Japón se encuentra agotado... y pasmado. Pasmado ante su futilidad. Han arribado a las costas terribles barcos gaijin, llenos de impertinentes monos de ojos azules que traen lo que ellos llaman progreso.
Parece que esos groseros gaijin quieren quedarse con todo y se pavonean por Japón como si fuera el patio trasero de su casa. Creen que con sus armas modernas pueden doblegar la voluntad de los samurais... Y así ha pasado en muchos casos.
El shogun ha abdicado en favor del joven emperador, pero siglos de rencores entre los clanes rivales al shogun han envenenado sus oídos y ahora parece que quieren barrer del mapa a los viejos amigos de los Tokugawa.