El pueblo celta busca un lugar mejor para asentarse. Las luchas tribales del norte diezman su población y la hambruna se cierne sobre ellos. Es la hora de huir al sur.
Los primeros Celtas llegan a la Península Ibérica. Con ellos tráen el hierro, pero los nativos de la zona no quieren tener compañía del norte. El conflicto parece servido. Al poco de atravesar unas altas montañas los celtas reciben un ataque demoledor que les deja con los efectivos muy mermados. Alkar, el jefe de la tribu Suj inicia el regreso hacia el norte, tras la derrota. Otros en cambio no quieren volver a las frías tierras del norte. Preferirán arriesgarse en una tierra hostil. Saben de la leyenda de unas tierras al oeste, donde la tierra es fertil y la vida cómoda. Westendern la llaman.
No me importa que se apunten novatos con poca experiencia. Ninguno hemos nacido apredidos. Pero tambien se pueden apuntar los que tengan experiencia.
Aquí es donde frikeamos.
El clan avanza hacia el sur, entre las altas cumbres de las montañas, en pleno invierno.
En una cañada fueron atacados por unos hombres de baja estatura y piel oscura. LA crudeza de la matanza ha dejado diezmada la tribu.
Alkar, el jefe, decide abandonar el intento de huir al sur en busca de mejor ventura. Regresan al sur, pero algunos hombres, incluido su hijo, creen que podrán encontrar un lugar mejor más allá de las montañas, y regresarán para conducir a sus familias.
Alkar no está de acuerdo.
Los expedicionarios inician el viaje al sur.
Los celtas deciden si oponerse, unirse o huir de las fuerzas guerreras romanas de Escipión.
Los íberos aliados de los romanos persiguen a los celtas en la encrucijada del vado y la montaña.
Los cántabros aceptan alos celtas e íberos en su campamento.