Partida Rol por web

 Turno 713-B (Intro a nueva escena)

Ilidan avanzo entre el gentio, con grandes zancadas. Bajo su brazo llevaba su pantalon nuevo. Una vez llego al portal que daba acceso a la galeria Oeste, alzo su mirada para observar la belleza de su manufactura. Hermosas columnas y capiteles sujetaban un dintel mas adornado aun. En el se veian varias figuras heridas y gente cuidandolas. Sin duda era el camino correcto.

TURNO 713

Ilidan volvió a recolocar en su brazo el pantalón por quinta vez mientras caminaba por la galería Oeste, en cuyos laterales de sus corredores también sujetaban el peso de la montaña unas columnas culminadas en capiteles que mostraban escenas típicas del oficio del lugar al que se dirigía, las Casas de Curación.

Aunque estaba claro que iba en buen camino para alcanzar su destino, el edain ya había cruzado varias puertas en el pasillo central sin decidirse a coger alguna nueva ruta por una de ellas. El pantalón volvió a deslizarse entre sus brazos, por lo que harto se paró y tras plegarlo lo mejor que pudo y buscar un sitio limpio en la mochila lo guardó.

Entonces una oportunidad de preguntar por su destino y más específicamente por Gondimel, pues la extensión a cubrir en su búsqueda aun en las Casas de Curación podía llegar a ser muy amplia, se dió cuando una enano salió de una de las puertas laterales.- Disculpe, algo ando perdido. ¿Podría usted indicarme que puerta debo coger para llegar a las Casas de Curación?-

Y tras la respuesta del enano, el numenoreano le formuló una más, específicamente sobre la zona que buscaba.- ¿Conoce a un hombre llamado Gondimel que trabaja allí?- El montaraz le dejo responder sin darle más pistas de por qué lo buscaba y para qué, esperando que el enano no fuera tan escueto y reservado como él y le indicará la posición exacta de Gondimel.

RESOLUCION DEL TURNO 713

Ilidan se despidió justo después de salir del mercado. Atravesó el gran portal que daba acceso a la galería Oeste, lugar donde supuestamente se encontraban las casas de curas. Estaba seguro de que era el camino, pues la ornamentación de las columnas y frisos señalaban eso.

Caminaba por un amplio pasillo, de casi cuatro metros de ancho, que hubiera dejado pasar incluso una carreta. A ambos lados del pasillo, se abrían numerosas subgalerias, bastante mas estrechas. En todas ellas el ir y venir de la gente era constante.

Humanos y Enanos, se mezclaban en una gran marabunta que no dejaba de moverse.

El numenoreano, cansado de llevar su nuevo pantalón bajo el brazo, aprovecho una pequeña zona despejada, junto a una de las subgalerias, para acomodarlo en su mochila.

Justo cuando termino de hacerlo, un enano salía del pasaje, e Ilidan aprovecho para preguntarle varias cosas.

El enano, no era de allí, y no conocía a nadie llamado Gondimel. Como le dijo el naugrim, en las casas de curación trabajaba mucha gente, y mas aun durante el mercado. Mucha gente llegaba desde muy lejos en busca de los cuidados que allí se daban. Además le indico como llegar a ellas. Tan solo tenía que avanzar hasta el final de la galería y se daría de frente con ellas.

Los enanos nunca habían sido demasiado duchos en las artes de la sanación, pero en los últimos años una gran afluencia de sabios había ido peregrinando hacia esta ciudad. Los habitantes autóctonos, comenzaron a interesarse por ella y acabaron construyendo unas infraestructuras muy importantes, por supuesto los que allí trabajaban eran casi hombres y mujeres, pocos enanos habían conseguido igualarles en conocimientos. Aun así, el pueblo enano, decidió permitir vivir entre ellos a unos cuantos humanos, el hospital de Barukkizdin atraía a muchísima gente de lugares lejanos. No había uno igual en toda la tierra.

Ilidan avanzo entre el gentío. Lo hizo durante un buen rato, pues al menos dos kilómetros le separaban de su objetivo.

