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Another Death [+18]

Prologo: La Maldición de Misaki Yomiyama

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31/12/2017, 21:58
Kimura Satoshi

Un nuevo día llega al pueblo de Yomiyama y al mismo tiempo, en pleno abril, comienza un nuevo curso en los institutos del lugar. Los despertadores suenan en cada casa indicando el comienzo del día y con ello el inicio a prepararse para clase para los alumnos, con el deayuno propio para empezar bien el día.

Con el uniforme que preside en el instituto de Yomiyama norte, las calles van llenandose poco a poco de estudiantes que se dirigían al instituto, los negocios abriendo poco a poco y entre ellos el de las panaderías que comenzaban a sacar sus panes del horno según avanzaba la mañana. Coches y motos donde los adultos iban conduciendo hacia sus trabajos en otras partes más lejanas del pueblo. Todo parecía indicar una mañana normal y corriente como otra cualquiera.

Pero no para ciertos alumnos.

Las campanadas iniciales del instituto hacían que los alumnos que ya estaban dentro de sus clases, se sentaran, otros que andaban por las inmediaciones del colegio, fueran a sus clases, y los más rezagados corrieran. En la clase 3-3, a diferencia de otras aulas, el profesor no había llegado todavía, mientras aún seguiais hablando entre vosotros. Pareció raro al principio que tardara tanto, incluso los diez primeros minutos que se hicieron eternos parecían raros, hasta que finalmente, apareció.

Abriendo la puerta apareció el profesor mirando primero el reloj por lo tarde que llegaba, llevaba un traje serio y formal y un malentin, y aunque a primera vista parecía muy serio, cuando habló tras demorarse unos segundos en cruzar el umbral de la puerta parecía más simpatico - Perdonad por la tardanza - tras decir aquello, el profesor se introdujo poco a poco en la clase llegando hasta su mesa. - Mi nombre es Kimura, Kimura Satoshi, aunque para vosotros me temo que seré vuestro profesor, Kimura-sensei. Por desgracia, tanto para mi como para vosotros, soy vuestro portador de malas noticias. - Hizo un parón para que todo el mundo le hiciera caso mientras oteaba uno a uno las caras de cada uno.

-Como ya sabreis, nuestro pueblo Yomiyama, es un pueblo un tanto peculiar, y nuestro instituto, posee ciertos rumores y leyendas, que hasta cierto punto son realidad. El problema es que no sabemos cual es ese punto. La clase 3-3, de las cuales sois miembros por desgracias, está bajo una maldición. La maldición de una alumna que aún se dice vaga por esta clase, transmitiendo año a año a cada alumno las desgracias más imprevisibles y atroces. - Hizo un receso para sacar una carpeta del maletin que portaba. - Nuestra clase es totalmente distinta y diferente el resto para evitar así el efecto de esta maldición, y por muchos intentos que hayamos realizado por detenerla, es imposible hacerlo, salvo para vosotros, los alumnos de la clase.

Esperó a ver reacciones y tras un suspiro continuó - Por ello, además de las clases normales que os daré, también debeis hacer frente a la maldición, aunque por suerte tenemos algunas ayudas para eso. - Señaló entonces el pupitre más viejo y ajado de la clase - Como veis, sois veinticinco alumnos, y uno de los veinticinco pupitres perteneció a la primera que originó la maldición, Misaki Yomiyama. Vuestro primer deber, será elegir un representante de la clase, este hará las funciones de delegado así como mantendrá la calma a la clase. En segundo lugar, debeis elegir a alguien que se encargue de buscar formas de libraros de la maldición, aunque nosotros tenemos un informe de una forma posible, no es cien por cien efectiva - El profesor parecía que estaba evitando algo, pues no explicaba bien lo que debería contaros. - El que se encargue de las "contramedidas" podrá leer esto y llevarlo a cabo. Vuestro primer día de clase, y creedme ojala no os hubiera tocado a ninguno estar en esta clase, es tratar erradicar la maldición de raiz, esperando que funcione este primer metodo.

Finalmente se acomodó algo más delante de la mesa y se holgó la corbata - La maldición, nos afecta a la clase entera, y a los parientes sanguineos en dos grados superior, es decir, hermanos, padres y abuelos. Si lo detenemos ahora no pasará nada, pero si no lo lograis a la primera, empezará a haber muertes poco a poco, y de la forma más inesperada. Es duro mencionar que acabeis acabado por mala suerte, en la única clase donde la gente muere, por culpa de una estupida maldición, pero estamos obligados a informar y hacer que tomeis las riendas de la situación lo antes posible. Ahora, si quereis hacer el favor, supongo que no os conocereis todos, así que id presentandoos uno a uno y si alguno quiere ser voluntario para ser representante de la clase, que lo diga.

Notas de juego

Por ahora no habrá muertes hasta elegir los subroles.

Podeis postear desde vuestro despertar si quereis

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01/01/2018, 03:21
[Muerto]Amane Rie

Un día más despertaba al escuchar el sonido del despertador, aquel día era importante pues comenzaba de nuevo el curso escolar. No tenía intención de llegar tarde el primer día así que me levanté con rapidez tras estirar los brazos un poco mientras me desperezaba pues tenía unos minutos extra gracias a que tenía todo lo que debía de llevarme preparado desde el día anterior. Tras una rápida ducha me dirigí a la cocina para hacer el desayuno pues en aquel momento no había nadie por casa, al menos no despierto, así que desayuné tranquilamente mirando con el móvil a ver si tenía algún correo de la misma forma que le enviaba uno a Nana: "Ni se te ocurra llegar tarde el primer día, que nos conocemos.".

Una vez lista salí de casa en dirección al instituto, llevando conmigo el bokken de madera que utilizaba para entrenar en el club de kendo pues aprovecharía para pasarme por allí más tarde. El camino fue bastante tranquilo y llegué junto con los primeros alumnos que ya iban entrando al lugar, observando a aquellos que era su primer año en el lugar así como algunos con los que había coincidido en clases de otros años. -El último curso ya antes de Bachillerato... -Pensé lanzando un suspiro al aire y adentrándome en el centro para dirigirme a la clase que me correspondía aquel año, la 3-3. Una vez allí busqué un pupitre al lado de la ventana y cercano a la pizarra, terminando en la segunda fila donde dejé las cosas antes de acomodarme y echar un vistazo a la calle con la intención de esperar a que las clases comenzasen.

Era el primer día y el profesor llegaba tarde. -Bien, profesionalidad ante todo. -Pensé momentos antes de verle entrar por la puerta, momento en el que me giré hacia delante para prestar atención pues ahora tocaban las presentaciones y veía bastantes caras desconocidas por allí. Sus palabras no tardaron en llamar mi atención haciendo que enarcase una ceja a modo de incredulidad. Era cierto que ya había escuchado algo al respecto por parte de mi hermana sobre aquellos rumores pero nunca pensé que todo eso fuese en serio ni mucho menos, de hecho dudaba hasta cierto punto de la posibilidad de una maldición como aquella que matase a los alumnos o familiares.

La cosa era simple, elegir un encargado de clase para mantener en orden todo y a alguien encargado de las contramedidas para hacer frente a la maldición. -¿En serio vamos a hacer todo esto? -Si lo que quería el profesor era iniciar el curso de una forma llamativa desde luego lo había conseguido. -Como sea... -Cuando dio paso a las presentaciones me levanté con calma como era costumbre para presentarse. -Amane Rie, club de kendo. Me gusta la lectura y pasar tiempo en tranquilidad. Fui elegida delegada los otros dos años a raíz de mis buenas notas. -Y de tener a doña perfecta como hermana elevando las expectativas de mi. -No me gusta que me atosiguen o presionen demasiado, mucho menos cuando estoy estudiando u ocupada con algo. Espero que nos llevemos bien. -Pronuncié mientras lentamente llevaba de nuevo mi mirada hacia la ventana, sentándome en cuanto terminé de presentarme pues sentirme observada en todo momento no era algo que me gustase demasiado. -Bueno, ya me lo he quitado de encima. -Un peso menos del que preocuparse, aunque seguramente tendría que presentarme de nuevo para aquellos a los que les costase recordar los nombres.

