Partida Rol por web

El anciano, al oír las palabras de Lunder, no puede por más que responder.

Nos habéis salvado de un destino de esclavitud hacia esos romanos. Lo que decidáis estará defendido por mi pueblo.

Mira entonces a Oroño.

Mis guías podrían ayudaros, pero me debo a los celtas que tan noblemente se han mostrado hacia mi pueblo.

Así pues, creo que debemos reflexionar nuestras decisiones.

Oroño se levanta y deja ver a un hombre de gran estatura.

Al alba regresad y decidme vuestras conclusiones.

Se dirije hacia la puerta de la tienda, al darse la vuelta proclama altivo.

¡Que la decisión no altere la fraternal armonía de nuestros pueblos!

Guoj se levanta al escuchar las palabras , silenciosamente mira a su maestro esperando que el se levante maestro.. si me permite.. es necesario ayudarlos... hay muchas mujeres y niños...si los pueblos no se unen.. dificilmente podremos encontrar solucion a estos invasores romanos

Oroño sale de la tienda seguido de su hijo y el hombre medicina.

Rameru se queda con vosotros un instante.

Estoy tan sorprendido como vosotros. Pero si algo he aprendido a valorar es que si mi rey Oroño pretende algo es seguro que tiene una gran razón y ha sopesado todas las las posibilidades.

Tel vez mañana lo veamos con más calma.

Se gira a Lunder. Deberías consultar a las estrellas, druida. Tal vez no muestren el camino.

Nesl se quedó callado, la reunión había sido corta pero las decisiones eran claras, aunque tal vez no todo lo beneficiosas que podrían haber sido para los celtas, por lo menos se estaba formando una alianza, y tal vez una hermandad.

- Creo que haré como vuestro líder ha sugerido, consultaré con la noche. No me termina de gustar, ni dejar de los míos atrás, ni aceptar ninguno de los vuestros cuando lo necesitáis imperiosamente. Lo consultaré con la tribu, y mañana os diré mi decisión.

Ayudado por su discipulo levanto de su asiento, escucho con atencion y una sonrisa las palabras de Guoj asi como las del guerrero cantabro.
-Si lose Guoj... Pero no esta en nuestras manos tal opcion, nuestro cometido tambien es importante y no podemos seguir ayudando a la gente, primero hemos de pensar un poco en nosotros y los que esperan que nuestra campaña tenga exito.-Respondio primero al pequeño muchacho de mirada aviesa.-MMmmm... Un sabio consejo, tal vez lo haga tal vez lo haga...-delibero sopesando las palabras de aquel que se llamara Rameru, pues hacia noches que no tenia tiempo para dedicar un poco al cielo envuelto entre el manto de oscuridad.

Salio entonces de la tienda, usando su mano derecha para apartar la tela que obraba como puerta.

Todos se dirigen hasta su campamento a las afueras del asentamiento cántabro.

Allí, los Serguez Grang, Feron, Jenso, etc... Esperan respuestas. Quieren respuestas.

Ayudado a caminar por Guoj el anciano y todos los demas no tardaron en llegar a aquel improvisado campamento donde todos parecian esperarles impacientes.

Con una forzada sonrisa, pues aun las heridas recientes le dolian mas a cada paso que daba, saludo a sus camaradas.
Hizo una señal, y al fondo de su dedo estaba el rostro de Urk.
El Druida pensaba que el era el unico capacitado para dirigirse a todos ellos, ademas el deseaba descansar, no sin antes hacer lo que aquel cantabro le sugirio, observar las estrellas y ver lo que les depara, hacia tiempo que no ponia en practica este echo, ya fuera por nubes o por estar mas preocupado en seguir con vida.

Camino esta vez solo y con la unica ayuda de su baston asta un tronco cercano algo alejado de sus compañeros, pero lo suficientemente cerca para escucharlos como leves susurros y alzo la mirada para buscar alguna respuesta por parte del estrellado firmamento.

