Guoj se sienta al lado de Lunder esperando su respuesta, sabe que si su maestro va, el tendra una oportunidad de participar en la reunion
Con la mano en su menton, sopesaba la situacion, a pesar de que no tenia mucho mas que pensar, los aliados de los romanos parecian pisarles los talones y hablar con esta nueva tribu podria beneficiar su huida. Ademas el ya habia elegido el ibero que deberia entrar con ellos.
Levanto ayudado por su cayado sin mediar palabra y desaparecio por un instante entre el pueblo ibero para momentos despues traer al anciano que les recibio en su casa la primera noche que los conocieron.
-Ven tu tambien Guoj, la experiencia te sera gratificante, ademas necesito aun de tu apollo hasta que mis heridas dejen de gritar.-Comunico al muchacho.
Camino hasta estar a la altura de Nels junto con el anciano y supuesto lider ibero y su joven aprendiz a cada lado, esperando a que Urk, hijo de Alkar admitiera su decision.
- Naturalmente Lunder, contigo contaba, y si tú vienes también viene Guoj. Nesl ¿Quieres venir tú también? Xo por supuesto... ¿Quién más?
Claro que me gustaría ir, lo mío no es el combate, si no la forja y los conocimientos. Nesl mostraba una amplia sonrisa al saber que podía entrar y lanzó una mirada rápida a si hijo.
Jenso, podrías pasear un poco por la aldea y mirar como se las apañan por aquí, tal vez aprendas alguna nueva ruta de comercio, o algún material extraño.
- Nesl, mientras haya mujeres y niños con nosotros, todos los varones adultos somos combatientes, aunque los que no sois soldados toméis posiciones más seguras...
Jenso acepta el ofrecimiento de Urk.
El propietario de Jenso no da señales de vida. Espero que alguien se haga cargo de él.
Guoj asiente enarbolando una sonrisa en la cara si mi maestro.. como usted quiera, se le agradece dice el joven sabiendo que es importante que sea considerado para tal reunion
- Esperemos que esta reunión sea la solución a todos los problemas que vamos arrastrando. Creo que vendría bien a los niños, las mujeres y los ancinanos el descansar un poco, sin tener que forzar la marcha perseguidos por un enemigo superior.
El enviado de Oroño os hace pasar por el control de seguridad que marcan los soldados, fuertemente armado con lanzas, espadas y escudos cántabros.
Os guía por entre las tiendas rústicamente montadas en los alrededores de cada una de las hogueras. Curiosamente en cada hoguera hay seis tiendas rodeandola, pero tan solo una o dos están habitadas por soldados que sacan las cabezas a fría noche desde su interior.
Finalmente os acercan has una de las tiendas de la que cuelga la cabeza y la piel de oso pardo.
El íbero que Lunder escogió para acompañarles y que va a su lado entra el primero en la tienda, atisvado por los gestos del cántabro guía.
Al entrar descubrís una tienda de escasas dimensiones, en las que has un poyete en el centro sobre el que descansan unos cuencos. Cada ubno de ellos propidedad de tres hombres sentados a horcajadas alrededor del poyete.
El más cercano a la entrada y que da la espalda a la misma es un hombre de mediana edad, a su derecha está un anciano con plumas megras y blancas en la cabeza, que le dan un tocado amenazador. En frente de éste, un joven de unos 18 años bebe del cuenco que acaba de coger.
Dos mujeres de poca edad están en la parte postrior de la tienda setadas en las esquinas. Al veros una de ellas se os acerca y con gestos y extrañas palabras os piden las armas en tono y gestos de sumisión. Indicandoos que os sentéis al fondo de la tienda, para enfrentaros al hombre de la puerta.
El guía que os acompañó os indica la sugerencia.
Sentáos al fondo y entregar vuestras armas, pues una reunión de amistad.
Ayudado a caminar observaba con curiosidad el campamento asi como los rostros de los pocos hombres que ocupaban su tiempo mirandolos.
Al entrar en la cabaña sonrio al ver un concilio reunido asi como dos bellas mujeres de, para el, extrañas facciones.
Fue invitado a sentarse y asi lo hizo pero antes de hacerlo pidio ayuda para ello.
-Disculparme, pero mi cayado lo necesito para caminar, tengo aun heridas que no sanan y un viejo como yo no tiene otra arma mas peligrosa que esto. si es que a un palo del cual cuelga un odre se le puede llamar arma.
Sento entonces, apollando su gran mano en el joven hombro de Guoj mientras que con la otra se ayudaba con su baston.
Mmmmmm... me a recordado la escena del SDLA cuando tienen que entrar en la ciudad del padre de Boromir XDXD
Urk cede sus armas a la mujer cántabra sin rechistar, inclinando su cabeza en señal de respeto.
Nesl pensaba porque había tiendas desocupadas, seguramente sería algún estrago de la guerra que se empeñaban los romanos en crear.
Una vez llegaron a la tienda Nesl entregó su martillo, pensó durante unos segundos, y sacó un arma que nunca antes le había visto nadie portar.
Un arma con un mango de cuero, una cadena de medio metro y una enorme bola de 2 kg en el extremo con pinchos, un arma bastante peculiar, que le había dado buenos resultados hasta ahora.
Sin mediar palabra se acercó al final de la tienda y se sentó tranquilamente.
No sé a quienes hay que desmarcar y a quienes hay que marcar.
Xo suelta el arco y se descuelga el carcaj de la espalda, y junto con su cuchillo de caza entrega todo a las mujeres que se lo piden con una sonrisa. Agradeciendo el encontrar gente con buena voluntad después de tanto tiempo.
Después permanece expectante para secundar en lo que hangan su jefe y Lunder.
Guoj deja su arco en la entrada, ayuda a Lunder a caminar y sentarse, quedandose al lado de el, mirando con inquietud a todos los que lo rodean
Cuando están sentados, las jóvenes les acercan unos cuencos con un brebaje espumoso. Parece cerveza pero su sabor es dulce, dejando un regusto a manzana.
El interprete se sienta a su lado. Os comenta. Es sidra pomada, se hace a base de manzanas o pomes.
El hombre que tenían de espaldas al entrar se les muestra de frente ahora, su rostro duro y curtido, presenta varias cicatrices, en especial una que le recorre el rostro de arriba a abajo. Un parche nero con un rubí en el centro tapaba el ojo dañado. Ya que la cicatriz recorría esa zona.
Su pelo cano, en los laterales, ya que estaba casi calvo por la parte superior.
El hombre de las plumas os miró y consulto algo en voz baja con el hombre del parche, y éste airmativamente con un cabeceo de su cabeza.
¡No tol co Oroño! Salej punitra karferona fro...*
El interprete os traduce. ¡Soy el rey Oroño! Viajamos hacia el este en busca de un emisario cartaginés. No s esperará en el borde el rio Iber, algo al sureste de aquí.
Los romanos nos han tomado el paso sur y norte, por lo que tenemos muy complicado el llegar hasta él.
Necesitaríamos a íberos aliados que conozcan la región. Los celtas han sido nustros aliados en el pasado contra la funesta presencia de los perros romanos. Saquean nuestro oro, esclavizana anuestros niños y prostituyena anuestras mujeres. Los cartagineses nos ayudarán y los celtas del oeste, se unen también...
Hace una pausa mirando al chamán.
¿Sois los refuerzos que esperan?
* Se supone que todo lo que dice el jefe lo traduce el interprete, de ahí que no lo ponga todo, se sobrenetiende espero.