Partida Rol por web

 Sábado 9:00 pm. Puente de Brooklyn

Llega un coche. Se para frente al puente. Un hombre baja de el.

Lo veo todo desde mi posicion mientras cruzo la esquina. El hombre se aleja en dirección contraria a la mia, no tendre que hacer nada para estar a solas. Me dirijo tranquilamente hacia una de las aceras que me llevaran hacia mi pequeño encuentro. Me paro en el mirador observando el rio mientras repaso unos papeles que traigo en mi maletin. No puedo permitirme perder tiempo, asi que siempre que espero leo mis notas.

La luz me ilumina desde arriba, estoy en una posicion en la que cualquiera que pase podra verme. Mientras espero, tarareo una cancioncilla que escucho con un auricular desde mi Mp3, disfrutando del momento antes de este encuentro.

María ha dejado su motocicleta aparcada en uno de los extremos del puente. Subida a la estructura del puente, acuclillada y oculta por sus capacidades observa al hombre que avanza por el solitario puente. Aún hay vehículos, pero la noche es tranquila y no ha habido mucho ajetreo. Cuando se detiene a esperar en el lugar indicado y bien iluminado a María no le cuesta mucho detectar al hombre con el que se ha citado, al otro lado de la carretera.

En un momento tranquilo y sin coches de un salto se baja de la estructura y desactiva sus poderes de camuflaje. Cruza con paso firme y con cara de pocos amigos la carretera y se acerca al hombre que espera.

Vernius, supongo. - Su voz es más suave que su gesto. Sus movimientos demuestran para un ojo experto que se haya intranquila, pero no transmite miedo. Su aura, si es que el interlocutor puede leerla, se mostraría más cerca del cabreo que del miedo, aunque si que dejaría ver que la mujer se haya un poco asustada.

Me quito el auricular del oido mientras guardo los papeles. Le dedico una sonrisa a la vez que empiezo a hablar:

-Srta. Gonzalez, encantado de verla. -Le ofrezco la mano- Cuando quiera podemos entrar en detalles. Si quiere podemos quedarnos aqui o ir a algun sitio mas tranquilo, si no le dire lo que se y usted decidira si me ayuda o no, aunque debo de reconocer que preferiria tenerla como amiga... y tal vez quiera usted tenerme de amigo a mi.

Mi sonrisa se muestra cordial aunque sin dar pie a que parezca forzada, y mi aspecto no muestra el mas minimo rastro de amenaza, aunque si algo de recelo por lo que he escuchado sobre ella.

ók éntóncés XD

Aquellos que quieren ser mis amigos tienen que hacer mucho más que sacar a la luz mis secretos. Casi me atrevería a decir que eso es contraproducente. - Contesta María ignorando la mano de su interlocutor y sin ocultar un gesto de desagrado. Sin embargo su tono de voz sigue siendo suave, nada agresivo. Viendo la reacción del hombre añade quitando hierro a sus palabras. - Sin embargo, tal vez no esté todo perdido.

El sitio me gusta, es suficientemente tranquilo y es terreno neutral. Ahora dígame, señor Vernius, ¿qué puede saber una serpiente de una pantera?

Sin perder la sonrisa respondo, ahora con un ligero tono de humor en mi cara:

-No soy una serpiente aunque trabaje para una, y sus secretos estan a salvo conmigo... lo que me lleva al tema en cuestion. Se lo de su linea de sangre, y que son escasos los miembros de ella. Estoy dispuesto a decirle donde se encuentra una de las suyas a cambio solo de que me ayude en una pequeña transacción que mi jefe quiere hacer con ella. Yo la llevo, usted me la presenta y ahi comienzo las negociaciones. Si me sale bien, estaremos muy contentos, si no, solo habra sido una perdida de tiempo por mi parte y usted tendra tratos con una de las suyas. Si esta interesada, claro.

Dejo caer mi cartera hacia la izquierda, colgandola de mi hombro, y espero la respuesta con aire interesado.

Nunca he oido de un jefe que se tome tantas molestias por una mera posibilidad de negocios. Y menos aún si se trata de una serpiente. Habla claro, chico, o te quedarás sin postre.

Si pretendes que confie en ti deberías empezar por no mentirme.

