Partida Rol por web

Amoris Litterae ad Librum Duendam

Çaragoça

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10/04/2013, 22:56
Godesteo

Escuchó las palabras de Nur intentando contener una rabia explosiva que si se le llegaba a escapar, la vida de su prisionero correría grave peligro.

-Respuesta incorrecta asqueroso musulmán- le propina una patada en uno de sus costillares, y otra y otra para terminar ejecutando un devastador pisotón en las partes más nobles del moro.Sin mostrar flaqueza ni arrepentimiento alguno, volvió a colocarse debidamente sobre el cuerpo de este.Uno de sus pies vuelve a pisar la muñeca libre de Nur, y vuelve a preguntar....

-¿Qué sabes de los libros? Responde y te ahorrarás un sufrimiento digno de recordar- volvió a amenazar agresivamente.

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10/04/2013, 23:18
Fadrique

Tras propiciarle el brebaje al bueno de Álvar, lo dejé en las manos de Artal. Luego me dirigí donde estaba el musulmán.

Godesteo, hermano... -le dije mientras éste retenía al moro. Le hablaba a Godesteo aunque también indirectamente al tal "Hquiquiy"-. Nuestro Dios es Misericordioso ¿verdad que sí?, y su palabra... ¡Preclara!, incluso es capaz de perdonar hasta los actos más impuros. Sin embargo, su "Mahoma" se alza con el "ojo por ojo".

Entonces ya me dirigí al tipo en cuestión, directamente.

Has querido robarnos nuestro libro, has querido robarle a Dios nuestras almas... y ahora hemos de castigarte -quizá pecaba de sádico, soberbio, no sabría cómo explicarlo, pero me daba igual- Primero será tu mano...-entonces fui a por mi espada de nuevo, le extendí su mano para pisársela y aplasté la suela de mi bota contra sus dedos-. Viéndole retorcido de dolor, proseguí-: Si no contestas a Godesteo, separaré tu mano del brazo... -entonces puse la espada apuntando hacia abajo, cuya punta rozaba la parte superior de la muñeca, y llegaba a pincharle un poco-. Si sigues igual, lo que perderás, después, será tu brazo. Si sigues en "tus trece" pasaremos a otra vis, te lo aseguro. Adelante. ¿qué sabes de los libros? -terminé parafraseando a mi hermano de armas, mientrasa sujetaba el mango de mi espada preparado para apretar hacia abajo y separarle la mano de su extremidad-.

Notas de juego

Si tengo que tirar algo, me dices.

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10/04/2013, 23:54
Hqiqiy'yun Nur

El moro trató de reir pero empezó a toser, la nariz le sangraba abundantemente pero os miraba desafiantes. Sus gafas se habían roto con la patada y podíais ver como sus ojos, de color azul claro os miraban con odio.

-Haced lo que querais con mi cuerpo, pero él se enfadará pues mi cuerpo y los vuestros le han sido prometidos...

Notas de juego

Ahora podeis tirar tormento si quereis

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10/04/2013, 23:54
Artal Cornel

Recuperó Artal su hacha del cadáver donde la había dejado clavada y volvió raudo con Alvar, no fuera que necesitara agua o incorporarse o ponerse de costado y requiriese su ayuda. Tampoco dejaba de mirar alrededor, por si apareciera algún enemigo oculto. Momentáneamente se volvió a sus otros compañeros que intentaban sin mucho éxito hacer hablar al moro.

- Si no colabora, matadlo sin más y llevemos a Alvar a algún lugar donde pueda recuperar fuerzas para seguir el camino que nos lleve de nuevo al Alquimista.

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11/04/2013, 08:22
Godesteo

Deja a su amigo Fadrique actuar y que añadiera algo más de sufrimiento, pero el moro parecía resistirse.Godesteo negaba realmente molesto, sin duda no le esperaba buen fin al musulmán.

- Tiradas (1)
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11/04/2013, 12:43
Fadrique

entonces le clavé la espada, apretando hacia abajo y el grito de dolor fue enorme.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Uso tormento... tírale tu los puntos de vida que pierde, máster...

