Partida Rol por web

Tras hablar un rato, pronto queda claro que la mayoría piensa que lo mejor es informar a Ernesto de lo que habéis descubierto. Armand el hijo menor del que tal vez es el noble más poderoso detras de Ernesto, es el que ha introducido a parte de los ladrones en la caravana. No sabéis si esta solo en esto, o tiene otros aliados. Teméis que ir a investigar pueda levantar demasiadas sospechas y se destruyan pruebas.

Abandonáis la taberna y volvéis a las instalaciones de la guardia de la ciudad. No tardáis en encontrar a Berracus, el sargento mayor, que a pesar de ser más de media noche está totalmente activo, echando una buena bronca a unos reclutas. Sabéis, que, a pesar de las apariencias, el gigante es uno de los principales mandos de la guardia de la ciudad. Le comentáis que necesitáis hablar con Ernesto sin llamar la atención, cosa que el comandante Cardeno Carolis hizo mediante un viaje en carro.

Tras hablar con varios guardias, se os acerca.-Tardará unas horas en estar todo preparado. Hay un envío que llegará a primera hora de la mañana al palacio, y podréis ir en su interior. Tenéis tiempo para descansar un rato.-

Os acompaña hasta un edificio cercano, y en un gran dormitorio casi vacío, os acomodáis para poder dormir unas horas.

Antes de marcharse, en vista de lo sorprendidos que algunos os quedáis con lo vacío del lugar os dice.

-Ya sabéis que Cardeno está intentando aplacar a los señores del norte, y que es posible que de no conseguirlo pronto estemos en guerra. Bueno, pues Ernesto ya esta movilizando tropas, se anticipa a posibles problemas. Estamos reclutando a todo el que podemos, reforzando posiciones y tratando de anticiparnos a lo que pueda venir.- El gigantón se queda un instante pensativo, casi parece que se ha olvidado de vosotros. Hasta que de nuevo os mira y os dice.- Corren tiempos difíciles, andar con cuidado. Descansar mientras podáis, en unas horas os avisarán para llevaros ante Ernesto.-

Tras unas pocas horas en mitad de la noche os avisan, en el almacén os acomodáis en la carreta con toldo, y tras unas horas, poco después del amanecer llegáis al palacio.

A las 10 de la mañana del día 28 de julio, entráis al mismo despacho en el que conocisteis a Ernesto. Donde este os invita a desayunar y a que le expongáis lo que habéis descubierto.

Con una tranquilidad y eficiencia que no parece humana, Ernesto os invita a sentaros y a desayunar con el. Y de nuevo veis como el Señor lee y atiende a correspondencia y documentación, con los que serán sus secretarios y algunos empleados. Lo que no le quita para poder atenderos a la perfección, además de desayunar, aunque como la anterior vez, no parece que coma demasiado.

Tras haberos dejado tiempo para descansar del viaje, y haber desayunado cuanto hayáis querido, con un gesto hace que os dejen solos en el enorme estudio, no quiere que nadie escuche lo que tengáis que decir. Con una mirada profunda, vieja como las estrellas del cielo, os mira y os dice.

-Me complace que ya estéis de vuelta, Cardeno eligió sabiamente a quien poner al frente de esta delicada investigación. Y bien, ¿qué habéis descubierto?-

28 de julio, sobre las 10 de la mañana, en el estudio de Ernesto Señor de Fuenterrubiales.

Vuestro turno.

Al final ganó la opción de charlar y compartir la información que habían compartido con alguien cuyo epíteto era "El bueno", un para nada sutil referencia a que este claramente no iba a ser alguien malo y por tanto era alguien digno de confianza. Por lo que, con suma tranquilidad, Finn Lenguadeplata fue el primero en hablar.

-Hemos descubierto quién es el culpable de todo esto. -Indicó Finn Lenguadeplata mientras se servía un zumo de naranja- Y aunque me gustaría comentar los detalles pormenorizados, me limitaré a indicar que hemos investigado a los tres sospechosos por separado y uno de los grupos encontró a un culpable, mientras que yo y mi grupo simplemente confirmamos la inocencia de nuestro sospechoso. -Tras beber de la copa el hombre continuó hablando- Aunque prefiero que mis compañero sean quienes desvelen esto, a fin de cuentas, ellos fueron los que obtuvieron la culpabilidad de... de.... no me acuerdo del nombre de quien era...

Tras decir esto, Finn Lenguadeplata se levantó de la mesa.

-¿El Baño?. -Preguntó cambiaod de tema por completo- Estoy seguro de que mis compañeros podrán decir todos los detalles que han descubierto mientras yo no esoty...

Habiendo descansado y estado de acuerdo con entregar el parte a Ernesto el viejo Brent le hace entrega de las carta que ha sustraído de las oficinas de Antuan.

—Mi apreciado señor nuestra investigación ha logrado apuntar a un sospechoso principal, como lo prueba esta carta que le entrego. Debería usted poner en estricta vigilancia a los implicados, y de esta manera encontrar tanto a los autores materiales del robo cómo a quienes idearon la conjura.

