Ante las palabras de la jefa rápidamente volví a guardar el plumero en mi bolso, pues nunca se sabe cuando hay que limpiar un escritorio o una habitación, encarando a la jefa le dedique un pequeña reverencia -Déjelo en nuestras manos Nozomi San- para acto seguido salir detrás de mi compañero, lista para abordar mi primer caso.
Y así fue como con aquellas escasas palabras dichas, aquel dúo de detectives se puso en marcha para investigar aquel asesinato, ciertamente este iba a ser el inicio de lo que podría ser una tortuosa tarde para ambos, pero a decir verdad, también iba a ser una muy mala tarde para todos los demás que se encontraran con ellos.