¿Qué? - No conocía el lugar en el que estaba, por mucho que intentase dirigir la mirada hacia todos los lugares que me fuesen posibles no encontraba nada que me fuese familiar. - ¿Dónde estoy?
Traté de incorporarme, en un principio me costó moverme por culpa de mi vista cansada y la exagerada sed que sentía. La escasa decoración de la habitación parecía que en aquel lugar no se acostumbraban a tener invitados, es más, parecía más un sótano que otra cosa.
Mi garganta estaba tan seca que incluso dolía al tragar o tratar de emitir algún sonido con ella. Lo único que tenía en mente era poder beber algo para que aquella sensación tan amarga acabase, era tanta la sed que sentía...
Sin más salí de la habitación de una vez, sin tener cuidado de abrir la puerta con el mas mínimo cuidado.
Buscaba desesperadamente algo con lo que refrescar la garganta y acabar con aquella sed infernal.
Roberto fue a salir de allí rápidamente, buscando desesperadamente algo de beber cuando, de pronto, al abrir la puerta, algo se interpuso entre él y la salida.
-Oh, vaya, ¿ya 'tás 'espierto? -dijo una voz de hombre que hablaba muy rápido y atropellaba las palabras- Ten, toma'nda, algo'e comer.
Entonces, el hombre que había aparecido frente a él lo empujó, aunque con cuidado, de nuevo dentro de la habitación y dejó caer algo frente a él. Eran cuatro bolsas de plasma, posiblemente sustraídas de la reserva de algún hospital, puesto que tenían sus etiquetas y todo.
-'Enga, 'ebe. ¿Sa'es que ti'es que'ber, no? -preguntó, mirándolo con sospecha exagerada.
Roberto no sabía nada, en realidad. De hecho, apenas entendía una palabra de lo que pronunciaba aquel hombre si no se concentraba. Lo único que sabía era que, de pronto, aquellas bolsas le resultaban de lo más apetecible... De hecho, eran tan tentadoras y atrayentes que, si se quería resistir, le iba a ser muy, muy difícil...
Ostras, perdona. No sé por qué tenía en la cabeza que te tocaba a ti. Debí de quitar el aviso sin querer :S
¿Qué? - Miré con asombro al desconocido, no sabía quién era, nunca lo había visto en mi vida. - ¿Qué dice? - Parecía que hablaba, movía la boca y emitía sonidos por ella, pero no se entendía nada, nada de nada, juraría que no estaba hablando mi idioma si no llega a ser porque, si me concentraba mucho, podía llegar a entender algo, poco, de lo que decía.
Aunque intentase comunicarme con él de alguna manera la sed no me dejaba, mi garganta estaba tan seca que por mucho que lo intentase no iba a salir de mi ni el mas mínimo sonido.
¿Algo de comer? - No me había dado ni cuenta de que me había empujado dentro de la habitación junto con unas bolsas de lo que parecía sangre. - ¿Sangre, para qué? - Aunque no entendía el por qué de aquellas bolsas que estaba frente a mi no podía quitarles el ojo de encima, es más, sentía que tenía que abrirlas y devorar su contenido. Lo peor es que aquel hombre parecía animarme a hacerlo.
No tarde mucho en dejar que mi cuerpo actuase por sí mismo, la sed me estaba matando y aquella sangre me apetecía demasiado, era líquida, así que seguramente me quitaría la sed, ¿por qué no beberla y acabar con mi agonía?
Abrí rápidamente una bolsa y le hinqué el diente bebiéndome su contenido en un momento ayudándome de mis manos para estrujar la bolsa y que fluyera todo mucho mejor. Las otras tres bolsas me duraron aún menos que la primera. Cuando las acabé las dejé caer al suelo mientras miraba a la puerta de la habitación esperando a que llegase mas.
No te preocupes! Yo me he dejado bastante, así que no pasa nada xD
Por cierto, Snatch? XDDD
Roberto se sintió mucho mejor cuando terminó de beberse toda la sangre. Una vez hecho esto, Diego, que así se llamaba el hombre que había estado esperando pacientemente a que terminara, se acercó a él con rostro preocupado.
-Bueno, creo que ya pue's adi'inar qué eres y qué'erás durante'l resto'e tu putavi'a, ¿no, amigo?
Lo levantó y lo sentó en la cama, con cuidado, poniendo cara de quien tiene que dar una mala noticia a alguien.
-Pue'so no'es lo peor -entonces sacó un pequeño espejito del bolsillo-, no t'asustes, ¿vale?
Entonces le acercó el espejo a la cara...
Pues a ver si le damos un empujoncito, que ya queda poco para la recta final! ;)
Snatch! Ouuuh yeah! XD
Bueno, ya sabes, eres un nosferatu, así que te toca cambiar de avatar. No voy a ser mala, te dejo escoger tú al que quieras. Busca una foto adecuada, ponla y narra tu reacción ante el espejo (como licencia narrativa digamos que es un espejo especial en el que sí te ves, encantado para los vampiros, ok? ;) jejeje).
En el próximo post te junto ya con el resto ;)
¿De qué habla? - Me pregunté sin darme cuenta aún de que lo que acababa de hacer no era normal, eso de " ya pue's adi'inar qué eres y qué'erás durante'l resto'e tu putavi'a", aunque me costaba entenderlo porque el tío hablaba como el culo, no sabía a qué venía - Ni que estuviese muerto o algo.
El tío incluso me ayudó a sentarme la cara y puso cara de preocupación como si tuviese una mala noticia que darme. - Pero si no me conoce de nada, no lo he visto en mi puta vida, ¿qué pretende decirme?