El bribón entrega la misiva en espera de las impresiones del noble de Fuenterrubiales.

Karel desayunó tranquilo, una vez más sin dejar nada por probar. Escuchó a Finn y a Brent informar y concluyó que ya estaba todo dicho. Aún así, antes de escuchar la resolución de Ernesto carraspeó.

-Me gustaría añadir que hemos estado debatiendo entre nosotros y hemos llegado a la decisión, si a usted le parece bien, de que queremos continuar hasta el final y participar activamente en la detención de quien corresponde.

Respiró profundamente esperando no haberse propasado, pero después de lo hablado sería una decepción que los dejaran fuera del final de la operación.

Cierto, aunque hayamos cumplido lo que se nos dijo, deseamos seguir siendo de utilidad y ayudaremos en lo que sea necesario— Me encontraba contenta y algo nerviosa por la posible negativa. Era una extraña sensación cuando una cree con certeza que va q salir todo bien pero a su vez hasta que no se tiene la confirmación, no es posible descansar. Cada momento en el que no daba su consentimiento para que pudiésemos continuar era un suplicio. Miraba a todos los presentes anhelando la contestación que no terminaba de llegar

Alaia se tapo la boca para bostezar, pese a lo serio del asunto se encontraba bastante tranquila, pues estaba del lado de la justicia.

-Ademas de las cartas, uno de los implicados en el secuestro de la caravana nos conto que las personas que el noble Antuan parecieron participar activamente en el mismo acto, lo que aclaran aun mas las sospechas sobre todo esto.

Al escuchar a Karel torcio el gesto, no le hacia especial gracia, pero si que queria hacer justicia, asi que se encontraba en una encrucijada, aun asi, el resto estaban de acuerdo, asi que no iba a dejarlos atras.

-Desde luego, será todo un placer servir en una tarea como esa, es un honor poder hacer justicia y seguramente no muchos se atrevan a ir directamente contra un noble, aunque estemos del lado de la justicia y cumpliendo ordenes. 

Ernesto os mira a cada uno cuando habláis, con algún gesto, pero sin interrumpiros. Coge la carta que le da Brent, pero de momento no la abre para leerla, y continúa prestando atención a lo que le tenéis que decir. Le veis muy tranquilo, o bien no le preocupa, o es alguien que sabe ocultar muy bien sus emociones. Más bien os da la impresión de alguien muy tranquilo y frio, alguien que no toma decisiones precipitadas, sino que actúa de forma precisa y calculada.

Cuando termináis de intervenir, abre la carta y la lee, y no le gusta nada lo que pone. Alza una mano y un criado acude a su lado.

-Hay que rodear la villa de Armand, el hijo del Varón. Que se haga de inmediato y a suficiente distancia como para que resulte discreto. Que nadie entre o salga, detened a quienes intenten hacerlo. Armand no puede resultar herido. Que se use parte de mi guardia y los guardias que estén disponibles.- Tras lo que el empleado sale del estudio con prisas.

Luego que Ernesto, vuelve a centrarse en vosotros, antes de hablar.

-Ya sabía que era algo serio, y habrá que seguir actuando con cautela. El Varón Leonard es una de las personas más ricas e influyentes del condado. Es imprescindible que su hijo favorito no resulte herido.- Tras una pausa, algo más larga de lo necesaria, que se os hace un tanto incómoda, continúa. -Me parece bien que os encarguéis de terminar el complejo trabajo que habéis iniciado. Se lo encargaría al comandante Cardeno, pero como sabéis esta lejos de la ciudad. Tenéis que ser cuidadosos, y discretos.-

Bebe un poco de lo que podría ser te o alguna infusión, y añade:

-Antes de partir, un par de cuestiones. La primera, ¿os han seguido? ¿Alguien ha podido descubrir vuestra misión? No me extrañaría que algún espía haya estado tras vuestros movimientos. Es importante saberlo, ya que esto me indicaría que es lo que puedo esperar, y el tiempo del que disponemos. Armand es un joven consentido, jugador empedernido, mujeriego, así como poco disciplinado, y por lo tanto incapaz de urdir una traición como la que hemos descubierto que está en marcha. Queda claro que el no es el líder, y aun no sabemos a quién nos enfrentamos. Este, sea quien sea, podría estar tras vuestros pasos. ¿O pensáis que no?- Y tras una pequeña pausa, añade:

- Y la segunda, que es mucho más sencilla. Sois conscientes de que herir, no digamos ya mutilar, o matar a Armand, podría costaros la vida. ¿Por qué correr este riesgo? ¿Qué podríais ganar?-

Y se queda esperando vuestras respuestas.

28 de julio, sobre las diez y cuarto de la mañana.

Vuestro turno.

Escuchó a Ernesto. Aquel tipo seguía causándole mala espina... Aunque no sabía por qué. 

- Nadie está diciendo nada de matar ni mutilar. Espero. Pero, la verdad sea dicha, creo que no es más que un hombre de paja en todo esto, como bien decís. Si alguien está intentando un complot que pueda afectar a la seguridad de mis conciudadanos, ¿no sería mi labor detenerlo? Además digamos que, por razones personales, no puedo permitir que un joven noble cometa tamaña estupidez. No volveré a romper mi juramento. 

