Partida Rol por web

Taifold se retrepa en su asiento, mesandose la barba, pensativo... impresionado por la mirada de la joven.

"Joven Evea... el pasado es doloroso, asi como las perdidas" -La voz del enano suena emocionada, sincera y un tanto triste- "Pero ese dolor puede convertirse en algo que te devora desde dentro..."

Deposita la bebida sobre la mesa y se inclina hacia adelante, apoyando la barbilla sobre un puño...

"Antes de que tu abuelo tuviese edad para interesarse por tu abuela, mi padre y yo tuvimos un... un desacuerdo... con respecto a una tradición de varios siglos de antigüedad. Ambos decidimos que, por el bien de nuestro Clan, debiamos seguir caminos distintos. El camino que elegíme llevo a reunirme con un grupo de aventureros..." Una breve sonrisa se ilumina en su rostro, para desaparecer poco a poco "Eran... eran... jovenes... según las tradiciones de mi pueblo... pero buena gente. Valientes y leales... inexpertos diria mi padre. No llevabamos demasiado tiempo juntos, pero habiamos desarrollado los lazos de camaraderia que solo se dan entre personas que duermen, comen, luchan y sangran codo con codo... Tithalos y Maria... incluso llegaron a casarse..."

De nuevo, la franca sonrisa del guerrero, termina por morir, ahogada por la tristeza de sus ojos...

"Ni la magia de Tithalos ni la agilidad felina de Maria les ayudaron a escapar de su destino. La fe de Kain en Tempus le ha garantizado un lugar en el Cielo... Y mi pequeña Aria... estuvo junto a mi, alanceando enemigos por encima de mi cabeza, mientras yo detenia ataque tras ataque... Todos cayeron... todos menos yo"

Thunderhammer controla sus emociones cerrando el puño, hasta que los nudillos se tornan blancos...

"Esa, Evea, es la historia de porque estoy aqui... si el rey de esta isla me lo permite, intentare honrarles como merecen... antes de que Moradin me lleve a su seno"

"¿Cual es tu historia? Estas lejos de tus tierras, segun me ha parecido. Afirmas no rendir pleitesia o devocion a ningun dios o panteon... pero tus manos tienen el poder de curar... portais armas de guerrero, pero... no os ofendais, no parece que lleveis mucho tiempo viviendo esta vida"

 Evea mira al veterano aventurero y al final asiente.

 - A diferencia de ti, compañero Taifold, y me vi empujada a la vida de aventurero. Hace casi diez años, cuando apenas tenía catorce, la pequeña ciudad en la que vivía fué victima de una horda de orcos y trasgos, liderdas por un general montad en dragón. La ciudad, Arabel, fué destruida hasta los cimientos y con ella sus habitantes, mis padres mepudieron esconder antes de que el caos y la destrucción acabaracon ellos.- La mirada de la joven está perdida en una pared, sin ver nada mientras relata, con un húmedo brillo en su mirada.

 - Pero antes de que pudiera ser saqueada del todo, y que nos descubrieran a los pocos niños que nos econdieron ensótanos y paredes huecas, el Rey Azound IV con su ejercito real y varias compañías de aventureros expulsron al ejercito invasor.- Hace una pausa.- La mayor parte del ejercito persiguio a la horda, pero pequeños grupos de aventureros y sacerdotes en busca de supervivientes y de enemigos ocultos.

 - Fué entonces cuando me vió una pequeña patrulla de trasgos rebeldes, una figura con armadura pesada acudió, sola, a mi rescate. Al estar en suerioridad numérica los trasgos, envalentonados, plantaron cara al aventurero, enfundado en metal.- Los ojos de la oven se ilminan al hablar de la figura enfundada en metal- El combate que se desarrolló fué comosalido de un cuento, pues los trasgos siendo una docena, no pudieron hacer nada para derrotar al guerrero, que los fué despachando hasta que quedando menos de media docena partieron a la carrera. Una vez salvada, me atendió las heridas que me hicieron los trasgos antes de que llegara.