-Parece que no se fia de mi... entonces le dire la verdad: quiero que usted venga para que sea una pequeña muestra de aprecio. "mire, le he ayudado a encontrar a una de su estirpe, seamos amables y hagamos negocios". Nosotros nos aprovechamos de su agradecimiento y ustedes se conocen. Fin de la historia. Solo recalcaré que mi jefe esta interesado en la antiguedad que ella tiene, por eso tantas molestias. Ademas si se muestra agresiva conmigo, usted podria interceder por mi. Yo busco aliados, no enemigos.

Mi cara se pone seria en el momento de decir la ultima frase, que no haya duda de que hablo en serio. Estoy un poco contrariado, me molesta cuando no me creen cuando digo la verdad, aunque me gusta su sinceridad y forma de ser directa.

De acuerdo, acepto. No me queda más solución de todos modos. Eso sí, como me entere de que me la estáis jugando tú o esa sucia serpiente, no va a ser la furia de mi congénere la que debas temer...

-De acuerdo entonces. Quedemos en el Bar de Stan`s en Manhattan mañana, asi podremos preparar lo que necesitemos. Alli nos llevara el chofer de Abisai al sitio, yo le indicaré la direccion e iniciaremos nuestro periplo.

Relajo mis facciones mostrando una ligera sonrisa, alargandole la mano.

-¿socios?

Hay algo que no me gusta en todo esto. No, colaboraré mientras no demuestren estar malintencionados, pero nada de meterme de cabeza en la boca de la serpiente.

Tienes mi correo, infórmame a través de él de todos los pasos a seguir y yo acudiré en mi propio vehículo.

Voy a colaborar, pero no confío tanto en ti. No te conozco, no se quien eres. Has revuelto mi pasado. Has conseguido una forma de contactar conmigo. Trabajas con alguien que el Sabbat tolera y respeta, pero del que nadie en su sano juicio confiaría, y yo tampoco. Seas o no seas serpiente tu jefe sí lo es, y sus movimientos son astutos y rápidos. Mientras pueda me mantendré alejada de sus conspiraciones, no soy tan pretenciosa para creer que puedo surfear sobre la ola de corrupción de un setita allá donde muchos mejores han caído. Este trato no me hace gracia no por el contenid, sino por los credenciales del que lo propone y no me refiero a ti.

Realiza una pausa para que esa bofetada de hosquedad fruto del resentimiento y de la inseguridad le golpee.

¿Me preguntas si seremos socios? En este asunto sí. No me queda elección. Después de esto tal vez, siempre y cuando alguien rompa los hilos del titiritero que te maneja. Comunicate conmigo y hablaremos en terreno neutral o que yo haya elegido. Si realmente necesitáis una Ahriman, no os queda otra que recurrir a mi, y eso me permite marcar las reglas del juego. Fiate de mi como pides que me fíe de ti y considera que elegiré lugares tan neutrales como este, y también con buenas vías de escape. Si veo una serpiente pequeña la piso, si veo una serpiente grande me alejo. ¿Me sigues?

Tras esta charla su voz se suaviza y por fin estrecha la mano de su interlocutor.

Nada de trucos. Espero noticias tuyas.

No es lo que se puede decir una conversación muy sutil, pero confío en que el mensaje le haya quedado claro. No quiero tratos con Abisai: un setita es peligroso, y más si es capaz de localizarme.

-De acuerdo entonces, mañana recibira el correo con la direccion. Es todo un placer hacer tratos con usted, es bueno hacer tratos con gente que dice lo que piensa sin tapujos.

Con un ademan me despido llevandome dos dedos a la ceja, y me dispongo a alejerme mientras me pongo de nuevo el auricular en el oido. Wonderwall de Oasis suena  mientras me voy alejando hacia la esquina, la cual doblo y me dirijo hacia el coche que me espera mientras apunto cosas que me parecen importantes de la entrevista. Interesante persona, Maria Gonzales.

-¿Abisai? He conseguido la ayuda de Maria. Mañana estará donde me hace falta, asi que todo va bien por lo pronto.

Mi voz suena desganada. Maldita depresion... tendre que buscar un tipo y llenarlo de antidepresivos, a ver si me animo...

El resto de la noche lo paso buscando una presa facil, y dandole unos cuantos prozac, para despues alimentarme. Luego preparo el viaje hacia la casa de la ahriman.