Partida Rol por web

Sorprendido ante la última revelación, Kitsuki Tatsunabe acompaña a Mirumoto Aiki hasta el salón tras lo cual ella se encamina al jardín y el investigador se acerca a Mirumoto Kiyomi, la única que quedaba por responder algunas preguntas.¿

- "¿Sería tan amable de acompañarme?"

Tras sentarse los dos en las posiciones acostumbradas. Tatsunabe comienza a hablar:

- "Quiero ante todo transmitirle mi pesar por la muerte de su ... ¿anfitrión?. Discúlpeme, pero no tengo claro su motivo para estar en la mansión. ¿Podría explicármelo?"

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Fu Leng.

-Hai. Le acompañaré.

Tras entrar en la habitación, Kiyomi toma asiento. Sin duda es una mujer muy hermosa.

-Se lo agradezco. -Toma aire unos segundos antes de continuar. -¿Qué era Takao para mi? Takao era un amigo. Me invitó hace tiempo a instalarme en su casa. Al parecer le gustaba mi música.

La luz de las velas de la sala perfilaban el rostro de aquella bella mujer y Kitsuki Tatsunabe padecía cada vez que miraba sus ojos tratando de mantener la templanza. Por algún momento pensó dejar de mirar sus ojos recordando lo que había aprendido observando a los parlamentarios del clan escorpión, para fijarse en su postura y expresión de manos, pero esto no mejoraba pues la bella figura de la mujer y la blanca y fina piel de sus manos completaban una serie de virtudes que complicaban en gran midada fijarse en las palabras.

- "Le haré una serie de preguntas para poder conocer mejor al difunto señor de la casa y a cada uno de los presentes. Si no le importa, hábleme de, por ejemplo, Mirumoto Aiki, ¿cómo era su relación con ella?"

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Fu Leng.

Con calma y en voz algo baja, Kiyomi responde, como temiendo que alguien más pudiese escucharla.

-La señora no me soportaba. Estaba claro que me tenía celos, quería alejarme de Takao.

¿Cree que su anfitrión confiaba en usted más que en cualquier otra persona?

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Fu Leng.

-Sin duda la cofianza del señor en mi era grande, pero no sabría decirle si era la persona en la que más confiaba. Su veterano amigo o su compañero de negocios siempre parecieron contar con gran confianza para Takao.

El investigador da por buena la respuesta y trata usarla para proseguir.

Fruto de esa confianza, ¿llegó a relevarle algún tipo de desconfianza hacia algún miembro de la mansión, samurai o heimin?

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Fu Leng.

-La verdad es que no. Quizás que Hyobe cada vez bebía más o que su propio amigo estaba últimamente más reservado. Pero creo que no. En cualquier caso, a mi señor le gustaba más tratar de otras cosas conmigo.

Notas como su siente que no debiera haber dicho nada de la última frase. Tu mirada, inquisitiva, se cruza con la de ella, que se ruboriza. Kiyomi sospecha que sabes algo de lo suyo con el señor.

Trata de darle una salida digna a su indiscreción:

-"La pasión por su música ocuparía gran parte del que cualquier samurai pasase con usted, la otra noche tuve el placer de escucharla y difícilmente se me ocurriría emplear nuestro tiempo charlando de vanalidades diarias en el caso de encontrarme bajo la piel de Takao-san".

Hace una pequeña pausa mientras la obserba.

-"Creo que ya hemos terminado, muchas gracias por su colaboración".

Kitsuki Tatsunabe se levanta y ofrece su mano para que la samurai se levante también. Cuando esta está a punto de salir por la puerta añade:

-"¿Hay algo respecto a algún miembro de la mansión que crea que debo saber?"

Mansión del Gorrión Cantarín. Hora de Fu Leng.

-La señora no soportaba que Takao pasase tanto tiempo conmigo. Sé que no pudo ser ella directamente, porque cuando Takao murió estábamos discutiendo, pero pudo pagar a alguien. ¿Quién sabe?

Kanjiro no se llevaba bien con su señor, aunque conmigo siempre fue amable.

Por último, está ese vividor de Masao. Lleva años riéndole las gracias a mi señor por seguir viviendo de su generosidad.

No sabría decirle más.