Guoj mira a su maestro alejarse, sabe que aunque su mision es servirle debe darle esos momentos de soledad.. espera unos momentos a que se aleje y despues le sigue a unos 15 a 20 metros de distancia por si lo necesitara

Xo espera todo se resuelva, desea ayudar a que su pueblo y los íberos encuentren un buen lugar donde asentarse, pero también piensa que es el momento de parar a los romanos. Sólo si les detienen podrán garantizar que tendrán paz hayá donde vayan, cree necesario luchar.

Debatiendose entre la lealtad y el deber, Xo espera el veredicto de ambos jefes, para averiguar adonde le va a llevar la decisión que tome.

Urk reunió a su gente y reprodujo, en la medida que su memoria le permitió, toda la conversación, palabra por palabra; incluidas sus propias reflexiones. Cuando hubo acabado guardó silencio durante medio minuto, para que todos fuesen conscientes de lo que acababa de decir. Luego continuó:

- Hermanos Celtas, esta es la situación, nos piden guerreros para combatir a los romanos y nos ofrecen a cambio guías para continuar la peregrinación de nuestro pueblo. Yo os pedí que me siguiéseis para buscar un nuevo hogar, no para luchar en una guerra ajena a nosotros, por lo que no puedo ordenarle, ni siquiera pedirle, a nadie que se quede. Cada uno de vosotros puede tomar libremente su decisión.

Poniéndose de rodillas ante Urk, Xo habla, y por primera vez en casi todos sus compañeros, oyen al voz del silencioso cazador temblar ante la duda:

- Debemos encontrar un lugar para nuestro pueblo, un lugar de paz, pero paa hacerlo necesitamos aportar guerreros a los cántabros. Además ellos van a enfrentarse a los romanos, y creo que esa es la única manera de frenarlos en algún momento. Si no nos enfrentamos a ellos, seguirán avanzando, conquistando y sometiendo hasta que de nuevo lleguen hasta nuestro pueblo. Quizá nosotros nunca lo veamos, pero nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos, serán sometidos sino se detiene a los romanos. Por eso, si es necesario que alguien se quede para que nuestro pueblo encuentre un lugar seguro, me quedaré, pues luchar contra los romanos será la manera de asegurar también el futuro de nuestro pueblo.

Algunos de los guerreros íberos que han sido informados por el anciano, se ponen en pie y asienten. Serguez su insignia se alza entre ellos.

Yo iré con los cántabros para mostrarles el camino hasta el este, y lucharemos si hiciera falta, contra el invasor romano.

Feron, Hun, Tolle, Wer Sheu, Tlatem, Granj se alzan y asienten a la voz de Serguez.

Yo también iré.
Iré con ellos.
Contad conmigo.

Jenso se pone en pie y espera el consentimiento de su padre.

Iré, pero ninguno más ha de hacerlo o los íberos y nuestro pueblo no podrán encontrar la paz.

El joven comerciante mira a su padre con cierta duda para clavar sus mirada en lña de Urk, esperando que el líder de su pueblo hable y conceda.

Nesl dio un paso hacia Jenso. Hijo, eres un comerciante, no un guerrero, debes volver con nuestros hermanos celtas y esperar, no es tiempo para que tú mueras, y la guerra es un buen sitio para morir, son demasiados riesgos.

Miró la estatuilla de oso tallada en madera de avellano que guardaba en el bolsillo, un regalo de bodas para que el matrimonio fuera fértil y próspero, sin embargo ahora su mujer no estaba allí, estaba muerta, por culpa de los romanos. Iré yo en tu lugar, protege a las mujeres y los niños.

Guoj mira a Lunder..Maestro.. si me permite usted y el resto de mis hermanos se levanta una avanzada nuestra podria atacar, si atacamos furtivamente a estos invasores iremos diesmando sus tropas, conocemos el terreno, somos uno con la naturaleza y ella nos escondera...mi arco esta al servicio de ustedes, si es que mi Maestro lo acepta mira a Lunder y se sienta otra vez

Yo solo roleo, y además no me gusta echarme atrás, otra cosa es que él me haga caso o que el líder le ordene que venga o a mi que le deje venir.