Respecto a lo de que nos sigan... He tenido esa impresión un par de veces, pero no he visto nada que pueda corroborarlo. - 

Yorha consideraba que su trabajo ahí ya había concluido, especialmente tras haber sido una pieza importante en destapar la trama de Antuan. Pero ni iba a desmerecer el trabajo de los demás para buscar reconocimiento por algo que simplemente había sido por azar, ni iba a dejar el grupo cuando parecían decididos a llegar hasta el final.

Además, su objetivo era caer en gracia a este noble para que le diera vía libre para investigar los pergaminos prohibidos que tanto necesitaba para ampliar sus conocimientos de demonología.

- Creo que crear un cordón es la mejor forma de evitar que haya interrupciones o que alguien escape. Lo que falta ahora es una razón para presentarnos allí por las buenas para pillarles con la guardia baja.

- Por ahora no hemos confirmado que nadie nos siga, más allá de una sensación de estar siendo observados. Por cautela propongo hablar con Antuan, hacer que colaboré y nos haga pasar por sus nuevos guardias. En cierto modo, tres de nosotros lo somos ya, es cuestión de añadir a cuatro más.

Escuchando la intervenciones de Ernesto y sus demás colegas, el viejo Brent concuerda con lo que propone Yorha. Podrían usar a Antuan a cambio de un trato, y con él sería más sencillo, le parecía al bribón, capturar sin mucho aspaviento al joven libertino. 

—Podríamos intentar eso que propone mi querido Yorha y así quizá se le pueda dar captura sin recurrir a algún tipo de violencia que pueda comprometer el caso. Y si nos da la confianza —se dirige al noble— estaremos a la altura de las circunstancias.

A pesar de que los viejos huesos de Finn Lenguadeplata querían un descanso -quizás bien merecido- el resto de sus compañeros querían continuar con la fiesta, en concreto, con la parte más intensa y a su vez peligrosa de aquel encargo; y viendo las preocupaciones de Ernesto "El Bueno", este no tuvo más remedio que también hablar.

-Si pesa menos de 50 kilos podría dormirlo con un hechizo y transportarlo en mi disco flotante. -Dijo Finn Lenguadeplata tratando de así asegurar la captura "sana y salva" de aquel joven- Pero si el no es la cabeza y alguien sospecha que estamos tirando de la manta, es probable que decidan asesinarle antes de que lleguemos a él para evitar que hable.

Tras decir aquello volvió a señalar hacia la puerta.

-¿Y lo del baño... ya lo busco yo o...?

Nada de violencia si se puede evitar. Como bien han dicho mis valientes amigos, salvo extrema necesidad, nadie será dañado— Me lleve una mano a la barbilla mientras pensaba cómo podíamos sacar de la Villa a esa persona sin montar un asalto — Conocemos sus gustos, que son sus debilidades ¿Y si le invitamos a una partida o al juego de apuestas que sea? Quizás sea abusar de la confianza que aún no nos hemos ganado— Miré a Ernesto a los ojos con la ilusión de una niña pequeña — Si vos sois capaces de confirmar el rumor de esa posible partida, con grandes jugadores y una buena suma de dinero que estará disponible para el ganador… Quien sabe si él solo saldrá de su agujero— No era el mejor de los planes, no lo había meditado pero cualquier cosa serviría para eludir un asalto que tarde o temprano llegará. Eso si, esperaba que Ernesto viese que nuestras intenciones estaban alineadas con las suyas

- Y recordad también parece dejarse llevar por la lascivia, mi buena amiga Dalfrid. Quizá podáis encandilarlo con vuestros encantos. Tendríais que tener mucho cuidado eso sí. Pese a que estoy seguro que os sabríais defender en una situación comprometida a solas con él, nosotros estaríamos preparados para auxiliaros si la cosa se torciera. - sugirió Yorha la bardo del grupo.

Karel escuchó con atención las distintas intervenciones de sus compañeros tras la respuesta de Ernesto. Que les dejara continuar con la misión era una buena señal.

-Presentarse allí sin más podría levantar sospechas, ¿pero si vos nos redactarais una citación?, o mejor todavía, una invitación a una ficticia fiesta aquí, podríamos fingir ser su escolta personal para traerlo sano y salvo. Seguro que una vez que lo tengamos a buen recaudo y se vea superado en número canta como un colibrí.

La urgencia en actuar era algo que a Finn Lenguadeplata le parecía lo más correcto, a fin de cuentas, cuanto antes terminaran, antes podían ir a descansar; y también había algo relacionado con sentirse observados y vigilados, pero eso era lo de menos, lo que el buscaba era descalzarse y poner los pies en alto.

-Cuanto antes vayamos, antes podemos volver a casa. -Les recordó encomiando a sus compañeros para tener esa sensación de premura- Si es necesario, asumiré que toda la responsabilidad la tenga Alaia Gargardo, en caso de que pase algo malo. Así que vámonos... Quizás Armand tenga un baño...