Que lo intente otro, sólo tengo 20... :(

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11/04/2013, 12:48
Hqiqiy'yun Nur

La espada de Fadrique bajó pero en lugar de cortarle la mano le realizó un corte profundo en el antebrazo cerca de la muñeca. El moro grito y maldijo pero reusó a hablar.

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13/04/2013, 11:49
Fadrique

¡La otra mano, Godesteo! -y tras colocársela palma abajo, como la otra, le clavé el filo hacia abajo-.

- Tiradas (3)

Notas de juego

(Este tio no va a hablar)

Pero haz las tiradas de daño

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13/04/2013, 13:00
Director

Esta vez el aragonés atravesó la palma de la mano del moro, haciéndole gritar de dolor mientras sus tendones se rajaban con la punta de la espada. Pudo ver entonces el viejo guerrero como había tratado de sostener un puñado de polvo blanquecino que ahora se desparramaba en el suelo mezclado con su sangre. EL moro se revolvía gritando frenético por el dolor que le causaba aquella mutilación.

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16/04/2013, 23:33
Godesteo

El moro seguía resistiéndose.Ahora se emplearía al máximo, hablaría o moriría.Se pone a la altura de sus piernas y comienza a atacarlas con severos cortes en ambas.Acto seguido hace lo mismo en sus brazos para seguir con su pecho hasta que hablase.

-¡¡¡Hablad, hablad, hablad, hablad!!!- exclamaba furioso empleando esta palabra en cada corte que le realizaba.

- Tiradas (6)
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16/04/2013, 23:59
Fadrique

Notas de juego

¿Y los tormentos? 8D

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17/04/2013, 10:59
Director

El moro murió en agonía bajo los cortes que le provocaba el noble. Aquel camino había quedado regado por la sangre de vuestros enemigos pero habíais demostrado que el Alquimísta había elegido a los hombres correctos para hacer aquel viaje pues cualquier otro hubiera muerto bajo las espadas de la Vera Lucis. Perra se lamía el brazo herido y vosotros teníais algo en lo que pensar más  que en vuestros enemigos muertos, vuestros propios caídos. Alvar parecía que todavía respiraba, es más, respiraba con normalidad pero las heridas seguían en su cuerpo manchado de barro y sangre.

Notas de juego

Ale decid que haceis(más que nada el plan de viaje de vuelta, vuestro objetivo y ya. Me parece que os habeis ganado un descanso :)

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17/04/2013, 19:01
Fadrique

Abracé a Perra en la medida que un perro se deja abrazar por su amo (cuyo amor es limpio y veraz siendo uno dueño y otro animal, amigos al fin y al cabo), ya que aquel ser había demostrado ser fiel (de "patas" a cabeza) a nuestro propósito. Sin duda alguna que le debíamos gran advocación al mismo Patrón que ostentase pleitesía el Obispo de Plasencia... Sin duda mis prejuicios contra ese ser poco racional habíanse eliminado en mi persona por completo.

Viendo el cuerpo de Alvar, estabilizado, pensé que la mejor forma sería hacerle viajar en montura, y de camino de regreso fuéramos más cautelosos en las marchas (viajar de noche, resguardarse con cuidado y quizá dar rodeos por donde no hubiera muchas poblaciones).

Lo suyo sería volver bien aprovisionados a la casa del Alquimista, para dejar allí a Álvar un tiempo, al cuidado de los médicos de éste.

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18/04/2013, 23:05
Godesteo

Cuando muere el moro se toma un descanso, se preocupa por el bienestar de sus amigos preguntando por su salud y acompañando siempre a Alvar y revisando su fea herida.Había sido un largo viaje, una gesta llena de todo tipo de adversidades, personas maravillosas de las cuales se honraba de conocer.Seres humanos que aunque fuesen contra la ley natural que su Dios había creado, tenían un gran corazón, bondadoso y leal.Acaricia los cabellos de Perra sin poder evitar sonrerir complacido por haberles acompañado y defendido de todos esos maleantes como si hubiesen sido leales amigos durante toda la vida.

Ahora, quedaba largo trecho para volver a casa del Alquimista.Sólo deseaba que su amigo Alvar soportara la caminata que les deparaba y que así todos pudiesen disfrutar de la tan merecida victoria que tanto sudor y sangre les había costado, incluso en algún momento la vida.