El gesto de mi cara se volvió de incredulidad al asombro cuando sacó el espejo y me lo acercó a la cara. - ¿De qué va? - Lo miré frunciendo el ceño , flipando, en pocas palabras.
Entonces vi en el espejo un rostro pálido y deforme el cual no reconocía. - ¿Estás de coña no? Es un espejo trucado, salta a la vista - Giré la cara para ver "mi reflejo" mejor, un lado, el otro, la incliné hacia arriba, hacia abajo... No fue hasta que no me llevé la mano a la cara y la vi claramente hasta que no me di cuenta, no era un espejo trucado, mis manos estaban igual, pero estas no las estaba viendo reflejadas en el espejo. Estaba pálidas, blancas totalmente, deformes, me levanté la camiseta, mi cuerpo estaba igual.
¿¡Pero qué cojones!? ¿Qué me habéis hecho? - Grité al tío abalanzándome sobre él.
¿Este vale como avatar o me busco otro un poco mas feo? XD
Diego lo esquivó sin problemas y Roberto acabó rodando por el suelo, exaltado.
-¡EH, eh, eh! Pa'al carro, chaval! Que yo no t'hecho na' a ti, eh? Bueno, ve'ás...
Y así, poco a poco, A Secas le fue contando a Roberto todo lo que había sucedido y todo cuando él consideraba que debería saber*. Le dijo que no estaban en un buen momento, que habían pasado cosas en un lugar llamado el Elíseo y que un miembro importante de su sociedad, un primogénito o algo así, había requerido de su ayuda para sobrevivir. Al parecer era un gran honor que un primogénito (sí, la segunda vez confirmó que esa había sido la palabra utilizada) sea tu Sire, sea lo que sea eso. Por lo visto, sin embargo, a él le había tocado una maldición o algo así. Por eso era tan feo. Sin embargo, ahora estaba entre los suyos, ya no tendría que preocuparse nunca más de las cosas mundanas, porque le protegerían, ahora tenía asuntos más importantes que atender.
-¿A'una pre'unta? -terminó, finalmente, mientras sacaba un cigarro y se lo encendía con calma.
Ese vale, si a ti te gusta, no te preocupes ;)
*Te cuenta, en términos generales, qué es el mundo de la noche, qué criaturas hay y todo eso, ok? Todo lo que un neonato debería saber.
Aquel hombre, parecía creerse todo lo que me decía, ¿cómo puede creerse alguien historias tan extrañas?
Al principio no me creía nada, pero poco a poco todo parecía ir teniendo sentido, sólo así se explicaba mi estado, mi "cambio" mi nueva "sed"... Y muchas otras cosas que ahora era capaz de sentir.
Según Diego, mi "Sire", - ¿qué significara? - era un pez gordo de aquella sociedad vampírica a la que llamaba Elíseo, sus palabras dejaban claro que eso no era nada común, ¿eso me hacía especial? Supuestamente.
Siguió contando historias que antes creía fantásticas, criaturas que sólo creía posible en cuentos de miedo para niños.
Mi mundo ahora sería el mundo de la noche, el mismo mundo que antes creía que no era mas que un cuento, leyendas, historias que la gente contaba cuando estaba borracha o mal de la cabeza. Ahora me daba cuenta de que esas personas no estaban tan equivocadas, yo era una de esas criaturas de las que hablaban.
Ahora el resto de personas, no, ahora las personas, no eran mas que alimento para mi.
"¿Alguna pregunta?" - Supuse que quería decir eso cuando abrió la boca. Sólo se me ocurría una pregunta en aquel momento, quizás la más importante que podría hacer. - Sí, ¿dónde está mi Sire? - Por lo que me había contado lo normal era que fuese mi guía en todo momento, pero no parecía estar allí.
Perdón por la tardanza! :(
Diego se quedó un momento mirándolo, perplejo. Podía preguntarle lo que quisiera y lo único que se le ocurría era preguntar por el idiota de Yamir...
-Ta' indi'pue'to... Po'eso 'e mordió. 'Enes sue'te ¿sa'es? 'E que t'mordiera él, 'igo... S'inteli'ente. Cui'ará ben 'e ti.
Le explicó que su Sire era un cainita del clan Nosferatu, que había salido malherido de lo que al parecer había sido una gran batalla en el lugar donde se encontraban, el Elíseo. Y que para sobrevivir había tenido que beberse su sangre, porque se cruzó con él por casualidad... Pero que finalmente, le dio cierta lástima el joven y decidió convertirlo en su chiquillo. Le dijo también que, si quería, podía salir fuera y le darían algo que hacer. Sólo si lograba hacer algo bueno para el Elíseo lo reconocerían, por lo visto.
Al parecer, en una situación normal, debería haberse presentado ante El Príncipe, pero en aquellos momentos ni siquiera sabían dónde estaba... Así que aquello tendría que esperar.
Cuando terminó de contarle todo eso, se dirigió hacia la puerta, apagando el pitillo en el suelo por el camino. La abrió y se colocó al lado, cediéndole el paso.
-No 'e procupes, ya ve'ás co' l'asumes pronto. 'E t'irá 'e la ca'eza, cua' empieces a'hacer otras cosas. 'Enga, 'amos a ver en qué po'emos ayuda'.
Puedes contestarle, si quieres, pero asumo que sales, así te junto ya por fin con los demás en la siguiente escena, si te parece bien ;)
No te preocupes por tardar, ¿todo bien?^^