Partida Rol por web

Aunque todo sucede en un abrir y cerrar de ojos lo cierto es que para Yvaine son unos instantes agónicos. La sensación de ahogo, estira sus brazos de manera inútil intentando sujetar la bata de Gallagher pero sus brazos son mucho más largos y sin oxígeno pronto comienza a sentirse mareada. Gallagher mira la puerta y se percata de que está abierta. Pero la presión desaparece de modo repentino y cae al suelo aturdida.

El movimiento de Gallagher es tan rápido que apenas es perceptible a los ojos humanos.

Gallagher la libera y sale disparado hacia la puerta saltando sobre Douglas que había caído al suelo e ignorando al resto de investigadores. El celador queda atemorizado frente al paciente siendo lo único que se interpone entre él y la salida. Pese a que Conrad intenta cerrar la puerta no es lo suficientemente rápido y Gallagher le golpea como un toro furioso. Si bien la puerta es recia y pesada ante la embestida del teniente parece que sea liviana como una hoja, el cuerpo de Walters sale despedido con una fuerza devastadora ante el impacto, golpea la pared y su cráneo emite un golpe seco que parece detener el tiempo por unos instantes, cayendo luego inconsciente al suelo. Un charco de sangre comienza a crecer en el suelo, bajo la cabeza del celador.

Gallagher se gira y mira a los investigadores mostrando por última vez su dentadura antinatural y emitiendo un gruñido que los estremece. Parece agotado su aspecto endeble contrasta con la demostración de fuerza que acaban de ver. Peter Gallagher sale corriendo por el pasillo buscando una salida. 

El aire me falta, mis pulmones no se llenan lo suficiente. Intento alcanzar al monstruo que tengo ante mí. No llego, no tengo fuerza, me falta el aire. Incapaz de gritar y en mis últimos momentos de vida, no sé ni que estoy haciendo. No logro arañar sus manos, con los guantes de látex es imposible y es un vano esfuerzo por hacerle daño, y de pronto noto como se abren mis vías respiratorias y caigo al suelo.

Respiro con fuerza, tomando todo el aire que me ha faltado y sin ser consciente aun de la situación. Hasta que de nuevo escucho ese ruido estremecedor. Alzo la vista hacia la puerta donde se encuentra el teniente Gallagher a tiempo para ver como sale disparado, huyendo de su celda. No tardo en ver al celador en el suelo y el charco de sangre que empieza a extenderse por el suelo.

—Joder, no...— digo antes de apoyar la mano en el suelo para incorporarme.

Me levanto a duras penas, jadeante y algo aturdida. Camino tambaleante hacia Conrad y una vez a su lado miro por donde ha huido la criatura. Sé que no puedo hacer nada para frenarla, no ahora. Y es en ese momento que vuelvo a ser consciente del golpe que he recibido en la cabeza y como poco a poco voy sintiendo el dolor que se va extendiendo por mi cabeza como lo va haciendo la sangre del celador por el suelo. Bajo la vista hacia él.

No quiero pensarlo, pero lo hago, «podría ser yo perfectamente».

Me agacho junto al herido, con cuidado de no tocar la sangre, y le tomo el pulso.

Y antes de que pueda enchufarle en toda la cara el spray de pimienta, el hijoputa sobrenatural suelta a Yvainne y sale corriendo, no sin antes darle un codazo al celador digno de una señora en una cabalgata de Navidad.

Recorto la distancia con la puerta en dos zancadas, viendo cómo ese... ser desaparece por el pasillo.

-¡Que alguien active la alarma de incendios! -Exclamo.

No se me puede escapar. No se me puede escapar, joder.

Cojo al chiquillo por el cuello de la camisa, sin mirarle, y comienzo a arrastrarle tras de mí. Porque una cosa es que quiera conseguir la puta primicia del año, y otra es que sea gilipollas. Porque no pienso ir sola, claro.

-¡Corre, joder! -Le grito a Douglas, mientras le arrastro por el pasillo- ¿Sabes usar uno de estos? -Pregunto, mientras le paso el spray de pimienta- ¡No te rocíes a ti mismo o la hemos cagado!

Mientras, enciendo la cámara con un dedo, siempre intentando que el teniente no se me escape de la vista.

Has percibido que estaba muy frío incluso cuando te ha zarandeado que la musculatura debería estar bien irrigada para ejercer esa presión sus manos y todo lo que has podido tocar de su brazo estaba muy frío, no has notado pulso alguno pero tampoco estabas en la postura idónea para palparlo. 

No no no no no, no puede ser otra vez no. Douglas se arrastra hacia atras sin poder apartar la mirada ante la pesadilla que tenia enfrente.

No puede estar pasando otra vez otra vez no pensaba Douglas al ver como se avalanzaba hacia él Douglas logro cerrar sus ojos.

Algo tiro del joven escocés era su fin le habia cogido y todo iba terminar 15 años más  tarde compartiría el destino de los demas mosqueteros. 

