- Akane-chan… - al ver la reacción de ella, se sintió muy mal. No quería que su amiga se pusiera así, aunque podía comprenderla. Si a ella le dijeran algo así, sería lo primero que pensaría.
- Akane-chan, hay muchas posibilidades. Si bien tú estabas allí, había más personas conmigo y, puede ser que no fueras tú, sino uno de los otros chicos presentes. No podemos precipitarnos – trató de alcanzarla y tomarla de la mano antes que se alejara más de ellos.
- Como dice Aki-kun, la maldición cambia nuestros recuerdos. Si eres o no tú, lo mejor que podemos hacer es tratar de averiguar la verdad. Actuar desde la ignorancia solo haría que cometiéramos una gran equivocación – la abrazó con fuerza. No quería que su amiga se alejara más o hiciera una locura.
Sentía el torso de Aki contra el suyo y su calor, ese calor que reconfortaba su espíritu tan profundamente. Era un sentimiento magnánimo y puro, a la vez que alocado, mas no habría nada que pudiera quitarle esa felicidad.
Pensar que Aki quería formar una familia con ella, que estuviera pensando en un futuro a su lado y que se lo hubiera dicho, había sido la cereza del pastel. En ese momento, Ika comprendió cuánto había crecido su amor por él en este tiempo y no quería separarse de él nunca. Su padre estaría en parte feliz, aunque con sus reservas por lo vivido con su madre. Sin embargo, ella sabía que él respetaba mucho a su novio y lo consideraba un chico serio.
- Aki-kun, ¿qué crees que dirán tus padres? – sentía arruinar el momento, pero fue en lo primero que pensó. El dinero no era problema para ninguno de los dos, pero de seguro los padres del chico la verían como una cazafortunas.
- A pesar de lo que digan, no me alejaré de ti. Simplemente quiero saber tu opinión porque, independiente de las circunstancias, estaré a tu lado. No dejaré que toda esta locura nos separe – le dio un tierno beso en los labios para acariciar suavemente su rostro.
En este instante, Aki podría comprender porqué sus padres decían que este este curso era mágico. Lo que estaba pasando le estaba acercando más aún a la persona que amaba y, lo comprendiesen o no, ya había tomado la decisión.
Casi como si hubiese leído su mente, Ika le preguntó y ésto devolvió a Aki un poco al mundo real.
¿Quieres venir a cenar mañana a casa? Puedo... presentártelos. Y decírselo.
Entonces ella instó en que no se alejaría de él y él sólo pudo besarla, a la vez que ella lo hizo con él, un beso suave y sincero, con la yema de los dedos acariciaba la nuca y el cuello de ella, no quería terminar este momento. En cualquier caso, ya la había invitado... y si ella aceptaba, la suerte estaría echada.
El solo pensar en conocer a los padres de Aki le aterraba, no solo por ser los padres de su novio, sino también por lo sobreprotectores que eran con él. ¿Y si no la aceptaban?
- Aki-kun, ¿y si no les agrado? - sus mejillas se colorearon.
- No quisiera que te enviaran lejos solo por eso -.
Ika sabía lo que podía significar aquello, así que solo suspiró. Sin embargo, la suave caricia del chico tranquilizó su inquieto espíritu un poco. Sonrió mientras ponía su mano sobre la de Aki.
Si no les gusta... me dará igual.
Respondió casi sin pensar. Había tomado una decisión, pero no sólo eso, si no... enseguida negó.
No puedes no gustarles. Eres increíble. Siempre dijeron que respetarían mi decisión.
Envolvió la mano que ella le cedió con la suya propia.
¿Saltamos a la siguiente semana a conocer a mis padres... si están en casa? XD
Me parecería mejor que lo narraras tú porque, al fin y al cabo, es tu casa XDDD.
Estoy esperando comunicaciones por parte del director, por el tema de que mis padres no son yo. xDD
Hanako hizo un pequeño dulce para llevarselo al señor Fujiwara. Tenía que hablar con él. Tras el rápido y breve adiós a su amado Tetsuo, la joven necesitaba llenar su alma con una respuesta. Aunque fuera por la maldición, el hombre tendría que tener un motivo. Quizás hubiera visto algo... O quizás había sentido algo.... Algo que justificara aquello.
Caminaba acompañada por un guardia del psiquiátrico en silencio, con la mirada vacía y con una sola idea en la cabeza. Si no le gustaba su respuesta....
Le he hechado algo al bizcocho. Algo que Hanako encontrase buscando en internet en la biblioteca. Es que no quiero buscar yo, Quetsiya, en internet que me da miedo, XDDDD. Pero algo habrá que pueda matar al viejo sin que se note.
