Partida Rol por web

Vickthor, el ingeniero a bordo, se las apaña para conseguir abrir la puerta de la sala de control sin autorización de la IA. Tras unos minutos trasteando entre montones de botones, cables y otros elementos eléctricos, la puerta al fin se abre mostrandoos el resto de la tripulación que permanecía al otro lado de la puerta.

Amaya avanza por la puerta bajo la mirada de todos los que se encuentran en el pasillo, algunos inquietos, desconcertados y desconfiados.

La compuerta de las celdas se abre desde dentro, de la puerta sale Dieter, el hombre que se hacía llamar Isaac y un musculoso perro.

Dieter se acercó varios pasos para hablar con Amaya quien se disponía a salir de la sala de control.

Carraspeo desde donde estoy para llamar la atención de Amaya. Tampoco es cosa de que nos disparen o algo así al vernos salir de las celdas. Sobre todo si han sido ellos los que bloquearon el paso del aire.

Ejem...capitana, tiene un minuto?, hay algo de lo que me gustaría hablarle...entre otras cosas que sabían que la capitana estaba enferma antes de que embarcáramos...

"Qué? Cómo?". Mi confusión es enorme cuando primero Vickthor sale con su acción de heroismo y abre la puerta de la Sala de Control y casi les falta tiempo a esos dos para empujarme fuera, ante la consternación del resto de la tripulación que parecen alineados ahí delante como un pelotón de fusilamiento. "O tal vez, una panda de cotillas muertos de miedo, aún no he decidido a qué se parecen más...". Y luego de repente se abre la otra puerta, la de las celdas. Me giro para ver a mis dos compañeros de encierro forzoso y ver a un Dieter bastante sano y en sus cabales aparece por esta, con el tipo que lloriqueaba por su vida y un... perro?!

-Dieter? No estaba muerto?- me lo quedo mirando levemente, parpadeando por unos segundos, tratando de poner orden a mis ideas en cuestión de nanosegundos. Me acerco a éste con cautela, volviendo a entrar en la sala, no sé si quiero cruzar ese muro de personas, con cara de ansiedad.

-Quiero decir, me alegro de que esté mejor y no muerto, pero no entiendo que está pasando ahora mismo y de donde ha salido ese perro? Y que ha sido de Jes?- iba aañadir "No me diga que se ha convertido en un perro y si ese es el resultado final de la evolución de las esporas" pero me callo, mi cinismo en estos momentos no nos llevaria a nada bueno. Ni útil.

-Me alegro de que al final reiniciaran el suministro de oxigeno y no haya muerto, Señor polizonte misterioso, sin rencores, no podíamos hacer nada desde aquí, alégrese de que al final los de ahí fuera hayan hecho caso por primera vez de algo que yo haya dicho...- sonrio levemente.

Siento decir que lo de asfixiarnos a fallado...no por falta de interés por nuestra parte, sino porque las celdas son espaciosas.No recuerdo que nadie reanudase el suministro de oxigeno... Sonrío divertido, aunque tiene mas que ver por mi renovada lucidez que por el estar vivo. En cuanto a lo que averigua uno estando encerrado con un infectado en la etapa final del contagio es de lo mas útil...como que bajo el punto de la irritación del cuello crece un hongo, que parece ser el foco central de la infección en el cuerpo y que cuando...crece lo suficiente puede ser extirpado.

Me toco el boquete sangrante de mi cuello y sonrío aun mas.

A ser posible con algo afilado como un bisturí, y no una llave roma. Seguro que duele menos cuando metes los dedos y te lo arrancas.Jess a muerto...o al menos el cuerpo poseído a muerto y el parásito de su interior destruido.

suspiro entonces algo cansado y continuo.

Necesito que me examine la enfermera para ver si lo he sacado todo o si aun queda parte de ese parásito en mi interior. Si estoy limpio...sera una muy buena noticia creo.

Enarco una ceja ante toda la información dada por Dieter.