Pero no era el monstruo, si no Rosemary era su voz la que le hablaba y la tiraba de él. El spray no duro mucho en las manos del joven que temblaban sin parar.

Douglas se agachó para recogerlo y todo eso se repitió un par de veces mientras balbuceaba

- Yo yoo, yo nnnno no - 

Nunca había usado uno de esos sprays, pero no era eso lo que estaba intentando decir, sino que queria volver a casa, quiero irse de ahí y olvidarlo todo.

Pero ahí estaba siendo arrastrado por Rosemary hacía una muerte segura.

 Aterrada y al borde de la parálisis, Lorna vio como aquel monstruo que parecía ser Gallagher soltaba a Dingwall y se dirigía hacia la puerta con una velocidad antinatural, golpeando al celador en el proceso. La muchacha trató de dejar la mente en blanco; ya habría tiempo de procesar lo que había visto, ahora tenía que actuar.

Avanzó unos pasos hacia Dingwall por si estaba herida, pero entonces...

Stonewall: ¡Que alguien active la alarma de incendios!

-¡Vale! -exclamó.

Llevada por la ¿emoción? del momento, alcanzó la alarma con la mano y la activó.

"¿Pero esto servirá de algo?"

Se acercó entonces a Dingwall, que estaba atendiendo al celador, si es que todavía seguía con vida.

-¿Estás bien?, ¿te ha hecho daño? -preguntó con preocupación.

Su mirada se desvió de inmediato hacia el celador. De su cabeza emanaba demasiada sangre...

Yvaine se acerca al Conrad que yace en el suelo con las pupilas midriáticas y centradas. No tiene pulso palpable y tiene algunas fasciculaciones. Allí llega Lorna y demuestra su preocupación por la pequeña de los Dingwall. 

Rosemary arrastra a Douglas al pasillo apenas se llegan a asomarse cuando ven el perfil del teniente, justo un segundo, ven como se gira los mira, parece que casi les sonría y entonces extiende su brazo derecho y casi sin hacer fuerza arranca el cuadro de luces. 

La oscuridad invade toda la planta, oscuridad absoluta. Un chasquido hace que vuestras pulsaciones se disparen pero es el interruptor de las luces de emergencia, que tiñe las paredes de rojo. Pero Gallagher ya no está ahí. 

Contemplo los primeros signos de la muerte; ausencia de pulso, espasmos, fallos en el sistema nervioso... Las preguntas de Lorna me llegan sin que alce mi rostro para observarla. Niego con la cabeza y continúo mirando al celador. Acerco mi mano al rostro del hombre y cierro sus ojos.

—Está muerto— le digo a Lorna con tono distante.

Entonces, todo se oscurece y mi corazón me da un vuelco, recordándome aquello que hay ahí fuera. Miro hacia los lados, como si eso fuera a hacer que mis pupilas se acostumbrasen antes a la carencia de luz hasta que finalmente el chasquido del sistema de emergencia nos avisa del cambio, las luces de emergencia nos sacan de esa negrura para darnos un ambiente incluso más agobiante y aterrador.

Me incorporo sin saber que hacer, ese monstruo está ahí, recorriendo esos pasillos. Y ahora me vienen a la cabeza las imágenes de esos tremendos colmillos, esa fuerza, y también el dolor de mi cabeza vuelve a recordarme la fragilidad de la vida. En un momento estás paseando, y en el otro has dejado estampado un macabro sello carmesí, ya sea en el asfalto o en el suelo de un sanatorio, da igual, el resultado es el mismo.

Me vuelvo hacia la pelirroja.

—El teniente sigue ahí fuera— digo, remarcando la evidencia, mientras doy unos pasos hasta donde se encuentran mi bolsa y mi mochila, sacando de esta última una linterna.

No quiero dejar el resto de mis cosas aquí, pero ir por ahí con las manos ocupadas y cargando todo eso me da mucho más miedo que la necesidad de dejar de nuevo todo en su sitio. Ya volveré si es necesario, y sino, qué más da, estamos en el registro de visitas del centro. Y es que realmente me siento como si lo hubiéramos matado nosotros, como si lo hubiera hecho yo y por alguna razón, quiero ocultarlo. Estoy aterrada.

Le hago un gesto a Lorna con la linterna para me acompañe, y a continuación, camino hacia el pasillo con lentitud y cautela para buscar a los otros dos.

—No deberíamos separarnos, lo único que sabemos es que prefiere escapar a hacernos daño— comento a la joven pelirroja—, aunque si le viene de paso…— digo, moviendo los ojos intentando ver una vez más al celador Conrad.

«Su muerte ha sido tan sencilla», me digo. Solo necesita un instante para hacer desaparecer todas nuestras preocupaciones. 

Me cago en mi vida...

-¡Vamos, no se nos puede escapar! -Le grito al muchacho, que parece haber olvidado cómo se utilizan las piernas.

Yvainne dice algo a nuestra espalda, pero apenas la escucho mientras corro hacia el final del pasillo y comienzo a subir por las escaleras. Ese bicho lo que quiere es escapar, así que estará yendo hacia la salida. 