Llego a la gran puerta de las casas de curación. Unas enormes puertas formadas por adornadas columnas y ricos frisos en el dintel. Se parecía mucho a la puerta que separaba la galería de la gran sala, solo que esta tenia unas enormes puertas de madera, pintadas de verde. Todo el conjunto media al menos cuatro metros de alto, por tres de ancho. Las puertas de madera se componían de dos hojas, y en una de ellas, una puerta mas pequeña permitía el acceso a las casas de curación, pero estaba cerrada.

TURNO 714

Había tenido mala suerte en encontrar alguien que no fuera de Barukkizdin, aunque en aquellos días de mercado parecía que era más habitual hacerlo, quizás incluso había más extranjeros que locales.

Tras una caminata larga, casi interminable, Ilidan llego hasta unas enormes puertas, que denotaban lo que ya había pensado, que las Casas de Curación debían de emplazarse en una vasta extensión. Acaricio la madera tallada de las puertas y luego se desplazo hacia la entrada. El numenoreano empujó la puerta, pero esta permaneció inamovible ante sus "arremetidas"

Estaba cerrada, aunque ignoraba si era con llave o estaba atrancada por dentro. Finalmente el edain, pico con el puño a la puerta 3 veces con la esperanza de que alguien al menos se asomará por el pequeño ventanuco.

Turno 714

 Parecia que nada iba a courrir, pues no se oia ruido alguno tras la puerta. Ilidan llamo fuertemente, golpeando sus nudillos hasta tres veces. Nada ocurria, no parecia que fuese a contestar nadie.

Pero cuando el numenoreano ya dudaba si marchar o volver a llamar, el pequeño ventanuco se abrio, y tras el el rostro de un feo enano asomo.

- ¿Si?, ¿Quien llama? - dijo sin fijarse en Ilidan. Cuando alzo la vista y vio al edain continuo hablando. - Oh vaya otro humano... ¿que deseas?- el enano se quedo mirando esperando una respuesta.

TURNO 714(continuación)

El edain poso su mirada fijamente en la del enano, no como desafío sino para que intuyera en ella que no mentía en las palabras que pronunció a continuación.- Buenas, soy Ilidan. He venido desde muy lejos con el único propósito de entregar un objeto a un hombre, su nombre es Gondimel.-

Esperó la respuesta del enano, con la idea en mente que no era posible que no lo conociera, pues seguramente le había abierto aquella puerta para darle paso miles de veces.

Turno 714  

- Gondimel... - dijo pensativo el enano. - Bien señor Ilidan, sera mejor que pase y espere - le dijo finalemte mientras acompañaba la frase con los ruidos de un cerrojo abriendose desde el interior-

Instantes despues el numenoreano se encontraba en lo que podria llamarse un patio interior, pues la luz del sol entraba con una claridad anarajanda, señal de que el sol estaba desapareciendo por el horizonte. Entraba por una gran abertura que habia varios metros por encima.

La luz ilumniba todo, un patio cuadrado de unos diez metros de ancho y casi diez de alto. Era de piedra natural sin tallar y su techo formaba una pequeña bobeda natural con la abertura en su centro, media casi cinco metros de diametro, En el centro del patio habia un surtidor de agua que alimentaba un enorme pilon, este desaguaba por su parte izquierda, formando un pequeño regato que desaparecia por la pared sur. El suelo estaba formado por maravillosas lanchas de granito pulido, que no hacian si no reflejar aun mas la luz del sol.

Al fondo, otra enorme puerta, similar a la que habia cruzado, se alzaba enorme refulgiendo por la luz del sol.

El lugar daba una serenidad inusual, pues desde alli dentro apenas oia el ajetreo que habia fuera, tan solo es susurro del agua al caer acompañaba la sensacion de bienestar por la luz que hacia ya varias horas que Ilidan no veia.

- Sientese alli, en seguida vendra alguien - le dijo el enano indicandole uno de los numerosos bancos de piedra que habia al pie de las paredes. Despues el enano desaparecio por el porton que habia en las grandes puertas del fondo, dejando alli al numenoreano.

Alli hacia frio, pues no era tan solo la luz lo que entraba, si no tambien la temperatura externa.

TURNO 714(continuación)

-Bien.- Pasó a una estancia de geometrías casi perfectas, que hasta el mejor espeleólogo antes de verla hubiera dicho que hubiera sido imposible que en ella únicamente hubiera intervenido la madre naturaleza.