 - Que gran sorpresa tube cuando descubrí que la figura era una dama, Lady Tianna, una paladina del Caballero Rojo, la dama se quedó para organizar una pequeña defensa contra posibles ataques de patrullas rebeldes de la horda. Durante ese tiempo, en el que tube que ver enterrar a mis padres.-La voz se le pierde en un hilo.- La dama se hizo cargo de mí.

 - Cuando ella vió que me había quedado sola, me ofreció acojerme como paje. A cambio de una eduación, tutela, comida y ropa, yo la atendería.- Hace una pausa en la que aparece una amplia sonrisa en su rostro.- En su compañía pude visitar el noroeste de Faerún, Amn, Calimshan, La Costa de la Espada, Argluna... siempre ayudndo cuando hacía falta, a veces junto a otros aventureros y aventureras ya veces solas. Durante esos años aprendí lo que sé, a usar las armas, a curar mediante la palabra - Esboza una sonrisa pícara.- Y algunos trucos más. La grandeza de la dama atraía a valerosos y bondadosos aventureros que me enseñaron a convertirme en una auténtica aventurera.

 Al final su rostro se ensombrece un poco.

 - Pero Tianna, era una paladina, y su diosa la llamó. Descubrimos un culto a una demonio poderoso, que tenía poder sobre los no-muertos. Penetramos en los lugares de culto de este para acralizalo y terminar con las miserables vidas de esos fanáticos. Pero esos efuerzos resultaron en vano, se tenia que atacar el corazón del culto. Así fué como una noche Lady tianna me habló, me dijo que tenía que adentrarse en la oscuridad, era su deber... ero no el mío, que es posible que las cosas terminaran mal. Me pidió que no la acompañara.- La mirada de la joven vuelve a ser vidriosa, mirando sin ver.- Narciso, un compañero nuestro me retuvo mientras ella partió junto a otros elegidos po los dioses... Pasaron los meses y no supe ada más de ellos. Y entonces hice lo que me pidió Tianna, vivir mi vida.

 Mira al enano intentando discernir su expresión.

 - Y como siempre tube la ilusión de ver todo Faerún empce por el inicio, pretendo hacer de Oeste a Este, pasando por todas las regiones. Y aquí estoy.- Termina para esbozar una media sonrisa en los labios.

Los ojos de Taifold han seguido cada movimiento de los labios de la muchacha, transportado por el sonido de su voz a lugares que solo conoce por las historias de sus mayores. Comprende bien algunos de los sentimientos que la joven guerrera ha expresado, la lealtad, el sufrimiento, la perdida...

Sin mediar palabra, sirve otra nueva ronda de licor para ambos y hace un brindis:

"Por los presentes y por los ausentes. Doquiera que esten sabran velar por nosotros hasta que nos reencontremos"

De un solo trago, se lo echa al coleto y con sonora satisfacción, deposita el vaso vacio sobre la mesa.

"Creo que pronto nos llamaran a cenar. Saldre fuera mientras os aseais, para concederos un poco mas de intimidad. Cuando termineis podremos ir a cenar"

Dicho esto, Taifold recoge algunas de sus pertenencias para cambiarse, sus armas para equiparse y sale de la casa. Una vez fuera busca un pozo o abrevadero donde lavarse la cara y acicalarse la barba asi como asearse en general.

Tan pronto como termine, volvera a la residencia de Aesher y montara guardia en la puerta hasta que Evea termine, para escoltarla al salon donde, espera, les daran de cenar.

 Evea brinda con Taifold.

"Por los presentes y por los ausentes. Doquiera que esten sabran velar por nosotros hasta que nos reencontremos"

 Y bebe el licor de un solo trago, volviendo a arrugar el rostro ante su abresividad.

 - Gracias por la atención, maese Taifold.- Dice la joven con una sonrisa mientras ve partir al enano de la casa.