Ahora esperaría a escuchar las presentaciones de los demás, aunque aquel primer día seguramente sería bastante tranquilo como de costumbre. De todas formas tenía pensado contactar con mi hermana una vez terminasen las clases para que me hablase un poco de todo aquel tema de la clase 3-3 pues seguía pareciéndome demasiado raro se viese por donde se viese.

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01/01/2018, 06:08
[Muerto]Lid Lara

Un hogar, o por lo menos algo bastante semejante a ello, el olor de panecillos recién hechos despertó a la perezosa Lara, sin duda su padre estaba haciendo uno de sus deliciosos desayunos a base de mil panecillos diferentes mantequillas y mermeladas.

Actualmente suspendido de su trabajo durante a saber cuanto tiempo, tenía tiempo para acoger algunas de sus costumbres, su madre en cambio había regresado a Tokyo a defender a algún monstruo y hacer que las víctimas parecieran culpables de estar en mal sitio en mal momento, una mujer desagradable con un asqueroso oficio, o más bien un noble oficio manchado por el uso que le daba. Era una suerte no tener que mirarle a la cara nada más que los fines de semana que los servicios sociales le obligaban a hacer acto de presencia. No quiso defender a su hija, no lo hizo tampoco con su marido, y se pasa el tiempo sacando a la calle a los peores sujetos de la sociedad, que bueno sería no tener que verle más.

Tras prepararse debidamente, bajó las escaleras para llegar a la cocina, a tiempo para ayudar a su padre a armar la mesa del comedor. La nueva casa era bonita, casi se atrevería a decir que era más grande que el claustrofóbico piso de Tokyo en el que su habitación y la de sus padres solo estaba separada por una mampara alta. En esa casita clásica, aunque pequeño, tenía un cuarto propio, y había sitio para la habitación de sus padres y una de más por si llegaran a tener visita.

En ese momento para desayunar, su padre le explicó que comenzaría a trabajar en una diminuta comisaría del lugar. Nada que ver con su trabajo original como encargado de un pequeño grupo responsable de homicidios y suicidos. Solo por ese enorme descenso de rango y responsabilidad lamentaba no haber sabido o haber podido explicar muchas cosas, pero él parecía feliz, casi aliviado, y su rostro no dejaba adivinar si era una sonrisa que buscaba alegrar a su hija o de sincera conformidad.

Salieron juntos de la casa, una suerte tener una en un lugar cada vez más engullido por los edificios, pero era más habitual en zonas como esas en las que aun se respiraba naturaleza. Solo debería caminar unos quince minutos hasta el colegio, y apresuró el paso alegre al separarse de su padre en un cruce.

Aquella escuela... Era tan... No podía describirla, no podía evitar verla diminuta comparado con la de Tokyo. Fue pan comido llegar a su clase, nada que ver con el laberinto de escaleras al que estaba acostumbrada, aunque debía admitir que esa simplicidad hacía el lugar más bonito.

Se sentó en el último pupitre el más cercano a la puerta y lejano del profesor al mismo tiempo, no era por que no le gustara estudiar, prefería pasar desapercibida, como si buscara un rincón con sombra en el que poder respirar sin que le miraran. Pese a su carácter alegre, un poco de calma era terapéutico para ella.

Y un poco más tarde del horario establecido apareció el profesor, contando historias de fantasmas con las que distraer a los alumnos de su tardanza, pensó Lid que realmente la gente de escuelas pequeñas era más propensa a tomarse el curso con calma, puesto que se permitía jugar a ser cuenta cuentos.

Cuando pidió presentaciones, miró a la clase, todos estaban ante sus ojos, ese pupitre era una magnífica elección, se incorporó al ver que nadie estaba de pie y comenzó su presentación.

- encantada, me llamo Lid, Lara Lid - dijo con pose de pistolera imitando la famosa posición de James Bond - pero si os cuesta de pronunciar podéis llamarme Rido-san o Ri-san, he venido a vivir recientemente a una casa cercana desde Tokyo, y espero poder llevarme bien con todos.

Hizo una reverencia perfecta de 22,5 grados, o lo más correcta que pudo y volvió a sentarse, tirando todo su cuerpo hacia atrás, colgando ambos brazos por la espalda de su silla.

Notas de juego

Detalle, para un japones pronunciar la l, es molesto puesto que no la utilizan, en lugar de L usan una R suave. De igual modo ningún nombre japonés acaba en consonante (excepto en N), cuando un nombre acaba en consonante tienden a crear la sílaba acabada en O o en U. (Noel > Noeru, Angel > Anjiru, David > Davido, etc)

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01/01/2018, 07:11
[Muerto]Fujiwara Tetsuo

El despertador sonó en la habitación, así que salí de la ducha con una toalla a la cintura y la otra secándome el pelo para poder apagarlo. Mis pies mojados resbalaban en el suelo mientras me apresuraba para apagar el despertador. Por dos veces tuve que hacer esfuerzos por mantener el equilibrio y evitar caerme en el resbaladizo suelo.

Todo esto debería haber sido innecesario, pero me había olvidado de él porque era la primera vez en muchos años que lo usaba. Obaasan se había empeñado en que lo pusiera para que pudiera dormir tranquilo hasta que sonase. Ella misma configuró la hora a la que debía sonar advirtiéndome que debía dormir mucho antes del primer día escolar.

Por supuesto, como cada mañana yo me desperté mucho antes de salir el sol. Revisé los comederos de los animales y después hice mis ejercicios matinales habituales que incluían correr por la finca con una vara de madera detrás del cuello y dos sacos de ladrillos colgados en sus extremos, realizar series de flexiones frontales y laterales con cada brazo con un peso a la espalda, tandas de abdominales y de sentadillas y colgar cabeza abajo 15 minutos en posición de relajo para los estiramientos finales. Tras todo eso me lavé los dientes y me metí en la ducha, donde alterné agua bien fría y agua humeante para terminar de preparar el cuerpo para un nuevo día. Ya estaba secándome la cabeza cuando sonó el despertador.

Patiné una vez más de vuelta al baño, donde me esperaba la ropa. Vestí la ropa interior y los pantalones y me arrodillé a secar el suelo allí donde había ido mojándolo en mi camino hasta el despertador. Terminé de vestirme y bajé a la cocina a prepararme el desayuno.

No estaba especialmente nervioso por ser el primer día de instituto porque no sabía que esperar de él, además, Nana-chan y Rie-san habían dicho que ellas también estarían. Con un poco de suerte me tocaría en la misma clase que a ellas, y sino, las vería al salir, después de todo, a clase se iba a estudiar y Ojisan me había exigido que estuviese a la altura.

Ya estaba terminando el desayuno cuando precisamente entró Ojisan en la cocina. Me levanté de un salto y adquirí posición de firmes. Él me examinó con ojo crítico durante unos minutos antes de apartar la mirada buscando su desayuno. No dijo nada, solamente se echó el desayuno que, como cada mañana, yo le había preparado y se sentó en su sitio a la cabecera de la mesa. Interiormente, respiré aliviado, si no había dicho nada es que todo estaba a su gusto. Aun así, permanecí rígido con un brazo a cada lado del cuerpo esperando su aprobación y permiso.

Puedes sentarte - dijo él

¡Señor! - Contesté yo cargando la palabra de connotación afirmativa y me senté a terminar mi desayuno.

