Al dejar el coche en el garaje observáis como cada uno de los integrantes del grupo parece absorto en sus pensamientos. Cogéis el ascensor que os lleva desde el subterráneo hasta la planta de oficinas de la comisaría.
La policía tiene las herramientas necesarias para poner en marcha el trasto y salas donde poder escucharlo en privado. Para las cámaras una llamada a tráfico debería bastar.
Os miráis y os dais cuenta inmediatamente del charco de agua que está dejando Xoel en medio de la oficina.