Me tropiezo un par de veces con los escalones, y desde luego mis pulmones de fumadora no me están ayudando nada, por lo que alcanzo la planta principal prácticamente resollando.

- Tetenemooos que ssalir aqqqui - balbuceaba repetidamente Douglas, sin escuchar ni una palabra de lo que Rosemary le decia. Habia entrado en un bucle, repitiendo la misma frase una y otra vez,  sacando el aire de sus pulmones, en el mismo monento que entraba. Al cabo de unos minutos intento recuperar la compostura, y aunque no lo logro, si logro volver en si.

Se encontraba en la planta principal temblando como una hoja, junto a Rosemary dio un paso tembloroso tras otro hacía la recepción, sin saber muy bien porque narices no salía corriendo hacia la puerta, cogía el coche y no paraba hasta Edimburgo.

Yvaine negó con la cabeza. Al menos ella parecía estar bien, aunque el celador...

Yvaine: Está muerto

Lorna fue a decir algo, pero no le salieron las palabras. Lo que acababa de ocurrir era tan excepcional y chocante que no sabía cómo reaccionar, pero pronto ese desconcierto comenzó a convertirse en miedo ante aquella cosa que había salido de la celda. Parecía que se había marchado, así que ahora podría estar en cualquier parte, aunque no parecía interesado en ellos. O al menos eso es lo que ella quería creer.

Yvaine: El teniente sigue ahí fuera

-Sí -dijo nerviosa. 

Mientras ayudaba a Yvaine a recoger sus cosas, la idea de realizar una fotografía del cadáver se le pasó por la cabeza, pero aún teniendo el flash, aquella luz roja probablemente estorbaría.

"¿Pero qué haces pensando en el trabajo? podrías haber muerto" pensó.

Yvaine: No deberíamos separarnos, lo único que sabemos es que prefiere escapar a hacernos daño

-Tienes razón.

Tuvo el impulso de decir que era una de las reglas imprescindibles del cine de terror, pero no era el momento. Ni por asomo.

-No estarán muy lejos -dijo avanzando por el pasillo.

El silencio se ve interrumpido por el golpetazo de la puerta de salida de las escaleras. Rosemary que está ya en el rellano de la escalera has podido ver algo de luz entrando desde la planta principal. 

¿Ese no es...? ¿Teniente Gallagher...? Se encuentra... Los que estáis más cerca, Rosemary y Douglas, podéis reconocer la voz de la enfermera Ellen. 

Tras un instante empezáis a escuchar gritos y golpes en la planta superior.

¿Ese no es...? ¿Teniente Gallagher...? Se encuentra... 

Previously, on Rosemary's mind:

 Jooooder tía. Si querías morir esta noche de camino a casa, acabas de escribir tu obituario. Estar embarazada y tener hijos al cargo es el equivalente femenino a estar a punto de jubilarse. 

A veces odio tener siempre razón.

-¡TÍA, ALÉJATE DE ÉL! -Grito, subiendo rápidamente por las escaleras. Los gritos me ponen los pelos de punta, pero sigo ascendiendo. Ahora no se trata (sólo) de conseguir la foto. A veces soy una auténtica gilipollas, pero eso no significa que quiera que la gente se muera. Y menos una embarazada.

-¡Douglas, coño, tienes el arma! -Exclamo hacia atrás, esperando que el niñato empiece a ser de más utilidad de la que ha demostrado hasta ahora! 

Abro la puerta de la planta de una patada, esperando no llegar demasiado tarde.

Veo como Rosemary desaparecer en la lejanía y una mueca de decepción aparece en mi rostro, aunque no tarda en esfumarse al escuchar los gritos y golpes que provienen del piso de arriba. «Mierda...», y eso es lo único que soy capaz de pensar, porque frenar al monstruo en el que se ha convertido el teniente ahora mismo me parece del todo imposible.

—Aun así parece que lo hacemos… no deben ver muchas películas— le digo a Lorna, el timbre de mi voz suena ligeramente tembloroso, aunque enseguida carraspeo para ocultarlo—. Vamos, sigue siendo mejor que estemos todos juntos.

Al terminar mis palabras, empiezo a correr hacia el lugar donde ha desaparecido Rosemary, lo que creo que son las escaleras por las que hemos venido.

Dingwall: Aun así parece que lo hacemos… no deben ver muchas películas

-Ya, luego la gente se queja de que es poco realista -comentó en un burdo intento de aligerar la tensión.  

Sin embargo, de poco sirvió, ya que entonces empezó a oír los gritos y golpes de arriba. 

-Joder...

"Ya está, ya ha vuelto a ocurrir" -pensó. 

Sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. Toda esa gente con la que había hablado hace un momento estaba muriendo. ¿Habían tenido ellos la culpa de que esa cosa se escapara? 

Dingwall: Vamos, sigue siendo mejor que estemos todos juntos.

Lorna comenzó a correr también hasta subir las escaleras para reunirse con el resto del grupo, preparándose mentalmente para ver otro cadáver.