Hoy es tu primer día en el instituto. Tendrás que posponer las tareas de la casa para tu regreso. Ya sabes que tu abuela no tiene edad para ocuparse de esas tareas.

¡Realizaré todas mis tareas habituales a mi regreso como indica, señor!

Te indicaré cuáles son más urgentes y el resto podrás hacerlas el fin de semana.

¡Gracias señor! - Terminé mi desayuno - ¡Permiso!

Ve. No llegues tarde tu primer día. - Añadió con una leve indicación de su cabeza.

Me levanté y salí de la cocina para ir a buscar la maleta del instituto conmovido por la muestra de cariño que había demostrado mi ojisan. No era frecuente verle tan emocionado ni expresar así sus sentimientos.

Después de una hora de camino rural, llegué a la escuela. Caminaba con la espalda totalmente erguida y con el uniforme impecable a pesar del trayecto. Me cruzabacon chicos somnolientos sin comprenderlos. ¿Como era posible que aún tuviesen sueño si ya habían pasado más 3 horas desde las 5 de lamañana?

Entré en la clase que me habían asignado y me senté en un pupitre de la primera fila, con la espalda firme y mirando fijamente hacia adelante a pesar de que aún faltasen varios minutos hasta la hora a la que comenzaba la clase.

Rie-san entró en la clase de las primeras y la saludé sonrojándome para decir un simple - Bu-buenos días - antes de volver a fijar mi mirada en el encerado y notar como el rubor se hacía más fuerte.

Fueron entrando otros compañeros, pero yo permanecí sentado mirando al encerado. Sólo girando la cabeza para saludar a Nana-chan y cuando descubrí con cierta alegría que entraban en la clase también Hanako-san (que ni siquiera sabía que se hubiera trasladado a la ciudad) y Sogoru-san.

Cuando llegó la hora de comenzar y el profesor no estaba, no reaccioné ni para mirar el reloj. Me mantuve firme esos minutos como si no se fuesen diferentes a los anteriores. Finalmente, cuando el profesor entró, me levanté de un salto y me mantuve en posición de firmes hasta que el profesor, incómodo, me hizo un gesto para que se sentara. Había sido el único que había esperado el permiso del profesor para sentarse, porque el resto tenía experiencia de cursos previos y porque... bueno... porque el resto no era yo.

Escuché atentamente el speech del profesor, pero si había entendido las implicaciones, mi cara no lo reflejaba.

Cuando me tocó el turno de presentarme me levante de un salto una vez más y en posición firme y con tono claramente audible pero no elevado hice lo propio.

¡Fujiwara Tetsuo, señor! Nacido en la región, vivo cerca de la ciudad. Este es mi primer curso en Yomiyama. Sin aficiones notables.

Y me volví a sentar.

No sabía que pensar de lo de la maldición. Primera noticia que recibía al respecto, y nadie me había advertido que un instituto podía resultar mortal, aunque tampoco que no debía serlo.

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01/01/2018, 16:35
[Muerto]Goro, Aki

Aki se levantó sin grandes emociones esta mañana que iba a empezar el nuevo curso. Su familia siempre había vivido en Yomiyama. Era su entorno, el aire que acostumbrara respirar, el mundo en que se devolvía, tal vez el único en que sabía devolverse bien.

Tras acicalarse debidamente para el primer día, tal como sus padres lo esperaban de él, se fue a la cocina donde tomó un breve desayuno en la compañía de los mimos. Se despidió de ellos – se fijó un rato en sus caras inquietados, como por buena causa tenían que estarlo – y se fue rumbo a la escuela, marchando a zancadas.

El último curso antes de Bachillerato… ¿debía significar algo para él? Lo más que significaba era que no podía estar seguro de la suerte que iba a tocarle antes que no anunciaran en qué clase iba a acabar.

Pronto lo supo. La clase que le correspondía aquel año era la 3-3. Un momento cerró los ojos. Quizá debía haber sentido algo reflejando la inquietud que había visto vagar en los ojos de sus padres, inquietud que habían tratado de espantar de sus miradas para no angustiarlo a él, su hijo. Pero a parte de un sentimiento muy rato, pareciéndose más bien al asco que al temor, no sentía nada. El destino es el destino es el destino…

Se puso a un pupitre cualquier sin hacer caso de la elección más bien inconsciente.

Al profesor ya lo conocía de vista, y sus palabras no lo sorprendían de ninguna forma.

Aki sabía perfectamente dos cosas: que los dos papeles que tenían que llenarse no eran para él. Escuchó algo divertido la presentación de Amane Rie. Decía que ya haber sido elegido antes como delegada, y aunque no se proponía para el puesto, tampoco decía que no lo iba a hacer, y su comentario acerca de sus elecciones anteriores daba a entender que sí lo hacía, aunque, otra vez, su declaración algo airada que no le gustaba que le iban con pequeñeces una vez empleando al puesto, dejaba entrever que no tomaba mucho gusto en llevar el papel de delegada. Voy a elegir a ella, pensó con media sonrisa.

Me llamo Aki Goro. Soy de aquí, de Yomiyama. También lo son mis padres, como lo son mis abuelos, y como lo fueron mis bisabuelos. No me propongo ni para el puesto de representante de la clase ni de el de buscador de formas para liberarse de la maldición, pero ya digo que apoyo la candidatura de Amane Rei para ser delegada o liberadora de maldición, si ella se propone de proponerse abiertamente.

Había hablado con calma y seriedad; evidentemente, no estaba bromeando. Se sentó y miró atentamente en su alrededor escuchando las presentaciones de los demás alumnos. 

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01/01/2018, 16:55
[Muerto]Okami Shuyiro

Amanecio como era normal, pero no era normal, nola normalidad a la que estaba acostumbrado, que no era amanecer. No tan temprano.

Sus abuelos estaban apurados. Lo llevaron rapido y ssin desayunar al colegio. Shuyiro era una carga indeseada desde que sus padres habian muerto en un tragico accidente. "Desayunaras en el colegio", le dijeron.

Lo dejaronnz se despidoeron y se fueron. "Camina tres cuadras hacia el norte y encontraras el colegio", le dijeron, "Estamoa apurados, no tardes, no se te ocurra llegar tarde." le dijeron.

El auto se alejo pronto y camino de prisa hacia el norte, ¿Cual era el norte? Caminó, ¿Una, dos, tres? No supo cuantas. Alguien lo vio perdido, un amable hombre que hiba en auto, un hombre rubio, de ojos azules. "¿Olle niño, estas perdido?"... "Papi, papi", hablo una voz desde el interior del auto. El niño se bajo y entro en el colegio. Sin responder Shuyiro camino hacia el colegio. Llegó, no sabia como, pero llegó.

Busco su curso, entro y se sentó en alguno de los bancos de atras de la clase.

Saco sus libros, sus útiles, se puso cómodo y siguió es cuchando musica con cascos hasta que llegó el profesor.

En ese momento se quito los cascos y los guardo.

Lo escucho hablar de una maldicion u de horribles muertes, lo que estaba sucediendo ese dia parecia subrealista.

Se quedó callando esperando a ver que mas sucedia. Esperaba que en algun momento el profesor dijera que era una broma y todos rieran. "¿Asi se preparan para Halloween?" pensó.

Levanto una ceja sin saber si de verdad habia que hablar o era una broma. Sin duda los que hablaron de muertes y maldiciones calleron en la broma, o le estaban tomando el pelo al profesor.

Por las dudas no dijo nada, y espero a ver que sucedia.

