Partida Rol por web

Marcus os escucha con atención e interés, y sonríe con las últimas palabras de Itzia. Acaba su fruta y empieza a hablar de nuevo: -Solomon no, no os acompañaré, aparte de que tengo trabajo que hacer ésta es vuestra misión, mi trabajo es ayudaros en vuestro camino de eficaz servicio a nuestro Dios Emperador, sois vosotros los que debéis demostrar ser dignos. -aunque va respondiendo vuestras preguntas una por una se dirige a todos vosotros con la mirada, para que la sabiduría que encierran sus palabras os sirvan a todos. -Victus, confío en ello, y confío en que los guiarás en el camino de la fe bien pulida. En cuanto al equipo, algunos ya venís con un equipo adecuado para vuestra actual autorización, y los que no recibiréis en vuestras habitaciones un equipo suficiente.* En cuanto a material adicional...con un poco de suerte en el planeta os servirán. Está planeado vuestro descenso a una pequeña base de la Guardia Imperial al borde de la entrada a la Mina Gorgónida. Podréis solicitar material al responsable de turno. -se queda un instante en silencio como pensativo y continúa: -En cuanto al comienzo de vuestra labor, será en breve. Dentro de unas pocas horas a lo sumo. Si no tenéis más preguntas y habéis acabado la comida podéis volver a vuestras habitaciones y prepararos, estaremos en contacto por los microcomunicadores. -al acabar de hablar apoya sus codos en la mesa, empezando a prepararse para levantarse pero sin prisa ninguna.

Las palabras sobre el equipo adicional no me gustarón. La guardía Imperial no solía tener guardado equipo de los arbitres, rifles láser todos los que quisieras, pero dudaba que tuviesen el equipo antidisturbios que necesitaba.

No le fallaré inquisidor Toth. - No hablé por los demás. Bajo en la mina cada uno debería responder de sus acciones ante el inquisidor y el mismísimo Emperador en su trono dorado.

Como ya había terminado la comida me levanté.- Con su permiso, me retiraré a meditar y a realizar mis oraciones. - antes de moverme incliné la cabeza ante el inquisidor en señal de respeto para después darme la vuelta y salir. Antes de partir a una operación tenía que recitar las letanías que me habían enseñado en el cuartel, tanto para tranquilizar mis nervios como apaciguar los espíritus de las máquinas que usaría en la misión.

El inquisidor se levanta repentinamente al ver que Solomon se va. -Solomon, una cosa más antes de irte, para todos. -el inquisidor deja un instante de silencio reflexivo en el que os mira a todos, sin su típica sonrisa, dándole importancia a lo que va a decir y dice: -Sois un grupo de acólitos bajo mis órdenes y mi guía, y es vuestro mandato trabajar juntos, aprender los unos de los otros, compenetraros en el desarrollo de vuestra misión. Una baja supondrá un error muy grave por parte de todos, sin excepción. Sois valiosos, os he elegido, el mismísimo Emperador os ha elegido, y es vuestra orden cumplir con vuestro cometido de la manera más eficaz posible con el menor índice de daños para vosotros y para todo el Imperio del Hombre. -deja otro instante de silencio en el que recupera su porte más típica, más relajada. -Dicho esto...puedes irte Solomon. ¿Alguien tiene alguna otra pregunta? Si no es así tenéis mi bendición. -acaba diciendo con una sonrisa en el rostro.

Había permanecido callado durante las preguntas de los demás al fin y al cabo mi entrenamiento era el suficiente en armas para manejarme pero sólo eso y la posesión de ese equipo no entraba dentro de mis atribuciones. Una escopeta sonaba bien, sin embargo, pese a que no tenia dudas de que podría convertir en carne picada a los herejes y compañeros por igual.

Justo cuando el Inquisidor nos ofreció la ultima oportunidad de preguntar me decidí a expresar mis pensamientos. ¿Tenemos acceso a alguun tipo de mapeado e informe de la situación en las minas y el avance de los herejes para consultar en el descenso?  ¿o es preferible que lo veamos sobre el terreno?

El Inquisidor nos respondió a cada uno nuestras dudas y nos dio permiso para poder irnos. Personalmente quería marcharme hacia mi habitación para prepararme, para meditar y descansar antes de poner en marcha esta misión que no pensaba fracasar.- Inquisidor, no se arrepentira... -Le dije con una leve inclinación de cabeza mientras me levantaba de mi silla y metía esta después.-Me retiro a mi habitación-. Mire a todos inclinando la cabeza a modo de saludo o mas bien de despedida.

Parecía que no habíamos tenido suerte con nuestra petición de equipo… bueno, debíamos intentarlo… aham… seremos niños buenos y nos llevaremos bien… mientras esten calladitos y no me molesten... ya esta bien tener que bajar a una mina para que encima empiecen a…

Entonces el inquisidor dijo que podíamos retirarnos… mejor… tengo trabajo que terminar antes de que empiece la misión… el trabajo es lo primero… me levante dispuesto a marcharme, pero el psíquico llamó mi atención… supongo que ya nos la habría dado de tenerla, pero era bueno esperar a escuchar la respuesta del inquisidor… puede que al final el psíquico no estuviera tan loco… me quedé esperando la respuesta en el dintel de la puerta antes de marcharme…

-Al descender al planeta os informarán de los detalles y os harán entrega de todo material necesario para el cumplimiento de la misión, será vuestro primer objetivo el recabar toda la información necesaria. Tened en cuenta que al finalizar vuestra tarea y volver a la nave realizaréis cada uno un informe que deberá resumir adecuadamente todo lo sucedido y realizado en la misión. Que el Emperador os guíe. -añade con una leve sonrisa y una voz que muestra fortaleza y os trasmite seguridad. Hace un gesto al servidor más cercano para que recoja la mesa y se dirige a un elevador distinto al vuestro, si ninguno lo detiene con alguna pregunta más.