Por su techo, en el centro se colaba un haz de luz que irradiaba un contraste de un placentero calor en comparación con la temperatura del exterior. Bajo el haz central, una fuente de cristalina agua que desembocaba en un enorme pilón discurría libre para perderla de vista en una de las paredes. Ilidan se acercó a esta, y pasó suavemente su mano, a poca profundidad, por la superficie del agua.

El enano que le había dado paso le aconsejó que se sentará a esperar en uno de los bancos laterales, lo cual el edain aceptó de buen grado tras el esfuerzo realizado durante aquel día, y en especial el último trayecto de unos 2 km. hasta las Casas de Curación.

La corriente de agua tenía un efecto relajante, que daba paso a una mejor contemplación de la belleza de la sala. Mientras esperaba sentado en el banco, como hipnotizado, palpó el colgante entre las vestiduras por última vez antes de dárselo a Gondimel.

 Turno 714

No paso demasiado tiempo hasta que un ruido proveniente de la puerta se oyo. Un hombre bastante anciano salio de ella, estaba encorvado y se apoyaba en un baston, aunque aun asi le costaba caminar. Estaba muy calvo y aprentaba tener al menos ochenta años. Vestia una vieja tunica muy raida aunque impoluta.

Mientras llegaba hasta tu posicion, comenzo a preguntarte, con una voz temblorosa y cansada.

- Buenas tardes, me han dicho que buscas a Gondimel, cierto? Es un joven muy amable, y con una gran sabiduria...

Se detuvo a medio camino a descansar, parandose y apoyandose en la fuente.

TURNO 714(continuación)

Cuando escuchó abrirse la puerta, Ilidan expectante esperó a ver el hombre por el que había recorrido tan largo viaje. Pero cuál fue su sorpresa cuando ante él apareció un anciano, que además lo era tanto que ya empezaba a tener dificultad para andar con normalidad y su voz ya era débil.

- Buenas tardes, soy Ilidan.- Se presentó, y sin pausa prosiguió.- Efectivamente, estoy buscando a Gondimel para entregarle un objeto.- Dijo mientras se acercaba al anciano, para ayudarle a dar los últimos pasos hasta su antigua posición en el banco, eso si el anciano no era lo suficientemente orgulloso para precisar de su ayuda.

Una vez sentados, dejo que el hombre volviera a tomar la palabra para mantener una conversación. Seguramente le respondiera, sin formular preguntas por su parte, sobre porque se había presentado él y no Gondimel.

 Turno 714

- Gracias muchacho, muchas gracias. Estoy viejo para tantos paseos, pero no podia permitir que entrases, alli dentro podrias enfermar. Mi nombre es Zallel - le dijo el anciano de camino al banco donde estubo sentado Ilidan.

- Veras hijo, Gondimel no esta en la ciudad... veras no se como decirlo... intentamos persuadirle, pero no hubo manera... - la voz del anciano parecia triste. - Enfermó hace ya dos meses, y yo fui llamado desde Esgaroth para intentar sanarle, pues aqui nadie conocia tal enfermedad. Llegue hace ya cinco dias. Le estuve observando durante dos dias enteros, pero no di con el remedio necesario. - El silencio se hizo por momentos, mientras el anciano recuperaba el habla. 

- Es un buen amigo mio, le enseñe mucho de lo que sabe, y aprendi tambien de el, de lo que su padre le alecciono en el sur. - dijo pensativo Zallel - Pero llegado el momento no fuimos capaces de averiguar el origen de su mal, y por tanto de su cura. Marcho hace tres dias, solo, iba en busca de la sabiduria de su padre.

La luz iba desapareciendo segun la charla iba avanzando, la tarde estaba terminando, y en invierno eso solo significaba la oscuridad temprana, por suerte tan al norte, la luz duraba algo mas. El frio, alli parados y en aquel ambiente humedo, hacia que los huesos doliesen.

TURNO 714(continuación)

Ilidan maldijo hacia sus adentros su mala fortuna al haber llegado tarde. Saber que la ausencia de Gondimel en la ciudad se debía a que se encontraba enfermo no lo reconfortaba, sobre todo considerando que era el hijo de alguien muy apreciado para él.