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01/01/2018, 18:30
[Muerto]Harada Michi

Me levanté y me duché, y cuando salí de la ducha, ya me llegaba el olor del desayuno. Miré la hora, eran y 35 y el desayuno se servía justo a las y 30, mi padre me regañaría por esos 5 minutos tarde. Resoplé molesto y bajé rápido para no llegar más tarde, no me apetecía tener que escuchar las tonterías de mi padre y mi madrastra.

-Llegas tarde, Harada Michi. Me increpó mi padre nada más bajar al comedor.

Ya estaban allí todos sentados, desayunando, incluido mi hermanastro.

-Seguro que no me habéis echado de menos, respondí de mala gana, mientras me sentaba y Sakura, la sirvienta, me servía el desayuno.

-Este hijo tuyo es un maleducado y no tiene educación, deberíamos darle una lección. Se quejó mi queridísima madrastra. Odiaba a esa señora, por qué tenía que meterse en mi educación?

-Te quedarás sin desayuno durante tres días, y nada de comer Pocky en una semana! Sentenció mi padre, muy serio. Así aprenderás a llegar a tiempo y a no responder de esa manera.

-Pero ten... No terminé la frase.

-A callar, no quiero escuchar excusas! Me interrumpió mi padre, sin dejarme hablar.

Me levanté de la mesa de mala leche, y cogí mis cosas para irme a clase, por primera vez en mi vida llegaría a tiempo, pero prefería estar en clase que seguir más en esa casa.

Salí dirección a clase y a los 5 minutos de estar caminando, mi hermanastro me alcanzó.

- Michi, espera. Te he traído Pocky, compré ayer una caja, pero no me importa, te la puedes quedar, ya compraré otra. Sacó del bolsillo una caja de esos deliciosos palitos Pocky y me lo dio. No le dije nada, ni siquiera le di las gracias, seguía odiándolo por tener la sangre de esa bruja. Abrí la caja y me metí uno de esos palitos en la boca, y la tensión y el estrés desaparecieron un poco. Él sonrió y siguió el camino a mi lado, sin decirme nada, ya sabía que yo no era muy hablador y probablemente no esperaba un "gracias". Bastante era que le dejaba caminar a mi lado.

Llegué a clase de los primeros, y me senté en la última fila, cerca de la ventana. Solté mi mochila y apoyé los brazos y la cabeza sobre el pupitre, mientras dejaba que mis ojos se cerraran y mi cabeza se fuera a un lugar lejano.

Me desperté a tiempo de que llegara el profesor, contando estúpidas leyendas sobre maldiciones. No le hice mucho caso, y me metí en la boca uno de mis palitos de chocolate Pocky. Me preguntaba la razón de por qué no habían cerrado esta clase si de verdad existía esa maldición, probablemente sólo era una broma del profesor, mejor no hacerle mucho caso.

Pffff es lo único que salió de mis labios, antes de levantarme con desgana para presentarme. Soy Harada Michi. Y me senté de nuevo en mi sitio.

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01/01/2018, 18:55
[Muerto]Makoto Ryu

Se levantó del futón con el molesto sonido del despertador, se levantó con la espada algo dolorida y los brazos un poco entumecidos, el futón de su tío no es que fuera especialmente cómodo y además estaba acostumbrado a dormir en su preciada cama, pero ahora debía acostumbrarse, el resto del año lo pasaría durmiendo allí.

Se estiró un poco, abrió la ventana de su nueva habitación y se quedo mirando el pequeño pueblo que se encontraba delante de él, era tan pequeño en comparación a la gran ciudad que pensaba que en unos pocos días descubriría cada detalle de Yomiyama. Tras un breve periodo de tiempo de observación, se dispuso a vestirse y bajar a desayunar.

Abajo le esperaba su prima, aun se comportaba de forma muy tímida con él, ya que apenas se conocían a pesar de ser primos. - He... He hecho unos sándwiches - dijo con una voz cortada y vergonzosa. Se acercó a ella y le acarició la cabeza, después desayunaron juntos los sándwiches, no eran gran cosa, pero tampoco estaban malos. Miró al rededor en busca de su tío, la pequeña al ver como miraba su primo de un lado para otro, supo que buscaba a Jhin - Mi padre se ha ido ya a trabajar... - Según tenía entendido, su tío trabajaba como detective privado, aunque alguna que otra vez ha ayudado a la policía a resolver algún caso, lleva una racha en la que no le salen trabajos interesantes.

Al terminar de desayunar y ayudar a su prima a recoger los platos, fueron juntos hacia sus respectivas escuelas, hasta que llegaron a una bifurcación en una calle, donde su prima se separó de él para dirigirse a su escuela. Al llegar Ryu, miró lo pequeño que era el lugar donde iba a pasar este año estudiando, aunque a lo mejor le parecía pequeño por compararlo con las escuelas de la gran ciudad. Aun así le pareció un lugar tranquilo y acogedor, donde estaba seguro que no habría falta de espacio aunque no fuera tan grande.

Al llegar a clase observó a sus compañeros, allí estaba su vecino, lo había visto una o dos veces desde que llegó, pero parecía tan absorto con la música de sus cascos que decidió no molestarle. Se sentó con una postura un tanto relajada y dejó pasar el tiempo hasta que llegará el profesor. Llegó algo tarde y con unas noticias un tanto raras, por lo visto iban a morir por culpa de una maldición o algo por el estilo. Ya había oído algo de parte de su tío, por lo que no le sorprendió tanto la noticia.

Se presentaron algunos de sus compañeros, así que él se dispuso a hacer lo mismo. - Me llamo Makoto Ryu, encantado de conoceros a todos, llegué hace tres días a la ciudad y pasaré hasta el año que viene aquí en Yomiyama. No tengo ningún talento especial, pero me gustaría unirme a algún club el tiempo que esté aquí. También me ha parecido interesante el tema de la maldición que se cierne sobre esta clase, por ello si nadie se opone, me gustaría presentarme como contramedidas e investigarla a fondo. - dicho eso, se sentó nuevamente en su asiento, que estaba céntrico en el aula.

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02/01/2018, 10:55
[Muerto]Fukita, Hanako

Suena el despertador y yo me quiero morir, lo apago de un golpe y tapo mi cabeza con la almohada, no quiero salir de allí ni en un millón de años. Pero cinco minutos después oigo como se abre la puerta de mi habitación y noto como se enciende la luz, como no, papá estaba allí para sacarme de mi guarida.

- Vamos, pequeña, sé que es duro pero, ¿no querrás llegar tarde a tu primer día de clase verdad?.

Por toda respuesta emito un gruñido y me tapo aún más, pero pronto noto como me destapa, abre las cortinas y advierte que o salgo o será él quien me saque de la cama, asi que finalmente me rindo y con un resoplido me levanto.

- Está bieeeeen, ya voooooy, ahora baaaaajo.

Una vez ha cerrado la puerta, me doy una ducha rápida con agua tirando a fría a ver si consigo despertarme, salgo del baño con la toalla medio cayéndose y me pongo el uniforme que estaba impecablemente planchado en la silla del escritorio. Me dejo el pelo suelto cayendo de medio lado, me echo un poco de perfume, cojo algún que otro accesorio y... ¡lista!. Bajo las escaleras y me siento en la mesa, en el plato me esperan unos humeantes huevos revueltos y unas tostadas, sonrío y empiezo a devorarlo todo.

- Tranquila, vamos bien de tiempo.

Miro de reojo el reloj, era cierto, llegaría temprano de hecho.

- ¿Vas a poder llevarme todos los días con tu nuevo trabajo?.

Digo entre bocado y bocado.

- Sí, no te preocupes por eso, además no empiezo hasta la semana que viene, nos irá bien ya lo verás.

Me revuelve el pelo y se sienta también a dar buena cuenta de su desayuno. La verdad es que mi padre era la persona que más admiraba, aunque nunca se lo dijese, siempre tenía una sonrisa para alegrarme el día a pesar de todo lo que nos estaba pasando.