Si me dejas hacerlo, claro. Si no, pues es un bizcocho corriente y moliente.
-Vaya... pensé que no tendría visitas... Me sorprende mucho que la chica que tanto le gustaba a mi nieto se presente delante de mi, pero lo agradezco. - Dijo el señor Fujiwara con una cara de destrozado e incredulo. - Supongo que habrás venido por lo mismo que todo, sepultarme a preguntas de "¿Por qué lo hice?" o "¿Como fuiste capaz?" o incluso "Sabía que eras malo con el, pero ¿Tanto como para matarlo?". Je - Sonrió de medio lado aún con esa cara de apesadumbrado.
-Te diré lo mismo que les he dicho a todos. Yo no lo hice. Mi cuerpo no respondía a lo que le decía que hiciera. No apreté el gatillo, algo me hizo hacerlo, y después de matar a mi propio nieto, el siguiente escopetazo iba a mi cabeza... Pero consiguieron detenerme antes de que me asesinara a mi también. Creeme cuando te digo, que ojalá me hubieran detenido antes de que Tetsuo entrara por la puerta... - Tras ello su cabeza cayó, al suelo mirandose los pies practicamente.
-Te importaría si te pido ¿Que le pongas flores en mi nombre también? - Fue su última pregunta.
No te preocupes, ese detalle no importa XD basta con que digas que está envenenado con algo que no se nota y que retarda el efecto letal del mismo XD
Hanako le tendió el dulce con una timida sonrisa. Como no dejaban cubiertos allí, al ser pequeño se lo podría comer en dos bocados. Era extraño. Le había escuchado pensando que sus palabras eran lógicas. Había sido la maldición. Pero aún así quería verlo morir. Le había arrebatado a Tetsuo fuera o no intencionado.
- Se que no le servirá de consuelo, pero le he traido ésto - ladeó la cabeza esperando ver como se lo comía. - Y por supuesto que le llevaré flores por usted. Es lo menos que puedo hacer Fujiwara-san - compuso su mejor rostro de niña buena y responsable, solo que ésta vez era fingido.
Ya que he perdido tanta cordura, y ya que uno de los motivos que tenía para no matar era Tetsuo y ya no está... pues que mejor que ir despertando la asesina que lleva dentro Hanako, XDD. Al menos hasta que muera, jejeje.
-Muchas gracias pero no hacía falta. Me impresiona un poco que tu me creas... aunque estabas en la clase esa de la maldición... ¿No? Entonces igual es eso... - Se quedó pensativo mientras daba un mordisco al bizcocho.
Pensaba que querías de efecto retardado.
Si simplemente quieres que muera ya, narralo tu. Te doy libertad ^^
Hanako entrelazó las manos por delante de su falda y observó con una sonrisa como se lo comía. Debería sentirse mal, culpable, saber que estaba haciendo algo horrible, pero el dolor enquistado por la muerte de Tetsuo solo le hacía sentir cierta satisfacción al saber que era ella la que le estaba haciendo pagar por su crimen.
El hombre tosió levemente mientras se daba un golpecito con el puño en el pecho. Sacudió la cabeza pero antes de darse cuenta le asaltó otra tos. Más intensa ésta vez. Sus vías respiratorias se iban cerrando y la muchacha veía con claridad como el aire se le iba agotando.
Su rostro se ensombreció. Y sus ojos se estrecharon - Claro que le creo señor Fijuwara. Como también creo que ni siquiera hizo un esfuerzo por evitarlo. Por intentar salvarle la vida a su nieto. Después de todo nunca fue lo suficientemente bueno para usted, verdad? - ladeó la cabeza mientras el hombre estiraba una mano suplicante, con el terror pintando sus viejos y cansados rasgos. Boqueaba como pez fuera del agua. Cada vez con mayor esfuerzo, cada vez más despacio. Ella alzó la cabeza como si pudiera ver al joven y sonrió con cariño y amor.
Cuando el hombre exhaló el último aliento, Hanako cogió aire y comenzó a gritar pidiendo auxilio.
Pasada la conmoción del ataque de Fukita y de la casi muerte de Ika, ya un poco más tranquila, la chica de los ojos bicolores se acercó a su mejor amiga. Se sentía mal, pero estaba fuera de sus cabales en ese instante y no quería que ella se enterara de esa manera.
- Akane-chan, lo siento... Bueno, lo sentimos. No queríamos dejarte fuera de esto, de hecho queríamos decírtelo y habíamos tomado la decisión de hacerlo, pero con el disparo a Aki-kun y el ataque de Fukita, no tuvimos oportunidad - miró a su novio y le pidió algo de apoyo.