¿Qué sería de su vida? No lo sabía, quizá tras haber vivido nuevas aventuras que le han reavivado su espíritu luchador, se reincorpore a su orden militar, al ver que aún quedaban tantos moros infieles que asolaban y dominaban las tierras santas.

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19/04/2013, 00:47
Artal Cornel

Artal no se ha separado de Alvar, por si este necesitara algo, mientras los otros se encargaban del moro. Una vez que se hace el silencio y la vida del infiel se apaga, es hora de ponerse en camino de nuevo, pero cuidando de mover a Alvar de la forma más segura posible.

Artal usa su hacha para hacer con un mar de ramas rectas y robustas unas parihuelas de circunstancias para transportar a su compañero inconsciente. Su principal prioridad será llegar al próximo pueblo donde un sanador pueda atender a Alvar, y cuanto este se recupere mínimamente, seguir camino para entregar al Alquimista los libros que tanta sangre han costado.

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19/04/2013, 11:06
Director

Tras matar a Hquiqiy’yun Nur y evitar sus planes de usar el libro para traer al Mal a la tierra continuaron su maltrecho camino. Caminaron el resto de la noche para poner a salvo a su compañero y cuando los primeros rayos del sol despuntaban al alba llegaron a una pequeña aldea. No es necesario remarcar que la gente los miraba con recelo al ver su estado pues no otra cosa sino bandidos parecían y la desnudez de Perra turbaba a los hombres y mujeres que la observaban. Pese a todo encontraron refugio en casa de Aker y Txio, una pareja venida del norte que los ayudó durante dos días con sus dos noches hasta que Alvar recuperó la consciencia. Por suerte la herida no había sido tan grave. El herido preguntó y Fadrique que todavía se dolía de la herida que le cruzaba el rostro le habló sobre la poción que les había entregado el Obispo de Plasencia. ¡El Obispo de Plasencia! Estos viejos guerreros ni siquiera necesitaron llamarlo aún cuando las cosas se habían torcido. Le contaron a Alvar todo lo ocurrido incluida la dolorosa muerte del moro a manos de un encolerizado Godesteo. A su lado Artal señalaba el zurrón donde estaban los libros y Alvar sonrió.


Como decía al tercer día le grupo se puso en marcha con un Alvar aún pálido pero que se podía mantener en pie. Realizaron el viaje de vuelta, temerosos de un nuevo ataque perpetrado por la Vera Lucis pero este no llegó a ocurrir. Llegaron a la sierra de Aralar y allí volvieron a visitar a las brujas. No puedo narrar lo que aconteció esa noche el grupo, excepto Perra, pasó la noche cerca de una hoguera fuera de la choza de las tres brujas rezando y santiguándose. Gritos, danzas, gemidos y canciones era lo que salía de ella y ninguno se atrevió a mirar dentro.


Al amanecer las brujas salieron de la casa junto con Perra, que caminaba de nuevo a cuatro patas mientras que la bruja mas joven, o quizás solo tenía aspecto de niña, la rascaba la cabeza. Un de ellas se acercó a Artal, que tan bien había protegido los libros y le entregó uno de ellos. Estaba  tapado con una tela de piel de cabra y atado con una cuerda para protegerlo de las inclemencias del tiempo.


Perra se quedó allí y eso fue un alivio para los guerreros, pese a que la habían cogido cariño un cariño como se le cogería a un fiel mastín que es lo que era pese a su aspecto. Estaría mejor con las brujas y quizás hasta pudieran recuperar la humanidad de la chica si es que quedaba alguna.


Temo que ésta historia llega a su final pues los experimentados guerreros llegaron junto al Alquimista y le entregaron el libro y se hizo una fiesta en su honor donde hubo música y vino y carne y mujeres que bailaban alrededor de los comensales y fueron felicitados por haber salvado un libro tan importante de una enfermedad tan humana como es la vejez. Pero uno de ellos se sentía intranquilo. Todos reían y festejaban y Godesteo también pero su corazón estaba lleno de preocupación. Los demás no se habían dado cuenta y temía que lo hicieran pero la había perdido. Ya no estaba. La sombra de Godesteo había desaparecido.

Notas de juego

-Fin-