Partida Rol por web

Lord Lindemar había convocado tanto a su Maestra de Espías como a su Corso. La sala estaba vacía, excepto por algunos caballeros de la guardia personal del Lord. Cuando los tuvo frente a él les dijo:

-Deben atracar en Varamar.- comenzó diciendo Alvis Lindemar con firmeza -Allí recaben toda la información que puedan sobre Ramsay Nieve. Si necesitan adentrarse en la Tierra de los Ríos, háganlo. Pero traigan información.- dicho esto, su mirada se posó firmemente en la de Garfio -Habla con el Capitán Tiberius para que les dé mercancías acordes a la situación. Has viajado mucho y sabrás apañártelas para aparentar ser de las Ciudades Libres. Irán en la "Lysbeth" y elegirán a su tripulación.- y levantando su mano señalando con un dedo esbelto -Necesito que sea la más fiel que encuentren, ¿entendido?- luego su voz se suavizó un poco y hasta esbozó una ligera sonrisa -Los mandaría con Artos, para asegurar su bienestar, pero no es justamente un muchacho muy discreto con su apariencia, ¿no es cierto?- tomó un sorbo de su copa y finalizó -Cuando termine esta conversación les daré una bolsa de dinero con la que tendrán y sabrán arreglárselas. ¿Alguna pregunta?-

El Lord, sentado en su trono nobiliario, tenía una gran presencia. Las efigies de los 7 decoraban la sala demostrando su Fe. El silencio se había apoderado de la sala y no se escuchaba ni el ronroneo de un gato. Los guardias parecían estatuas del Guerrero, mas al ser de la Guardia Personal, Lord Lindemar confiaba en ellos. Él los había seleccionado personalmente con la ayuda de Ser Madrick Telton, el Maestro de armas de la Casa.

Sólo una... esto no entra dentro de lo que tengo que hacer normalmente. Pero no me voy a quejar, definitivamente no. ¿Qué, acaso crió mi madre a un idiota?

"Mmm. Planes y exigencias del que no sabe. Un poco lo de siempre"

Hubiera elegido algo más ligero que la Lysbeth de ser él, pero no habría problemas para fingir se uno de las Ciudades Libres: se tira con lo que se puede, elegir nave es un privilegio y no pocos han empezado una carrera lucrativa dedicándose al pirateo desde un barco mercante, improbable como parece, pero no imposible.

-¿Cuántas estaciones tenemos? ¿Y nos comunicaremos por cuervo o querrá que sea sólo bocaoreja, mi Lord?

Meter a aquella... cortesana especialita de su señor iba a ser complicado, como no fuera que la declarase bien especial suyo y la encerrase todo el día bajo cubierta. O la hiciesen pasar por alguna clase de escribano: tetas tenía como para hacerse pasar por hombre fácil, realmente.

"En principio utilizaran los recursos de Zehra para enviar sus mensajes... sólo utilizareis cuervos cuando la urgencia del mensaje realmente lo amerite..." encaró a la maestra de espías "...los mensajes vía cuervo serán cifrados con un código a determinar antes de que zarpen..." señaló a todos "...Ramsay Nieve y todos sus aliados serán tratados como objetivos de valor. Información sobre cualquiera de éstos deberá ser investigada si la misma nos puede acercar al bastardo de Lord Bolton..." se inclinó sobre su asiento "...Roose Bolton ha muerto..." hizo una pausa de unos segundos "...y es nuestra oportunidad de reclamar su lugar en la mesa chica del Rey Eddard..." ahora posó su atención sobre Garfio "...la abierta rebelión de Ramsay Nieve contra el Rey Stark es algo que nosotros podemos capitalizar para ganar el favor de nuestro señor. Entienden ahora la importancia de vuestra misión?"

El Hombre Rojo estaba muerto.

Mala cosa, podía ser esa. El hombre había sido un buen señor, pero ahora una caterva de perfectos hijos de puta andaban por ahí sin amo, y era un vacío de poder que habría que llenar cuanto antes. Y la verdad, no sabía si su señor estaba para meterse en los zapatos de tal figura... peeeero, quien paga manda, y mientras lleguen los sueldos a la mesa y no sean promesas o futuribles se lucharía hasta la muerte por sus ideas y conquistas.

-Sí, mi señor -asintió, inclinando la testuz- No le fallaremos.

"Algo haremos para que a la chiquilla no la rompan..."

Estamos esperando tu post.

El Lord miró hacia la muchacha que se ocupaba de administrarle la información que tan útil le resultaba. Su silencio no lo sorprendió del todo.

-Antes de subir a la cubierta del Lisbeth, déjale el código al Maestre y toma- le dijo a Zehra dándole una bolsa de monedas -Úsenlas bien- y luego se dirigió a Garfio -Habla con Tiberius. Pueden retirarse...- finalizó acompañando sus palabras con un gesto de su enjoyada mano.