Partida Rol por web

Quizás un poco reticente a ello pero necesario para la trama, Akane Ryuguu tuvo que arrastrar a Mamoru Ai Yastis hasta la sala de espera, completamente abarrotada. El joven policía seguía inconsciente, su corazón ya había dejado de latir y tampoco estaba respirando y ellos... tenían el número 427 de la lista de espera, la cual iba por el 17.

Por fortuna para este policía, el estornudo de uno de los otros pacientes (número 83) de lo que claramente era un simple resfriado hizo que su Quirk eléctrico se activara en contra de su voluntad, electrocutando así al policía y restableciendo el ritmo cardiaco de su corazón.

Mamoru Ai Yastis había vuelto a la vida, con probablemente un 10% más de daño cerebral, lo cual no era mucho porque para empezar no había mucho que dañar en un primer lugar.

-¿Quieres probar el F.A.N.G.O.? -Dijo luego de aquel chispazo- Eh, tu... el de la camilla... ¿Quieres probar el F.A.N.G.O.?. -Dijo viendo pasar a una persona completamente tapada por una sabana y unos médicos empujándolo hacia la morgue- Tú, ¿Quieres probar el F.A.N.G.O. es un batido de... -Instió una vez más a otro que se encontraba en la sala de espera- Está rico... Sanidad aprueba... -Por desgracia los enfermos ya se estaban alejando de este, inclusive el tipo del quirk eléctrico- En Guatemala está a punto de hacerlo... -Nadie le quería hacer caso, al igual que tampoco le hicieron caso cuando estaba moribundo- ¡Prueba el F.A.N.G.O. te va a encantar!.

Nadie le hacía caso...

-Se le habrá muerto un familiar... -Dijo, en esta ocasión hacia Akane Ryuguu- ¿Sabes?. Formamos un gran equipo... y no me refiero como a detectives... Sé que dije que esto no debía pasar, pero Akane... -El hombre mueve su mano por detrás de la espalda de Akane Ryuguu- quiero que tu... seas mi... socia vendiendo F.A.N.G.O. - Lo único que tendrías que hacer es extenderme un cheque por valor de mi inversión inicial, o la mitad, o yenes en efectivo también me vadría y por supuesto, renunciar a tus beneficios los primeros seis años del negocio, pero sinceramente, cuando haga mi primera venta, empezarán a caerme los billetes del cielo. Piensatelo... tu piénsatelo... como socia...

Cuando Yastis San pone su mano en mi espalda reaccionó por puro instinto, tomó su mano y la retuerzo sobre su espalda, para acto seguido atacar sus piernas y hacerlo caer al suelo usando de ayuda la gravedad, de repente él está de cara al suelo, mientras yo uso mi rodilla para mantenerlo en esa posición, entonces colocándole unas esposas que tenía en mi bolso.

Todo pasó muy rápido y reaccione por puro instinto de supervivencia, que para cuando me di cuenta ya era tarde, me levante y mire la escena desde lejos con mucha vergüenza de lo que había hecho -Lo… lo siento mucho Yastis San, no era mi intención, si… simplemente pasó- hago una reverencia a manera de disculpa que posiblemente no puede ver por estar en la posición que está.

Entonces fui a mi bolso a buscar las llaves de las esposas y mis ojos se abrieron como platos -Esto… creo que las perdí…- diría mientras intento desesperadamente encontrarlas.

Por fortuna para ellos, los hospitales tenían suficientes herramientas para quitar esposas de parejas calenturrientas de Sakurami City que les gustaba demasiado aquellos "juegos de rol" que claramente distaban mucho de estos en los que estaban jugando, principalmente por la presencia de pezoneras con borlas. Por lo que Mamoru Ai Yastis pudo ser liberado.

-¿Sabes que?. -Dijo mientras se sacaba la bolsa de hielo de la cara- Es la primera vez que vengo a este hospital en años... Sí... Aquella fue la noche que murió mi antigua compañera, su recuerdo sobrevuela mi despacho como un fantasma... el fantasma de ella... pero no es ella... Siempre decía que si volvía de fantasma me daría una patada en las pelotas para que supiera que es ella... El caso es que su asesinato nunca fue resuelto y no la olvido...

Comentaría finalmente, dejando escapar un suspiro.

-¿Quieres contarme lo más traumático que te ha pasado en la vida?.

Empecé a recordar lo ocurrido en París, el trauma que me marcó hasta el día de hoy, algo que a pesar de todo el tiempo no había superado, con voz triste empecé a hablar -Cuando tenía quince años…-

-¡Madre mía!. -Exclamó Mamoru Ai Yastis mirandose la muñeca en donde tenía su reloj- ¡Qué tarde es!. Si queremos resolver este caso hay que pirarse... ¿Estás lista para meterle el turbo a esta investigación?. ¡Pregunta retórica! ¡No hay tiempo para respuestas!. ¡Vamos allá!.

Sin dudar ni un instante, Mamoru Ai Yastis se acercó a la sala de cirujía para empezar con la última parte de la operación de descubrir al culpable de todo esto... y si querían hacerlo en un tiempo relativamente viable debían de recortar esquinas en todo lo que hubiera.

-Akane, -llamó a su subordinada- ponte esto.

Por su parte Mamoru Ai Yastis y Akane Ryuguu terminaron la mini-escena que hacía un puente entre el sospechoso 2 y el sospechoso 3 haciendo algo que, claramente, iba a ser una constante en todos los anteriores casos y en que este, milagrosamente, no había ocurrido ahora y esto era...