Partida Rol por web

Con expresión de fastidio el capitán mira detenidamente al sargento antes de contestar.

- Si claro. Básicamente conjuran y atan a un elemental de fuego a los proyectiles. Hay forma de combatirlos, pero ninguna que se pueda desplegar de forma rápida y masiva para ayudar a nuestro muchachos.

Se notaba que el capitan no tenia muchas ganas de hablar, pero Miller habia probado ya a ir a ciegas y casi se habia quedado en el sitio.

"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá." (*) - pensó. No podia pasar la ocasion de preguntarle

Elementales de fuego? - El brigada los habia visto con sus propios ojos pero seguia sin entender como se hablaba con tanta naturalidad de una cosa claramente impía - Señor, quizas para usted todo esto sea el pan nuestro de cada dia, pero los chicos y yo es la primera vez que vemos estas cosas.

O la segunda - se corrigio

Quizas podria explicarnos con mas detalle que es eso, que otros peligros podemos esperar encontrarnos y que puntos debiles podemos aprovechar? Tenemos algun arma especial que podamos usar contra ellos, como esos lanzafrios que descubrimos? Cuanto mas sepamos mas posibilidades tenemos de completar la mision con exito, señor

Hank no tenía nada que añadir. Dió un sutil paso al frente para dar a entender que no se marcharía a ninguna parte hasta acabar esa guerra. Volvian a la acción y eso le alegró el día.

En realidad, lo primero que notó al entrar por la puerta, fué reconocer el cambio de galones de William. Ahora era brigada. Hank siempre reconocía los galones de los diferentes ejercitos al instante, sobre todo los alemanes. Llevaba toda una guerra prestando atención a los galones enemigos para saber a quién disparar primero. Mientras escuchaba al capitan, tuvo que reprimir una sonrisa pensando que, ahora que era suboficial, William atraería más fuego sobre él. Más fuego para William, significaba menos fuego sobre Hank y eso le ponía aún de mejor humor.

- Son de las personas que más saben de elementales de fuego de todo el ejercito - contesta el capitán mientras reflexiona - Supongo que el frio es un buen arma contra ellos. Pondremos a su disposición un par de lanza-frios copiados de esos que recuperaron, pero no tengo ni idea de que otra cosa puede afectar a esas armas. Creemos que los crean, o los traen más bien, un grupo de SS llamados "magos de sangre". Matasteis uno en St. Vith. Es de suponer que os encontrareis con alguno más.

Carl había aprovechado la recuperación de las quemaduras y los días siguientes en ojear varios manuales de mecánica y había cotilleado lo que hacían los ingenieros que estudiaban los lanzafríos, por lo que empezó a pensar en cómo se podrían crear algún tipo de granada de frío o similar.

Los demonios de fuego eran rumores que siempre habían corrido entre los bomberos de Nueva York pero el que hubiera hombres capaces de controlarlos escapaba a su entendimiento.

Asi que el capitán tampoco tenia ni idea de a que se enfrentaban. Y el oficial de aquella colina en Normandia era uno de ellos... Miller recordó lo que le habian hecho al padre de aquella pobre joven francesa y todos los americanos que aquel 88 habia matado. Si habia mas como aquel demonio, debian morir.

Entendido, señor. Necesitan más muestras si encontramos algo alli? Traer a uno de esos magos de sangre vivos para interrogarlo? (*). En caso de que haya que destruirla... podemos contar con apoyo aereo o de artilleria?

- El apoyo artillero va a ser un poco complicado sin saber nada del lugar. Si el apoyo aéreo os resulta útil podéis pedirlo, claro, pero en mi experiencia suele ser demasiado lento en una operación tipo comando. - comenta el capitán.

El vuelo de vuelta a Belgica se les hace a todos larguisimo. Es lo que tiene el paso de la Navidad... A la guerra.

¿Lo dudabas?