Además, saber que estaba enfermo forjó en la mente del numenoreano la idea de que el colgante no tenía porque únicamente ser la cosa material que se percibía con la primera impresión, sino que podía esconder algo más, por ejemplo la cura para la enfermedad de Gondimel. Cuando estuviera a solas sería el momento de investigar sus nuevas sospechas sobre el colgante.

Los rayos de Anar cada vez eran más escasos, y el frío intenso del invierno calaba el más profundo interior de sus huesos, haciéndole pensar que ya era hora de marchar y buscar una posada donde poder sentirse reconfortado ante el cálido baño de una buena hoguera. Pero antes de eso tenía unas últimas preguntas que formular a Zallel.- ¿Te dijo si escogería algún camino en concreto durante el viaje?, ¿o si pararía durante este en algún lugar en especial? Y por último, ¿se marcho en montura o a pie?- Hizo unas breves pausas entre todas sus cuestiones para no atosigar al anciano.

 Turno 714

- Desconozco su ruta, se marcho una mañana a toda prisa, solo se despidio de algunos de nosotros, y no tuvimos tiempo de raccionar, estabamos perplejos. Sencillamente recogio sus enseres y se marcho. - dijo apenado Zallel.

- Lo unico que creo seguro, es que lo hizo a pie, pues abandono las Casas por su puerta Oeste, que da al exterior directamente. No paso por la ciudad para nada, por lo que imagino que ira caminando. - en su mente dibujaba el momento en que le dieses alcance. - Espero que tengas suerte en tu busqueda y des pronto con Gondimel.

Se hizo el silencio mientras los ultimos rayos del sol hacian que esa estancia fuese poco a poco oscureciendo, hasta casi no verse nada en ella.

- He de volver amigo, espero haberte sido de ayuda, y siento que no hayas encontrado a mi amigo - dijo mientras se incorporaba como podia. Despues se encamino hacia la puerta de nuevo, pero al pasar junto a la fuente se detuvo, se giro y volvio a hablarte.

- Cuando le veas, dile que Zallel le envia sus mejores bendiciones, y que espero vuelva a verme antes del fin de mis dias. - dijo serio antes de reemprender su lento avance - Deberias de recoger algo de ese agua para el camino, tiene propiedades curativas y reconforta el alma. - dijo finalmente ya desde la puerta mientras lllamaba con sus huesudas manos.

El enano que antes habia abierto tu puerta, dejo pasar a Zalell, para despues salir al patio. El anciano te observaba desde la puerta abierta, mientras el enano abria la puerta que daba a la ciudad para que puedieses salir.

TURNO 714(continuación)

Aunque lo que le dijo no le ayudaba nada en encontrar a Gondimel, Ilidan le recompensó con una agradecimiento por haberle avisado de su marcha y haberle contestado a sus últimas preguntas.- Gracias por todo.- El humano se incorporó a la vez que el anciano, y más tarde le dijo- No te quepa duda de que así se lo haré saber cuando le encuentre.-

Tras la información de que aquella agua tenía propiedades curativas, el edain no dudo en seguir los pasos que había recorrido el anciano hasta la fuente, y rellenar su cantimplora con tan magnífica agua mientras este lo observaba desde la puerta que daba al patio. - Hasta más ver- Se despidió de él cuando empezó a dirigirse hacia la puerta que sujetaba el guardia.

Una vez el anciano salió al patio, dejando la puerta cerrada, y él se encontraba enfrente del enano.- Cuando me diste paso antes, ¿con qué te referías a lo de "otro humano"? ....¿ y podrías describirme su aspecto?...Una última, por favor, ¿ me podría indicar como llegar hasta el Yunque Dorado?- Le formuló una serie de cuestiones, la primera por curiosidad y la última porque no había prestado atención a las indicaciones de donde se encontraba la posada a la que se habían dirigido todos tras llegar a la ciudad, ya que no pensaba en hospedarse en una que fuera tan cara durante los días que fuera a pasar en Barukkizdin.

