por ella. Negó con la cabeza, evitando el contacto visual y arrancó como si no existiera mañana. Estaba vestido todo de negro, no sólo resaltaba su sombría actitud sino que se obligaba a estar de luto.
—Hey, ni hola. Ni nada—bufó y alzó una ceja—. ¿De qué diantres hablas?
No quiso ser brusco, estaba enojado consigo mismo y el magnetismo de quien era su ex. Viéndose atrapado entre lo vivido en el pasado y lo que tenían ahora, que básicamente no era nada. Recuerdos y compañerismo, como moneda de compensación.
—Tenías que haber venido conmigo—le recriminó, cuando fue él quien se marchó y tras ello, que fue un susurro rápido, saludó a los demás—. Buenos días.
Con su café en la mano, apareció de repente allí junto a Beth. Se alegró de los bizcochos y tomó asiento sobre una de las mesas para apaliar el hambre que tenía con la dulzura del bocado. Sorprendido por la relación de este caso con el de las niñas, negó con la cabeza.
— Que puta mierda, pero sí nos vamos al registro. Tendríamos que revisar ese caso, a ver que relación tiene y seguir con la línea de investigación —dijo en un tono serio y confirmó que iría con la catalana —. Venga, si.