***

Bajo del coche y tras despedirme de él entro al instituto algo insegura, no conozco a nadie salvo a los vecinos del barrio, ojalá estén ya en clase y así pueda hablar con alguien. Ojalá todo fuese como en mi pasado colegio, voy a echarles tanto de menos... Entro en la clase buscando con la mirada a Hanako y White, pero nada, aún no habían llegado asi que me siento hacia la mitad de la sala, pronto el profesor hace su aparición y empieza a contarnos no se que rollo de una maldición, ¿estaría hablando en serio? o ¿era algún tipo de broma que se hacía en los pueblos pequeños al empezar el año escolar?, no entendía nada, asi que lo dejé pasar y tras escuchar las presentaciones de algunos de mis compañeros me decidí a hacer lo propio, si quería hacer amigos pronto, era una buena manera de que empezasen a conocerme.

- Me llamo Fukita Hanako y estoy encantada de estar aquí con vosotros, me he mudado hace muy pocos días desde Tokio y apenas conozco a nadie. Me gustaría poder apuntarme a algún club de gimnasia o algo parecido, y espero que nos llevemos bien.

Tras esto volví a sentarme para seguir escuchando las presentaciones de los demás, hasta ahora la que más gracia me había hecho era la de Fujiwara parecía un chico divertido.

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02/01/2018, 14:39
[Muerto]Osaki, Hanako

Hanako se despertó temprano como siempre. Todos los días tenía una rutina. Aseo personal, luego despertar a los mellizos, ayudarlos a ellos a vestirse, despertar a Yasu y preparar el desayuno para todos. Sus padres nunca estaban pues madrugaban mucho más para poder acudir al trabajo que los mantenía ocupados casi todo el día. Pero algo había en ese día distinto. Ya escuchaba a Yasu trastear en su habitación y cuando fue a ver a los pequeños no estaban. Con cautela se dirigió a la cocina, donde encontró una estampa dificil de creer.

A la mesa estaba su abuelo leyendo el periódico, y los niños comían con ansia su desayuno mientras su abuela estaba de espaldas a ella preparando las tarteras para el almuerzo. Sin darse la vuelta le habló a su nieta con tono dulce - Buenos días cariño. Tienes el desayuno listo -

Hanako sintió como crecía en su pecho algo cálido y mullido dificil de definir ¿era así como una se sentía cuando cuidaban de ti? Sin poder evitarlo se abrazó a ella con intensidad, sobresaltando a la pobre mujer que por poco no se le cae al suelo una de las tarteras.

Tras ese rápido gesto de cariño tomó asiento y sonrió al ver como Sakura intercambiaba la taza de té de su abuelo por el cuenco de sopa de miso que tenía al lado Al estar tan concentrado en la lectura seguramente no se percataría.

- Sakura-chan... - dijo regañando a la niña con suavidad. ella le respondió con una risita infantil mientras volvía a colocar las cosas en su sitio. En ese momento bajó su hermano rebelde de 13 años con esa mirada en la que te perdonaba la vida por exisitir. Era el que peor había llevado la mudanza.

Decidió no decirle nada hoy. Estaba demasiado feliz como para estropearlo.

Cuando salió hacía el instituto esperaba encontrar a su vecina en el camino, pues era temprano, pero resultó que ya estaba en clase. La saludó nada más entrar. Al ir a tomar asiento descubrió que Tatsuo estaba allí también!! Juraria que el verano pasado él le dijo que no iba nunca al colegio. Se alegró de ver que había cambiado de opinión. Había un sitio al lado del joven así que se sentó.

- Cuanto me alegro de verte aquí Tetsuo-san - su sonrisa era sincera mientras colocaba sus cosas

Pero pronto su felicidad se fue evaporando como una taza de té caliente expusta al frío de la calle una noche de invierno. Hanako escuchaba al profesor y no podía creer aquello. Su mirada asustada fue hacía Tatsuo, luego la desplazó a cada uno de los alumnos que allí había. Nadie reaccionaba ante aquella bomba.

- Por favor, sensei. Díganos que esto no es verdad. Mis hermanos...- su voz se apagó mientras sus ojos se clavaban en el suelo dandose cuenta de la realidad. No solo era ella la que podía verse afectada. Si no los mellizos, Yasu, sus abuelos...

De pronto su rostro adoptó una gesto de determinación - Osaki, Hanako. Yo también quiero ayudar como Makoto - si todo aquello era cierto, no podía dejar que les pasara nada. Sobre todo a Sakura y Sihiro. Eran tan pequeños....

 

 

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02/01/2018, 18:05
[Muerto]Miyake, Akane

Ya lleva despierta casi media hora cuando el despertador por fin suena.Con una sonrisa,Akane se levanta canturreando una cancioncilla algo infantil pero que siempre la pone de buen humor.Hoy va a ser un gran día,lo presiente.Tras una ducha rápida se pone su uniforme,impecablemente planchado,por ella,claro está,y coge su mochila repleta de libros.le encanta volver al instituto, ya se aburría de estar en casa sin tener nada que estudiar.

Baja las escaleras saltando los escalones de tres en tres y con un último giro en el rellano entra en la cocina con el ímpetu que sólo su edad puede darle

-"¡Buenos días!"-saluda a su madre dándole un gran abrazo.No es habitual que su madre esté en casa a esas horas pero siempre,desde que ella empezó el colegio,su madre la ha acompañado el primer día a clase.Además,este año y para diversión de Akane su madre está muy nerviosa por la clase en la que le ha tocado,la 3-3.Todo el mundo en Yomiyama conoce esa maldición aunque no todos creen en ella.Akane sí...o bueno,no mucho,pero algo cierto tiene que haber,seguro que esa niña murió tan horriblemente como cuentan,de ahí que se hable de fantasmas y maldiciones.Con una risita se sienta y empieza a comerse el delicioso desayuno que su madre le ha preparado-"Buuuu"-se ríe sacando la lengua a su madre cuando ésta la mira furibunda-"Vale,vale,no diré nada más"-promete poniendo una mano en el corazón de manera solemne

Tras lavarse los dientes y comprobar por última vez que lleva todo en la mochila,Akane y su madre salen de casa.A pesar de que el instituto no está muy lejos su madre la va a llevar en coche ya que luego tiene que ir corriendo al hospital,pues empieza su turno.El trayecto se le hace demasiado corto aunque en realidad está ansiosa porque empiecen las clases y por ver a sus dos mejores amigos,de los que apenas ha sabido nada en todas las vacaciones.Con un rápido beso se despide de su madre y corre hacia el interior,buscando su clase

A medida que avanza su gesto se vuelve más sombrío pues muchas miradas se posan en ella.En realidad debería estar acostumbrada,siempre ha sido la rarita,pero desde hace unos meses es también la boxeadora del lugar,a raíz del puñetazo que le propinó a un chico que se metió con Ika,su mejor amiga y la muchacha con los ojos más espectaculares de Yomiyama,cada uno de un color y cada color,precioso.Bah,está satisfecha de ese puñetazo,a pesar de que la echaron una buena bronca por romperle la nariz a ese idiota.

Cuando entra en clase ya han llegado varios alumnos aunque no conoce a ninguno y ni Aki ni Ika han llegado aún así que se sienta,en primera fila y mira su reloj,frunciendo el ceño.A este paso van a llegar tarde los dos.Con alivio ve minutos más tarde que ambos entran por la puerta aunque el que no termina de llegar es el profesor,que se retrasa sus buenos diez minutos.Vaya,pues empieza bien el hombre.

