Empiezo a teclear mi terminal para recopilar toda la información posible sobre daños ocasionados por las explosiones.
- Reporte de daños en marcha, capitán.
Eclecson sabía que les había ido justo. Sólo esperaba que la información que había recopilado fuese importante. En cuanto les teleportaron a la excalibur no perdió tiempo y marchó a ingenieria. Quería asegurarse de que todo estaba en orden.
Capitán. Aquí Eclecson. En cuanto confirmemos que la Excalibur está en perfecto estado me pondré con la información que hemos podido recabar.
Calló un momento pensativo antes de continuar.
Seguramente necesitaré a alguién que entienda Romulano señor.
La vulcana interviene por el comunicador
Si no hay nadie más capacitado en temas lingüísticos, yo le ayudaré, Comandante Eclecson.
Transmitida la información relevante, Kunaar guarda silencio, mientras sigue atendiendo y ayudando a la doctora, y estando especialmente pendiente del estado del oficial con el que ha hablado.
Computadora, activa programas de traducción del romulano, incluyendo los de doble-lenguaje cifrado y neo-jerga médica, envíelos al Padd del comandante Eclecson.
Listo Eclecson, esto deberá ser suficiente. En todo caso, por si la programación no "viera" cosas que la intuición si, sólo mándenos copia a mi y el equipo de comunicación. Pedí que la tripulación incluyera a un grupo de expertos en romulano. Si, luego la intuición da cosas que el mejor software luego nomás no ve, y en menos tiempo, eso se sabe. Jor luego pensó en varios ejemplos que le daban risa de la traducción simultánea automatizada. Siglos habían pasado y seguían traduciendo "embarrased" como embarazada, jajaja.
-Información enviada, capitán -contestó la voz femenina.
El reporte de daños de Lightman había arrojado un resultado favorable: no había que lamentar bajas; el campo de fuerza proporcionado por la Excálibur había protegido bien a los oficiales y científicos de la base durante las explosiones. En contra partida con la tensión silenciosa en el puente de mando los científicos habían dejado escapar un largo murmullo durante las detonaciones y algunos hasta se cubrieron a pesar de saber el campo protector sobre ellos.
La base, en cambio, había quedado muy dañada, sobre todo la parte de archivo e investigación... tal parecía que si los romulanos no podían obtener la información para su beneficio preferían hacerla desaparecer. La comandante Krafel dejó escapar una serie de improperios en un dialecto que algunos expertos identificaron como alemán cuando vio que las explosiones devoraban su sector de la base; agradeció internamente haber llevado la mayor y más importante parte de su proyecto consigo a la Excálibur pero no podía dejar de lamentarse por los cientos de investigaciones que se habían esfumado con el humo de las descargas.
Eclecson y Ledger habían regresado con el tiempo justo, segundos después de que terminaran de energizarse en la sala de transpotación las explosiones empezaron a dejar ver su halo de humo y destrucción, inclusive desde la altura en la que estaba la nave, casi en órbita. Ambos se esforzaron en no dejar al otro ver el alivio que experimentaban, sin embargo no pudieron dejar de sentir que la muerte les había mordido los talones esta vez y algo les hacía creer que no sería la última vez que pasaría.
Mientras tanto en la nave auxiliar la doctora y Kunaar habían logrado estabilizar a los dos romulanos rescatados. Salieron un instante de la enfermería luego de dejarlos en un estado de inconsciencia inducida para que la batería de antibióticos que les estaban inyectando surtieran efecto más rápido... No sabían si funcionaría pero ese no era el momento para perder las esperanzas: al contrario, tenían dos pacientes en los que podían investigar al virus vivo, su comportamiento y patrones de infección. Había tanto trabajo por hacer como entusiasmo y curiosidad científica... un buen signo en medio de una investigación tan ardua; tendrían que empezar a pensar cómo y qué investigar, a barajar las diversas posibilidades del origen de la enfermedad y su evolución. Y tendrían que pedir que trasladaran a Strasera a la nave auxiliar: prisionera o no de la Federación era otra persona más en la cual estudiar el comportamiento de la enfermedad. Ambas se miraron con cierta preocupación, la pregunta estaba implícita y les hacía acelerar el pulso por igual, ¿estarían enfermas ellas también?
En el puente, ya puestos en órbita geosincrónica, mientras hacían la evaluación de los daños en forma más detallista, en capitán pensaba qué le depararía ahora toda esta situación, una corazonada, que no sabía muy bien si provenía del lado betazoide o del lado klingon, le decía que esto solo era el principio de algo mucho, muchísimo más grande y eso hacía correr la sangre por sus venas aun con más presión. Miró a su número uno, Mertens, fielmente apostado a su lado en el comando, que revisaba unos gráficos en el padd de Lightman y entre ambos gestaban posibles soluciones para los, ahora, científicos sin techo. Luego se acercó a la ventana principal del puente y dirigió su mirada hacia las estrellas: se acercaban tiempos de decisiones y ninguna de ellas sería fácil de tomar.