Aunque, según, las últimas noticias, su estancia en la ciudad no iba a ser tan larga, dudaba de que durará más de aquella noche, por lo que tenía pensado reunirse con sus anteriores compañeros de viaje para despedirse de ellos, y ya de paso se alojaría allí por cara que fuera, total sólo sería una noche, que le saldría mucho más barata que los días que tenía pensados pasar en la ciudad antes de las nuevas dadas.

 Turno 714

- Oh, no amigo, me has mal interpretado. No me referia a ninguno en particular, solo lo dije por que durante el mercado, no dejan de venir edain por aqui. Parece que se ponen enfermos cuando vienen aqui. Aunque supongo que sencillamente es por que es un gran hopital. - dijo algo mas alegre que en el primer encuentro.

- Respecto al Yunque Dorado... Bueno teniendo en cuenta que hay mercado, mas valdra que lo rodee, se encuentra justamente al otro lado del mismo, junto a la galeria este. - dijo señalando hacia el camino que llebaba al mercado - Aunque el mercado debe estar ya acabando por hoy y quizas no te sea dificil atravesarlo, tu veras...

TURNO 714(continuación)

Sonrió ante las palabras del enano que hacían referencia a la asidua relación entre los hombres y el hospital.- Gracias.- Le dijo después de que el enano respondiera a todas sus preguntas.

Directamente, se puso rumbo hacia el "Yunque Dorado" con las indicaciones que le había dado el guardia. Una vez llegó al mercado pudo comprobar que el enano estaba en lo cierto, muchos de los puestos de venta estaban cerrados, con grandes telas en el frontal evitando las vistas de los curiosos a las mercancías expuestas, aun así aun se aglomeraba una gran multitud de personas que intentaba cerrar en el último momento algunos tratos, por lo que finalmente decidió rodear el mercado para dirigirse hacia la Galería Este.

 RESOLUCION DEL TURNO 714

Ilidan había logrado llegar sin problemas hasta las Casas de Curación de la ciudad de Barukkizdin. Pero una vez allí había descubierto algo que no hubiera imaginado.

Gondimel no estaba, había partido hacia el sur en busca de su padre Gonadal, que además fue mentor del numenoreano.

Padecía una extraña enfermedad, que nadie sabia curar. Ese fue el motivo por el que dejo la ciudad, intentar encontrar a su padre para averiguar si el podía solucionarlo, y si no era así, al menos verle por ultima vez.

El enano encargado de las puertas, esperaba junto a la salida, con la puerta abierta, mientras Ilidan se despedía del anciano.

Ilidan se intereso por la ruta que podría haber seguido Gondimel, pero no sabían nada al respecto, tan solo que había marchado hacia tres días, a pie y en dirección sur.

El enano le acompaño hasta la puerta de salida, donde le contesto amablemente a algunas de las preguntas que le hizo el numenoreano.

Cuando Ilidan salio a la galería, el enano se despidió y cerro la puerta, volviendo a atrancarla por dentro.

El montaraz entonces se dirigió directo hacia la posada, rodeando el mercado como le había dicho el enano. En su camino se encontró con una menor afluencia de gente, y mas carretas, donde los mercaderes transportaban sus mercancías hasta los almacenes, donde permanecerían hasta el dia siguiente. Otros comerciantes, sobre todo los que vendían objetos mas grandes y pesados, simplemente cubrían sus puestos con gruesas telas, y dejaban allí apostados a algún empleado para pasar toda la noche.

Ilidan llevaba un buen paso, casi corría entre la clientela que se marchaba y las bestias que tiraban de carros. Paso frente a la galería sur, donde hacia ya mucho rato había “visitado” al alguacil. Continuo su camino a grandes zancadas.

No era difícil orientarse, pues tras sus andaduras por el interior del mercado y dos de sus galerías, tenia una idea bastante clara de cómo se distribuía todo.

Avanzo hasta que a lo lejos, junto a la galería este, vio lo que sin duda era la posada que buscaba.

La fachada esta labrada en la roca con exquisitas filigranas geométricas y diversas escenas de trabajos de cantina. La puerta era my grande, de casi tres metros de alta, redondeada en su parte más alta, y tachonada de dorados adornos. Estaba pintada de un brillante rojo bermellón. Encima de esta, un cartel de hierro forjado indicaba el nombre del establecimiento, sobre la enorme silueta de un yunque, como no de color oro.