Cuando llega Akane se sorprende,no esperaba que el profesor explicara hoy mismo lo de la maldición,así,de buenas a primeras.Echa un rápido vistazo a sus amigos,segura de que lo que escuchan no les va a gustar ni una pizca,ninguno es aficionado como ella a las historias de terror y mucho menos a las maldiciones y a los espíritus.Oh,mierda,y encima hay que presentarse delante de todos,así,que se nos vea bien para que la chica que les tiene que lanzar la maldición les vea perfectamente.Con un suspiro de resignación se pone en pie después de que varios de ellos se hayan presentado

-"Hola,yo soy Miyake,Akane y he vivido toda la vida en Yomiyama"-inclina su cuerpo de manera respetuosa ante todos antes de volver a sentarse,con el corazón latiendo a mil por hora.Odia ser el centro de atención,aunque sea sólo para cosas como esta.Por suerte,ya lo ha hecho y nadie se fijará en ella

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03/01/2018, 04:30
[Muerto]White Matt

El despertador comenzó a sonar, esta vez parecía más ruidoso que de costumbre, anunciaba el inicio de las clases con su sonido infernal. Estiré una mano e intenté apagar el dichoso aparato numerosas veces hasta que logré pararlo. No era un buen despertar, nunca lo era cuando ese maldito despertador gritaba con su << Ring, ring... >> . No tardé mucho más en levantarme, darme una ducha rápida y vestirme.

Bajé a la cocina, solitaria como cada mañana. Mi padre se había ido a trabajar así que, una vez más, tendría que desayunar solo. 

¿Tan difícil es tener un poco de compañía?- pensé. Estaba contento porque mi padre había conseguido trabajo al poco tiempo de mudarnos tras lo sucedido en Tokyo, eso significaba dos cosas: ingresos y soledad.

Preparé el desayuno: un vaso de leche caliente, un sándwich y una manzana. El desayuno no tardó en desaparecer de la mesa, tenía bastante hambre.
Antes de salir de casa me puse frente al espejo que hay en la entrada y me miré, la sudadera negra me sentaba genial, era holgada y abrigaba, eso era muy importante ya que era bastante temprano y hacía frío. Me tapé la mirada todo lo que pude con el pelo y me puse la capucha. 

No quiero que hagan preguntas sobre mis ojos- me dije a mí mismo. Me di cuenta que bajo el espejo, encima de la mesilla de las llaves había una nota de mi padre que me indicaba la clase que me tocaba, la 3-3.
Miré el reloj y me di cuenta de que iba bastante justo de tiempo, así que salí de casa y empecé a correr hasta llegar a la escuela. No fue difícil encontrar la clase, lo que sí resultó difícil fue llegar antes de que sonara el timbre, entré un poco antes que el profesor y sin mirar a nadie me senté en un pupitre. No tardé en darme cuenta de que estaba sentado al lado de mi vecina: Fukita Hanako, una chica preciosa que me transmitía tranquilidad y me hacía sentir menos solo... y eso era raro, nos habíamos visto en una ocasión únicamente.

La saludé evitando una mirada directa. Que no se fije en tus ojos- pensé. 

Llegó el profesor y empezó a hablar sin parar, no paraba de escupir palabras, una detrás de otra. Yo estaba distraído observando todas aquellas caras nuevas hasta que oí mi nombre; era el momento de presentarme.

-Me llamo Matt White, no soy de aquí, me mudé hace poco. Practico artes marciales y escucho música la mayor parte del tiempo.- lo dije con cierta dificultad, me centré en no mirar a nadie fijamente. 

Tras la presentación me relajé, estaba sentado al lado de Hanako eso era muy bueno, esa chica me parecía especial, no sabría decir el por qué... 

No tardé en empezar a oír a los demás compañeros hablando de maldiciones sobre nuestra clase, muerte y barbaridades... Yo estaba harto de eso, ya yo había tenido suficiente. Lo importante siempre es seguir adelante pase lo que pase...

 

 

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04/01/2018, 06:30
[Muerto]Minami, Ika

Ika ese día se levantó algo ansiosa porque sabía que estaría en una nueva clase, pero no en cualquiera, estaría en la clase 3-3. Si bien ella no creía mucho en las leyendas, cosas muy extrañas habían sucedido en años anteriores. La chica trató de peinar su cabello de manera que pudiera cubrir fácilmente su heterocromía de los ojos curiosos de algunos de sus compañeros y trató de llevar de la mejor manera el uniforme. No le gustaba sobresalir y menos por su heterocromía.

La joven se miró al espejo y vio su peinado, junto con el cabello negro que se decía brillaba azul como el de su padre, su estatura media, un ojo como los de su padre y otro como los de su madre, pero ambos un recordatorio del martirio que siempre habían sido para ella. De pequeña, era modelo y tenía mucha confianza en sí misma, pero a medida que crecía, se convirtió en el blanco de múltiples burlas, lo que le costó la creciente autoestima que ahora era casi inexistente. Solo su prima Rie y sus amigos Akane y Aki eran un consuelo para esa situación.

Esa mañana fue bastante ordinaria, a pesar de su intranquilidad. Hizo el desayuno para su padre y para ella, este le preguntó por sus pensamientos e Ika los compartió. Una cena normal entre padre e hija. Terminada la cena, se dirigió al instituto para sus clases.

Al llegar a la puerta de su aula, Ika respiró profundo y dejó que varias personas entraran primero que ella porque no quería sobresalir para ubicarse. Vio a su amiga Akane en primera fila y aunque trató de ir a sentarse con ella, la seguridad no la acompañaba, sus piernas le temblaban y querían irse hacia atrás. No le gustaba estar en la primera fila porque así era más fácil verla a los ojos.

Ika buscó un asiento cerca de Akane, pero no en primera fila. Tal vez de segunda o tercera, pero no primera. También buscó un lugar con suficientes sillas disponibles para que Aki pudiera sentarse cerca a ellas. Miró a Rie y le hizo un tímido gesto con su mano para saludarla. Al fin y al cabo, llevaban tiempo sin verse en persona.

Cuando el profesor llegó, Ika trató de ocultar sus ojos una vez más, mirando hacia atrás y tratando de ocultarse, cuando notó que había alguien más queriéndose ocultar. Matt White… Parece que tenían algo en común. Ika respiró profundamente antes de ponerse de pie y miró a Akane antes de hacerlo. Puso una mano sobre la otra frente a su cuerpo, se puso de pie e hizo la reverencia.

- Soy… Soy… Minami Ika… Mucho gusto – dejó su mirada baja para que no fuera fácil notarla y se sentó nuevamente con rapidez, aunque descuidadamente, ya que hizo que su cuaderno se cayera, obligándola a recogerlo del suelo. Cuando menos quieres sobresalir es cuando más lo haces.

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04/01/2018, 13:05
[Muerto]Koujiro Hotaru

Hotaru se levantó con una mueca de asco, junto al terrible pensamiento de que hoy tendría que conocer a la panda de imbéciles de sus compañeros de clase. Lo primero que hizo fue recoger su pelo en dos coletas más tiesas que dos ratas muertas y embutirse en su uniforme de loli, conjunto con el cual causaría más de una erección a varios japos pajilleros.

Para desayunar tomó un café casi tan amargo como el día que le esperaba, el cual podría haber rebajado con un poquito de azúcar, pero para qué.

Al llegar al aula no solo le esperaban los energúmenos de sus compañeros, sino también la simpática noticia de que su clase estaba maldita y que de no acabar con la maldición irían muriendo de a poco a poco. Hotaru se rascó su preadolescente potorro —cubierto por unas braguitas con una ilustración de conejitos monísimos— con especial desinterés, salvo por la parte del representante.