-Vaya, siento que no me hicieran caso, aunque no me sorprende, no lo han hecho en ningún momento- suspiro resignada, pero sonrío al oir la buena noticia, si es extirpable hay curación y por tanto podemos salvarnos. Eso es muy bueno.

-Son muy buenas noticias, Dieter. Pero no sé si nos van a dejar salir, están todos ahí fuera como un pelotón, estaban dispuestos a dejarnos morir a nosotros también, creáme, dejamos de tener el control de la nave hace un buen rato gracias a la Srta. Natsume, por eso no podíamos ayudarles con el tema del oxigeno. No fuimos nosotros- le miro con cierto grado de comprensión, resignación y cansancio.

-Vamos, salgamos todos de aquí- les digo a todos los que estamos en la Sala de Control -Ustedes dos necesitan un médico y yo una ducha larga e intensa y una cama blanda en la que dormir- sonrío de nuevo, algo más cálidamente. En cierto modo, en poco rato, tras pasado lo pasado, siento cierto apego por aquellos 3 hombres con los que habiamos vivido tan intensamente, debatiéndonos entre la vida y la muerte.

Me dirijo de nuevo hacia la entrada abierta de la Sala de Control y vuelvo a cruzar el umbral.

-Me acompañan Señores?- finalizo, acompañandolo con un gesto de la mano, cual anfitriona, dirigiéndome a Dieter, Dylan, Vickthor e Isaac.

Si se ponen tontos los matamos y ya esta. El perro le garantizo que es de lo mejor si le cabrean. En cuanto a los amotinados...están armados?. Lo que digo de matar a los que molesten es cierto. Tengo hambre y me duele todo...ademas que no se si estoy curado o tendré que sacarme cada poco un trozo de hongo para poder seguir cuerdo por falta de asistencia medica.

Se han cargado la IA y ahora controlan ellos los sistemas?.Isaac era el segundo de Jess...seguro que el sabe bastante de la nave.

-Saldré después de vosotros, no quiero que Thor se ponga nervioso, trataré de calmarlo- responde Isaac ante la respuesta de Amaya.

De espaldas a la puerta que daba al pasillo, Vickthor no pudo ver que allí se habían reagrupado todo aquel otro bando que parecía seguir las ordenes de Natsume. Esperó a que Amaya hubiera salido. Un sonido conocido le hizo volver la cabeza y vio como la compuerta de las celdas se había abierto dando paso a un Dieter que no parecía ser el mismo que había entrado hacía apenas una hora.

Antes de escuchar lo que tuvo que decir se dio cuenta que Amaya aun no había salido y que Dylan también seguía allí. Miró el teclado, él no había abierto la puerta, ¿como habían podido abrirla desde dentro?

Estuvo atento al intercambio verbal entre los dos. ¿Era posible que aquella infección se pudiera resolver de una forma tan sencilla? Había sido un idiota pensando que arriesgaba su vida por hacer lo correcto y además resultaba que la muerte de Jess se podía haber evitado con un simple cortecito.

No se le pasó por alto el intento de la italiana de librarse de culpas y decir la verdad sobre lo que había pasado con Belinda y el suministro de oxigeno. Pero aquello no importaba, todo iba a ir a mejor.

Sonrió al escuchar las palabras de Amaya; lo que tenía previsto a corto plazo era parecido a lo que el necesitaba también, además de una buena comida, pero eso podía esperar a después de la ducha.

-Vamos Dylan, tenemos que curarte eso-

Antes de irse, dirigió una última mirada a las celdas. Pulsó unos cuantos botones del tablero dispuesto a cerrar de nueva la compuerta. -Quizás sea una tontería, pero lo que haya dentro, prefiero que se mantenga ahí...- pensó para sí.

La puerta de la celda hizo un sonoro ruido, la habían forzado desde dentro, aún así tuvo la suficiente fuerza para volver a encajarse sobre sus guías y cerrarse tras la entrada de Dieter, Isaac y su perro.