Nunca te hubieras fijado en mi, por suerte para ti yo sí que lo hice.
Alex pone una mano en tu hombro.
Vamos hay algo importante que tenemos que hacer, buscarte un refugio.
Pues ahora si me he fijado - responde. No busca excursarse, ni mucho menos. Solo ser sincera- Sí, vamos... A ver si zanjamos ese tema rápidamente.
Camina hacia la puerta, decidida, tocándose con el dedo los colmillos, sorprendida.
Vamos a ver a un conocido mío, quizás el lugar no sea el más apropiado pero es el mejor sitio para esconderte.
¿Ahora sí se ha fijado? ¿Qué quiere decir?
Vamos, sígueme.
Sin decir nada, Natalia sigue a Alex. Observando todo los lugares por los que pase con curiosidad, intentando asimilar todo lo que ha pasado en unas horas, mirándose las manos, tocándose los colmillo, el cabello... Intentando adivinar qué ha cambiado en ella.
Salís del hotel donde Alex te había llevado y camináis calle abajo hasta llegar a un callejón oscuro, Alex te hace una señal para que esperes un segundo mientras entra en el callejón. Pasan unos minutos que se te hacen eternos hasta que vuelve a salir junto a una moto de gran cilindrada y un par de cascos.
Espero que te guste la velocidad.
Se queda mirando la moto y a Alex, le sonríe - La verdad es que a este tio le queda bien todo...
Hace muchísimo que no voy en moto - responde, dirigiéndose a él y tirándose el pelo hacia atrás, para coger el casco - Y sí, me gusta la velocidad - se pone el casco y sube detrás, cogiéndose a la cintura de Alex.
Comenzais a moveros a toda velocidad por las calles de Algeciras hasta que finalmente Alex toma dirección a la autovía para dirigirse a la línea, sin embargo a mitad de camino toma una salida un tanto inusual, jurarías que te está guiando hacia un club de alterne de renombre en la ciudad llamado Los Lagos.
Pasáis a esa escena, cuando yo lo diga.