Partida Rol por web

Bueno, si me felicita algo debo de haber hecho bien. Levante la copa y brinde con entusiasmo (en lo de beber por supuesto) ante las palabras de mi padre.

Asi sera padre, por los dioses asi sera.

Estaba seguro que esto traería buena fortuna a mi casa pero en mi interior solo podía maldecir este estúpido matrimonio político y a la suerte que me tocaba en parte. Al menos espero que la chica Lindemar no carezca de belleza.

-Hijo, ahora deberías ocuparte de armar la comitiva que irá a "Faro de Sal"- dijo el Lord volviendo a su seriedad de momentos antes -Pide lo que quieras y lleva a quien quieras, mientras que sea por una razón... deben partir lo antes posible para que no tengan tiempo de recabar tanta información o corroborar la que Atrus se encargará de entregar-

Bien, hay que empezar a preparar esto lo antes posible para evitar algún traspie. ¡Como quisiera un trago ahora maldición!

Bien, la verdad me gustaría llevar al tío Marshall y a Alys; me sentiría mas cómodo con ellos dos a mi lado. Ademas me gustaría llevar a la guardia personal, algunos perros y por sobre todo a Tristan, el bardo de La Casa del Leñador Muerto; tal vez él escuche cosas que nosotros no, ademas de ser un buen entretenimiento para los Lindemar. Hice algunos cálculos y llevar al bardo tenia mas ventajas que desventajas; el verdadero problemas no eran los quienes sino los que. Sobre que cosas llevar, supongo que podríamos llevar algunos regalos del maestro Kirk, tal vez algún medallon labrado en bronce con el emblema de los Lindemar en símbolo de amistad. El bronce era el material tradicional del Norte, símbolo de los primeros hombres.

Lindemar, maldición el nombre me sonaba amargo en la boca ahora que mi futuro se veria unido a ellos sin previo aviso y contra mi voluntad... pero primero esta la familia y yo no seria el primer noble que debiera soporta esto por el bien de su casa. Seguro que la chica Lindemar pensara lo mismo que yo al respecto.

-De acuerdo, ocúpate de que sea así- dijo Álvar con un gesto displicente de su mano -¿Crees que podrás tener todo listo para la próxima semana?- preguntó el Lord -Para ese entonces podrías tener un contacto entre los Lindemar... Deberías hablar con Atrus luego.-

Seguro que para la próxima semana tendría todo listo pero en vez de responder por alguna razón solo asenti con la cabeza para demostrar mi conformidad.

Hablare con Atrus entonces apenas pueda. ¿Hay algo que deba saber de los Lindemar y que aun desconozca padre? No era un gran erudito sobre las historias de las casas, y de los Lindemar sabia lo mas básico y conocido por cualquiera.

-Hijo, los Lindemar son comerciantes- comenzó diciendo el Lord -antiguos hombres de hierro que renegaron de su origen para intentar convertirse en norteños y escapar a la furia de Balon Greyjoy- tomó un sorbo de su copa y con una sonrisa agregó -su pasado no es especialmente brillante, más allá de su oro! pero justamente por eso tienen poder. Además, al Rey le conviene tenerlos cerca para la protección del mar occidental. Son buenos marinos, hay que reconocerlo, lo llevan en la sangre- comentó encogiéndose de hombros.

Nada nuevo por ahi y no tenia mucho tiempo para averiguar mucho mas. "Parece que Atrus tendra mas trabajo aun."

 Bien padre, sera mejor que me ponga a preparar esto ya mismo. "Asi podre emborracharme lo mas pronto posible." Hice una inclinación como era la costumbre por respeto al Lord y dirigí mis pasos a través de las puertas hacia un futuro nada prometedor para mi vida de soltero.

-Me alegró que desees ponerte ya mismo... Yo también era así de entusiasta a tu edad... Ahora prefiero delegar- agregó saludando a su hijo y soltando una carcajada luego de su última frase ocurrente.

La última visión y sonido que tuvo Esbern de su padre, fue su sonora risa y cómo el vino salpicaba parte de la frondosa barba del descendiente de los Primeros Hombres, como la casa Forster se enorgullecía de proclamar a los cuatro vientos. 

"Nunca cambias padre... ojala nunca lo hagas." Aunque esta vez me haya utilizado sin reparos podría decirse que la razon era válida. Un asiento en la mesa del Lord Stark.