— ¡Hola a todos! — Se alzó de la silla y saludó a sus compañeros con la más adorable de las sonrisas. — Soy Koujiro Hotaru, encantada de conoceros. A pesar de esta maldición espero que podamos llevarnos todos bien, ¿sí? Me encantaría poder ser la representante del aula, así podría ayudar a cualquiera que lo necesitara, ¿qué os parece? — El adorable tonito de voz y las dulces palabras que empleaba le causaban arcadas, pero si se convertía en la representante del aula estaría por encima de todos aquellos insectos que tenía por compañeros, lo cual le sonaba un poquito mejor.

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04/01/2018, 23:01
[Muerto]Hikari Aki

Como acostumbro, me levanto media hora antes de que suene el despertador y me siento en la cama, tomando un libro que tengo en la mesilla y comienzo a leer para despertar las neuronas aún somnolientas. Crujo mi cuello mientras pasan los minutos y entonces, apenas unos segundos antes de que el despertador haga su trabajo de avisarme, extiendo mi mano para dejar el libro y apagarlo. Un suave y contenido bostezo antes de ir a darme una ducha rápida.

Al salir de la ducha, tras vestirme, y bajar del piso en el comedor mis padres ya se han ido a... a saber dónde. Pero tampoco es nada tan extraño en su día a día, así que como hago cada vez que lo hacen, me voy a la cocina y preparo un desayuno rápido y un bento para comer algo... también bastante básico, pero nutritivo. Tras hacerlo echo la mochila a la espalda y me dirijo al primer día, deseando ver qué me encontraría en clase este año.

Y al entrar ya son muchos los que se han sentado y están listos. Akane está en primera y, tras ella, se sienta una tímida Aki. Me encojo de hombros, sin importarme demasiado y camino hasta sentarme al lado de Aki, pues sé que hay muchos que desean esas primeras filas para quedarse bien con todo lo que dicen. Al pasar por el lado de ambas chicas les dedico una amable sonrisa.

Buenos días.

Les saludo.

Al sentarme el profesor habla y una agradable noticia acerca de un pupitre maldito y maldiciones, mi cara es de desconcierto, aunque voy tomando notas de algunas cosas. Y sí, tras eso, tenemos que elegir delegado, investigador y presentarnos. Sólo faltan piruletas. Bufo con cierto disgusto mientras apoyo mi mano en la cabeza y escucho las distintas presentaciones. Desde quien quiere ser delegada sin decir que quiere serlo hasta la chica arcoiris que sí dice que quiere serlo, pasando por toda una suerte de personas distintas. Cuando llega mi turno, me pongo en pie con cierto gesto de cansancio.

Hikari Aki. Soy del lugar y no tengo interés por nada en particular. Sin embargo también me presento para investigar la maldición... no porque me apetezca demasiado, si no por encontrar y quemar el supuesto pupitre maldito.

Mis ojos van de unos a otros tras mi presentación y finalmente me siento tras la presentación. No es que me haga mucha ilusión dedicar parte de mi tiempo libre para investigar, además de que no creo demasiado en el tema de la maldición, pero a muchos parece afectarle. Busco con la mirada tanto a Akane como a Ika, preguntándome cómo se sentirían respecto de la noticia. Es curioso, porque cuanto más lo pienso, más curiosidad divertida me despierta el enigma. Tomo más notas en mi libreta.

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05/01/2018, 17:12
[Muerto]Hyouka Kozuki

Me arrastro hacia el despertador para intentar apagarlo mientras pienso que no fue una buena idea estar despierta tan tarde, cuando consigo apagarlo me levanto a duras penas y me dirijo hacia el baño para lavarme la cara para poder despejarme.

Despues de vestirme, me bajo al comedor donde mis padres y mis abuelos ya estan desyunando, me uno a ellos y me tomo una tostada y un zumo de naranja.

Cuando termino de desyunar me despido de todos y me voy hacia el instituto, mientras me dirijo hacia allí me acuerdo de aquello que escuche a veces de que la clase 3-3 estaba maldita o algo por el estilo, sera una especie de bromas para los que entren nuevos, pense para mi misma.

Al llegar a clase me dirijo a un sitio libre y me siento mientras veo al resto de alumnos.

No pense que lo primero que nos diria el profesor seria lo de la maldición, esto ya empieza a dar miedo, empece a escuchar atentamente lo que decía hasta que empezaron las presentaciones.

-Hola a todos, me llamo Hyouka Kozuki. Me vuelvo a sentar rapidamente, no me gusta que tanta gente se me quede mirando tanto.

 

Notas de juego

 

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05/01/2018, 18:30
[Muerto]Sogoru Kyo

Me levante con suave sonido del despertador, o eso pensaba pero en realidad era la voz de mi abuela quien decidió despertarme. Al inclinarme en la cama y frotarme la cara comprendí que ya no estaba en Tokyo que volvía estar en el pueblo de mis padres y ahora vivía con mas gente ademas de mi padre. Al abrir los ojos confirme que era verdad y como aquella mujer de avanzada edad me sonreía e invitaba a bajar a desayunar.

Asentí a las palabras de aquella amable mujer y tras saltar de la cama, busque el baño para limpiar mi cara y arreglar mi imagen. Hubiera querido darme una ducha, pero no quería hacer esperar a mis abuelos y darles una mala impresión, así que baje tan rápido como pude, vestido y aun con la corbata sin atar.

En el pasado la cocina estaría sin luz y en la mesa del comedor un desayuno frio a base de una tostadas, un zumo y dinero para el almuerzo mas una nota de mi padre que hacia una hora se hubiera ido a trabajar deseándome una buena mañana. Pero ahora la cocina estaba encendida, olía a comida y en la mesa ademas de mi abuelo leyendo el periódico, me esperaba un nutritivo desayuno caliente. Era tan raro como agradable y no tarde en sentarme en la mesa con el resto de la familia, todos menos mi padre quien ya había salido a trabajar.

Recogí el bento que habían preparado para mi y me despedí de ellos mientras corría hacia la escuela. Todo ello era muy raro, el día parecía soleado y tener comida en mi mochila de deporte era aun mas extraño, no recordaba haber llevado almuerzo a ninguna escuela antes. Pase por delante de infinidad de alumnos que caminaban despacio, mientras yo corría con ganas de poder ver que mas cosas maravillosas me esperaban en mi nueva clase, por desgracia solo sabia que era el aula 3-3 y al parecer en la entrada no estaba el Sempai que debía enseñarle las instalaciones... claro que tampoco sabia como lucia, solo su nombre así que igual si estaba allí esperándome pero se canso y se marcho.

Fuera como fuera no pensaba dejar afectarme por ese pequeño detalle y entre al edificio en busca de mi clase. Por esa razón tarde tanto en llegar y por eso cuando llegue resoplaba mas de lo normal, aunque ver a tanta gente "nueva" me obligo a sonreír, sobretodo cuando algunos se quedaron mirándome, creí reconocer a mas de uno como al pequeño Mito-kun o a Tetsuo-san aunque no cruce miradas con ellos directamente. No tarde mas de un segundo en poner mi cartera y mochila cerca del pupitre mas cercano a la entrada. Había llevado conmigo la mochila para poder ir a buscar las piscinas en el primer descanso, estaba impaciente por ver sus instalaciones, pero antes debía atenerme a las normas y esperar pacientemente.

El profesor tardo en llegar y cuando lo hizo sus palabras no eran para nada lo que esperaba. Aquella hermosa mañana llena de vida se transformo en un aula de ambiente enrarecido, donde muchos se presentaban sin mas a pesar de las palabras del tutor. Estuve dudando con cada presentación, dándole vueltas a eso del aula maldita. Pero como el resto, cuando me toco a mi me levante como un resorte, mas presa de los nervios que de tener ganas reales de presentarme en esos momentos.

