Sigue dandoles la espalda, sin prestar atención a lo dicho por ella. A decir verdad, ya nada podría detenerlo. Nisiquiera ella.Comenzó a avanzar aún mas decidido.
A medida que ibas caminando, ibas asegurando la zona por si habia monstruos hasta que comprobaste que esto estaba plagado de monstruos acuaticos y de tritones mutantes hasta las esquinas...
-Perfecto...
Comenta, a modo irónico, examinando todo el lugar, buscando lugares altos en los que resguarecerse y seguir su camino, sin tener que combatir. Había que guardar fuerzas, y mas si tan cerca estaba realmente del lugar donde se produciría el ritual.
Trevor busca una salida alternativa, pero todas se encuentran bloqueadas o custodiadas por monstruos...
Si no había otra forma, seguiría hacia delante por aquel lugar...
Comenzó a avanzar,preparado para cualquier cosa que tratara de atacarlo, manteniendo la calma..
Trevor se acerco lentamente hacia una de las entradas del acueducto y ve que no habia ningun monstruo y todo estaba silencioso, eso era la mar de sospechoso...
Sencillamente desenvainó el látigo, dejando que este fuera el que recorriera antes el camino. Obligó a este a caer en medio del camino, produciendo un sonido al golpear con el agua, observando la reacción de la zona.
En cuanto sacudiste el latigo, 4 monstruos de agua surgieron de las aguas y habia tambien algunos colgados en el techo, al parecer, te estaban esperando todo el tiempo para que cayeras en su trampa...
Al observar la reacción de aquellos tritones, el muchacho sonrie ampliamente.
-Sabía que aquí había escoria...
Comenta, relajándose algo sin dejar de observar a aquellos monstruos, aunque sin moverse en lo más mínimo..
Uno de ellos se lanza contra ti para intentar quitarte el latigo mientras los otros intentaban atraparte, dejandote sin ningun hueco adonde escapar...
Entonces reflexionó. Su calma volvió a ser la gran protagonista....
Al observar como aquel tipo de animal se abalanzaba contra el, sus piernas se flexionan, elevando su cuerpo por encima de aquellos tritones. La siguiente acción desenfundó la cruz de madera de su posición natural, dejando que la energía divina corriera por la misma y avasallara a los enemigos bajo el mismo, sin mostrar el mas mínimo gesto de arrepentimiento, mientras que con la diestra aun posee el látigo que deja se estire de modo natural hacia detrás. A la hora de alcanzar el punto máximo natural, lo hace descender con un gesto de la mano, tratando de golpear en el mismo punto, epicentro de la acometida de todas aquellas bestias...