Mi royo es más acorde con la estética huertana...

- ¿Al Badulake o al Arenal Club? - pregunto, a ver que prefiere la mayoría, espero que Badulake, el Arenal es de pijos.

-¿Qué hay de diferencia? -pregunto con mi marcado acento rumano y mi peculiar forma de ordenar las frases.

La verdad es que es casi milagroso que haya podido entender al chico de los aparatos, debe ser que por fin mi español empieza a ser decente.

-Poh que el arenal eh mah para pijoh, pero podemoh ir a loh doh. Hay barril con cerveza gratih en loh doh sitioh- explico a la guiri pechugona. Miro cómo va vestida, en su país no deben salir de fiesta o algo, por eso se vienen todos a España: vino y fiesta.

Arqueo una ceja mirando a Débora, cada vez que habla es como un gato al que le pisan el rabo de desagradable. Que voz de camionera pone, por dios...

-El arenal no es de pijos, lo que tiene es más clase... La música más o menos es la misma. Y en badulake lo mismo no queda ya cereveza- y Paco ha ido ahí, que podríamos ir al otro sitio y librarnos de él. Que la Débora es tonta, pero que no se de cuenta de éso...

-Ah, pues ¿empezamos por el Arenal? Si no gusta ya cambiamos. Si queda cerveza de barril luego dará igual dónde vayamos, ¿no? -sugiero, acompañando el final de la frase con una risita.

Lo cierto es que si nos emborrachamos en el sitio pijo, luego ya nos dará igual dónde acabemos, o al menos eso pienso, y el principio de la noche al menos habrá sido "bonito", de "alto copete".

Jaime observó la situación con creciente hastío. Aunque el pase de modelos en medio de la plaza era un pasatiempo agradable, pronto se cansó cuando empezaron las discusiones sobre el donde ir. Él tenía muy claro dónde quería ir, pero como nadie le preguntó y la respuesta hubiera sido la clásica bautizada como aguafiestas se la guardó de decir.

Sencillamente se dejó llevar por la manda, el sentimiento gregario estaba bien, aunque Jaime se guardó la carta de desaparición si era menester.

- Bueno al arenal - asiento un poco, y tiro para alla