-!Sogoru Kyo¡ ¡Soy originario de Yomiyama pero! -Tarde un poco en darme cuenta que estaba gritando. -Pero... desde pequeño he estado fuera, ahora he vuelto después de pasar un tiempo en Tokyo y estoy en el club de natación, espero que nos llevemos bien. -Termine mi presentación con una leve inclinación y me senté tan rápido como me había levantado. Tras la presentación tape mi cara con la mano por unos instantes avergonzado.

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07/01/2018, 20:09
[Muerto]Hiragi Nana

Había pasado toda la noche jugando al Counter Strike con Hideri hasta que le había ganado tantas veces que había decidido marcharse a dormir con el orgullo roto. Le había pateado su precioso y redondito trasero y que mañana tuviera que madrugar seguro que era algo que le sacaba de quicio. 

-Onii-chan, te he vuelto a ganar otra vez -dije poniéndome delante de la televisión unos segundos después de que mi hermano hubiera tirado el mando contra el suelo y hubiera suspirado, derrotado.  Antes de que pudiera marcharse a su habitación me levanté como un cohete y le hice el baile de la victoria, una especie de contoneo que hacía siempre que le ganaba al menos diez veces seguidas -SOY IMPARABLE Y SIEMPRE LO SERÉ... MUAJAJAJAJA - concluí con una voz de brujilla, extremadamente aguda mientras corría en círculos por la habitación con los brazos extendidos imaginando que era un aeroplano que surcaba los cielos.

La próxima vez debería pedirle consejo a nuestra abuela. Ella jugaba mejor.

Cuando se marchó, volví a enrollarme en las mantas, cogiendo el mando y dándole de nuevo al play. Mañana había clase, pero no me importaba en absoluto y aunque irme a dormir se me había pasado por la mente durante una fracción de segundo, estaba demasiado enfrascada en el juego como para que algo más me importara..

Aparte de horas jugando sin parar,  no recuerdo mucho más, solamente despertarme hecha un ovillo y con una manta estampada de naves especiales recubriendo mi cabeza media hora después de que sonara el despertador; con la música del videojuego de fondo en la pantalla del "game over"
-Mmmm... pero qué hora es... Me he quedado dormidaaa...-murmuré mientras intentaba desperezarme, bostezando y aun con dos coletas azules en mi cabeza coronadas con un par de lacitos púrpura. Me revolví como una croqueta entre aquella manta, pensando seriamente si sería útil levantarme.
Sí, definitivamente me había dormido y Hideri debía de estar tan enfadado conmigo por haber sido una destructora tan increíble durante aquella noche que seguro que había decidido marcharse sin mi. Era imbatible, tenía que admitirlo por fin, pero que se marchara sin mi hizo que se me empañaran los ojos. Quería que mi hermano mayor me acompañara a clase durante el primer día.

Deseché esas ideas de la cabeza. Al fin y al cabo ya era suficientemente mayor como para cuidar de mi misma, así que abrí el armario y me enfundé el uniforme para bajar las escaleras lentamente. Muy lentamente. Nadie diría que llegaba tarde al primer día de curso.
Bueno, aquello era algo normal, en realidad, y estaba segura de que a Rie y a los demás no les sorprendería que apareciera cuando todos estaban sentados en sus pupitres, lo entenderían sin ninguna duda. Mis obligaciones eran mis obligaciones.
Cuando mi padre levantó la cabeza del manga que leía en la cocina, me despedí de él con un gigantesco beso en la mejilla. Kurono-kun, mi precioso gatito blanco se subió a mi cabeza y en vez de intentar bajarlo de ahí pensé que no sería una mala idea que me acompañara a clase durante el primer día. Me encogí de hombros y salí de alli.

Cuando llegué al instituto parecía que no había llegado muy tarde. De hecho el profesor todavía no había hecho acto de presencia y cuando entré en clase y vi aquellos cabellos negros corrí con todas mis fuerzas hasta alli, emocionada.
 Salude a Rie con un gigantesco abrazo, echándome a sus brazos y haciendo que Kurono, que aún estaba sobre mi cabeza, soltara un maullido de desaprobación porque estuvo a punto de caerse al suelo.
-Rie-chan, te he echado de menos -le dije a mi mejor amiga, mientras rozaba mi mejilla contra su pecho, la única zona a la que llegaba debido a mi baja estatura.
El sensei  aún no estaba allí así que tuve unos minutos que aproveche para le hablarle a Rie de todo lo que había hecho durante el verano y preguntar también por sus vacaciones. Ella me contó lo que había hecho, sin duda había estado ajetreada, pero no me dio tiempo a concluir la conversación porque en ese momento mandaron que nos sentáramos.

Saludé a todos mis conocidos con una efusividad exagerada, dando pequeños saltitos cada vez que alguno de ellos me contestaba mientras me encaminaba a mi pupitre y tomaba asiento junto a la ventada, descubriendo con genuina curiosidad que alli había alumnos nuevos por fin. Perfecto, seguro que algunos serían interesantes. 

Pero estaba tan cansada que no pude evitar entornar un poco los ojos mientras nuestro profesor tomaba la palabra. Creo que nos habló sobre los misterios de aquella clase, que ya conocía por mi hermano mayor, pero en unos cinco segundos ya estaba en el más profundo de los sueños, roncando sonoramente con mi cara sobre la mesa mientras tenia a Kurono encima de mi cabeza.
Evidentemente no me presenté cuando me tocada, aunque en realidad no era algo demasiado importante. La mayoría me conocían y el sensei seguro que comprendería que había tenido asuntos más importantes que atender durante aquella noche como para poder tomarme un pequeño descanso antes de que empezaran de verdad las asignaturas del curso.

                                                
 

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10/01/2018, 02:42
[Muerto]Watabe Mito

Tras desayunar y prepararlo todo para ir al colegio, llegué allí a tiempo de que tocara la campana. Saludé a la gente que conocía y eran mis amigos. Por suerte, el profesor tardó en llegar más de lo esperado, aunque al llegar, soltó una bomba inesperada por todos, la clase estaba maldita.

A pesar de que el resto dieras sus opiniones, yo simplemente sonreí ante tal broma, realmente era muy buena la que habían preparado esta vez para jugarmela. Sin más, en mi turno, me levanté y me presenté brevemente - Hola a todos, yo soy Watabe Mito y espero que nos podamos llevar bien - Tras ello y con una amplia sonrisa me senté de nuevo en mi sitio

Notas de juego

PNJotizado por ausencia

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10/01/2018, 02:46
[Muerto].Zenkuchi Hiromi

Con cierta dificultad y un tanto nervioso, llego finalmente al colegio donde ahora tocaba dar el siguiente curso, aun seguía esperando que pudiera tener las lecciones hechas para que pudiera leerlas sin problemas... aunque igual daba igual - Nadie se fijará en mi - Puse la marioneta mirandome a mi como si acaso pudiera verla y hablé por ella tratando de autoanimarme - Tu puedes, que no te preocupe nadie, eres el mejor de todos. - O eso quería creer.

Finalmente llegué a mi clase, o al menos eso me habían dicho en secretaría. No entendía por qué el profesor o un senpai no podía llevarme. Me senté en uno de los primeros sitios libres cerca de la puerta, y simplemente esperé hasta que el profesor llegó. Tardó un poco, y al llegar empezó a hablar de una maldición, algo de lo que despreocuparme, pues con la suerte que tenía, seguro que hasta la evadía la maldición. Cuando dejé de oir gente presentandose, alcé mi marioneta y "me presenté" - Mi nombre es Zenkuchi Hiromi, encantado de conocerles - Tras ello, bajé la marioneta y agaché la cabeza, sintiendo las miradas de los demás clavandose en mi.