Partida Rol por web

Explotó, manchando a todos de colores. A la par que una risa maniática salía de los altavoces que la bomba, aún pegada en el recién colorado Mamoru Ai Yastis.

¡ENHORABUENA! ¡HABÉIS LOGRADO DESACTIVAR LA BOMBA!

¡SOIS MEJORES QUE LOS HÉROES DE LA U.A. DE ESO NO ME CABE DUDA!

¡VAMOS A DIVERTIRNOS MUCHAS VECES MÁS!

Con todo el cuerpo lleno de distintos colores, el Jefazo de toda la policía de Sakurami City simplemente se pone sus gafas de sol que saca del bolsillo trasero de su pantalón y antes de decidir marcharse del lugar, este se dirige a todos los policías coloridos presentes de la sala.

-Gran trabajo todos, hemos evitado una explosión y hemos salvado los cuadros. ¡Un aplauso para todos!. -Exclamó aplaudiendo mientras se marchaba hacia el cristal roto por el accidente de Mamoru Ai Yastis, pero antes de irse definitivamente- ¡Ah!. Se me olvidaba. Saiko... encárgate de hablar con la prensa.

Era evidente que aquella explosión tomó a todos por sorpresa, pues en el contador aún había unos cuantos segundos, tiempo suficiente como para dejar atrás a Mamoru Ai Yastis y salir por patas del lugar, pero aún así, la bomba estalló, de una forma mucho menos letal eso sí. Y no solo eso, ahora la ponían contra las cámaras.

-P-Pero Señor... -Trató de decir, pero este ya se había ido- Aaagggghhh...

Era evidente que no iba a poder librarse de eso... por lo que se desquitó con Mamoru Ai Yastis.

-¡MAMORU!. -Le gritó al hombre con la bomba aún pegada en sus manos- ¡JAMÁS PENSÉ QUE POR TU CULPA VOLVERÍA A TENER MI ROPA MANCHADA, ESTANDO CON ELLA PUESTA!. ¡AÚN RECUERDO LO QUE HICISTE CON MI VESTIDO DE BODAS!. ¡TE RECORTARÉ LA PAGA DE LA TINTORERÍA!.

Lo que estaba claro es que Mamoru Ai Yastis por unos segundos había perdido por completo todas sus esperanzas de vida, momentos antes de que aquellas bombas estallaran. Pero, segundos después de aquella explosión colorida, este hubo deseado que la bomba real hubiera explotado para no tener ese sufrimiento.

-¡Pero Saiko!. - Se quejó de su ex-mujer- ¡No seas tan poco razonable!. ¡La culpa es de los villanos de D.I.C.E.!. ¡Y ya te dije que lo del vestido de bodas fue porque tropecé!. Y además... ¡No es como si lo hubiera hecho apropósito!. Y no fue algo que hice para fastidiarte a ti! ¡Todos los de aquí terminamos mancha... -Pero no logró terminar la frase, pues algo que vio le llamó más la atención- Jilliam...

En efecto, entrando en la sala aparecería no otro que el perfecto Jilliam Wustice, el cual le había tomado algo más de tiempo en llegar al lugar pues en vez de bajar en ascensor, este decidió bajar usando las escaleras por lo que cuando la bomba colorida estalló ni siquiera estaba presente.

-¡Buenas, Mamoru-man!. -Exclamó sonriente y sin ningún tipo de mancha a un Mamoru Multicolor- ¿Qué ha pasado aquí?. -Pero antes de que nadie se molestara en responder, este simplemente se acercó a la Jefa de los detectives y le ofreció un pañuelo para que se limpiara- Tenga.

Habiendo terminado finalmente aquella pequeña misión, Kenshin Nori se veía visiblemente molesto con todo aquello, pero en su mirada también se podía ver algo de tristeza mientras observaba a aquel artefacto explosivo aún pegado en las manos de Mamoru Ai Yastis.

-Tengo que irme... -Comentó en voz baja, de forma casi imperceptible- Así no me recibirán ni locos... menos aún en plena fiesta... Supongo que mañana será un mejor día para acercarme... y el no actuará dos veces en el mismo día... es demasiado vago para eso... -Y con estos comentarios misteriosos, más para sí mismo que para nadie más, abandonó la sala.