 Evea se cambia la muda, pues la que lleva está sudada y un tanto roñosa, con la jofaina de agua se refresca, sintiendo como se le heriza la piel de los brazos y la nuca.

 - Buuufff que-que frí-ía.- dice medio castañeándole los dientes.

 Pronuncia unas palabras arcanas y unas leves corrientes de magia envuelven su figura, aseándola y perfumando su piel.

 Cuando termina se hecha un poco descansando los ojos preparándose para la cena.

Tras remojarse la cara Taifold se secó con sus propios paños. Refrescandose la cara y el espiritu. Estaba guardando sus enseres cuando vió al visitante. Al mismo tiempo, Evea se había acercado a la puerta.

Un hombre extranjero, venía acompañado de dos exploradores norteños. Lucía ropas coloridas, de manufactura extranjera, probablemente del continente. Y sus rasgos estaban ocultos tras una capucha. Su piel era de un tono oscuro. Y todo el exhalaba un aire misterioso y lugubre. Aesher, el hombre que os había acogido, se acercó al extranjero para hablar con él.

Taifold se mesa la barba, pensativo. Su rostro deja traslucir preocupación y un punto de desagrado ante los visitantes. Mientras se dirige hacia el lugar donde Evea espera, hace un gesto de reconocimiento ante su anfitrion y continua su camino.

Cuando llega a la casa ve a Evea esperando y, en un gesto de coqueteria impropio de un enano, encoje un poco el vientre y se estira para ganas unos centimetros.

"Joven señora, parece que nuestros anfitriones tienen visita, asi que tardaran en venir a buscarnos."

 Al entrar y pasar junt a la joven, tus fosas nasales se embriagan ante el fresco aroma a labanda, proviniente de la joven, la cua esta limpia y arreglada, con su traje impecable. De su estrecha cintura cuelga con gracia el ancho cinturón del que penden sus aceros, que comparado con tu martillo parecen armas de decoració. Te sonría y te saluda con una afable sonrisa.

 - Eso parece, creo que se presenta una noche interesante.

Un jinete apareció trotando en su caballo pardo por el camino. Portaba una lanza con un paño rojo atado en su punta. Un Heraldo.

Trotó con presteza por el poblado y al ver a Aesher junto a los visitantes, se detuvo. Le dijo algo al guerrero y se marchó al galope al fortín del  poblado. Aesher despidió al visitantes y se dirigió a la extraña pareja.

 La chica esta fuera de la cabaña, apoyada en la pared, mirando como se desarrolla la escena. Atenta a lo que pueda decir Aesher, mientras ve partir al heraldo en dirección al fortín.

Aesher parecía algo mas emocionado.

-Wolwyff el lobo, ¡ha llegado!. Por favor, recoged vuestras cosas. El rey nos espera en la sala del hidromiel, Heorot.- Girandose hacia el visitante, que marchaba solo a la sala, continuó. -Y no sois las únicas visitas. Un hombre, o eso parecía, también proviniente del continente, ha venido.- Decía, mientras acompañaba a la pareja a la sala del Hidromiel.

 La muchacha, con su poco equipaje a mano se encamina hacia el fortín, procurando andar por las partes del camino menos barrosas, moviéndose con gracia

 - Un hombre proviniente del continente, en verdad será una velada muy ineresante.- Sonríe jovialmente.

 Y sin más, de forma espontánea empieza a tonar una cancioncilla desenfadada y alegre.

El silencioso enano echa a andar, con el escudo de su clan al hombro y el martillo de guerra al cinto. Mas acostumbrado al firme y seco suelo de sus cavernas natales, evita las zonas mas embarradas, aunque se esfuerza en mantener el silencio.

"Interesante... no solo El Lobo viene a ayudar a esta pobre gente, sino que han llegado aventureros del continente"

Taifold procura sonreir gentilmente a cualquier aldeano con el que se cruza, consciente de que es tan extraño para ellos como ellos lo son para el.

Sus ropas, practicas y recias, corresponden a un aventurero, y sus armas denotan esa condicion.