Partida Rol por web

Crypt of Everflame

PARTE IV: Las profundidades de la cripta.

Cargando editor
28/07/2015, 18:17
Yar'kitch

Ante las palabras de su ama, el cuervo alzó el vuelo feliz de poder estirar las alas. Chulescamente hizo un rasante en el suelo delante de Haggar...aunque a distancia suficiente para que el oso no pudiese hacerlo desaparecer de un bocado. El animal comenzó a graznar mientras daba vueltas y más vueltas por el aire. No se alejaría demasiado de la hechicera, pero tenia sus propios planes para aquella noche. Y era buscar gusanos, buscar insectos y comer. No era su plato favorito, pero la jugosidad de un invertebrado deslizándose hacia su buche y el saber que no era comida almacenada, sino fresca, cazada por él después de un breve encarcelamiento haría que supiesen mucho mejor. Si tenía suerte quizás incluso pudiese comer un ratón. 

Cargando editor
29/07/2015, 09:13
Bronco "Hacha de Piedra"

Bronco encabezaba la marcha. Ahora, una vez caída la noche, el semiorco era el único capaz de ver en la oscuridad, y era por eso que guiaba a los peregrinos entre árboles, arbustos y pedragales.

- Caminad detrás mío. Seguid mis pasos.- aconsejaba el enorme druida con su profunda voz. Mientras caminaba, con su rostro siempre imperturbable, Bronco se permitió la licencia de pensar en todo lo que allí había sucedido. La experiencia de la cripta los marcaría de por vida, y algunos -como el desafortunado Boris- tardarían demasiado tiempo en borrar de su mente los trágicos sucesos allí acontecidos. Como dijera anteriormente, la vida había propinado un nuevo revés, pero el chamán sólo entendía que para sobreponerse hay que alzase y caminar hacia delante - No importa lo fuerte que puedas golpear. Importa lo mucho que seas capaz de encajar- esas palabras que Olmira le dijera de pequeño, seguían a Bronco a todos lados y formaban su estandarte de identidad.

Igualmente, la victoria y la vuelta de todos lo peregrinos era un detalle que llenaba de alegría al semiorco, aunque fuera capaz de exteriorizarla. Bronco solía reír poco y mucho menos hablar de sus congojas o sentimientos. "Hacha de Piedra" era una auténtica roca. Fuerte, duro e inconmesurable. Un descendiente de los auténticos orcos de la Marca de Belzken. Alguien que era mejor tener de aliado que de enemigo. Simplemente brutal.

- Creo que aquí podremos descansar.- afirmó el druida al llegar a un claro bastante despejado de raíces. El lugar estaba bastante resguardado y tenía una densa capa de pequeños arbustos. Sería un buen lugar para hacer un fuego, cenar frugalmente y guarecerse hasta que pasara la noche.

Cargando editor
29/07/2015, 09:30
Haggar

El osezno caminaba junto a su amo. Haggar también se alegraba de estar fuera de la cripta, pues adoraba sentir la brisa fresca de la noche sobre su pelaje. Mientras el grupo caminaba guiado por Bronco, el pequeño garra de runas se desvió un poco de la marcha para buscar algo sabroso que comer. 

Al cabo de un rato apareció con un par de liebres entre sus hocicos. Al parecer, Haggar había tenido éxito aunque aquello era insuficiente para alimentar a todo el grupo. Justo en ese momento, el cuervo de la varisia planeó sobre su cabeza provocando que se lanzara cuerpo a tierra en pos de proteger sus presas. Resultaba gracioso ver a un oso de casi cien kilos de peso, recogido en una enorme pelota de pelo. Cuando Ya'kitch pasó, Haggar se levantó y rugió algo enfadado.

Grrrrrrr...

Una vez en el claro, el oso se apartó a un lado para degustar su liebre en soledad. El cuervo se acercaba a él dado saltitos, con clar intención de picotear algo de carne, pero ante su presencia, Haggar se levantaba y se giraba apostando sus enormes cuartos traseros delante de Yar'kitch. La escena era bastante cómica.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Caza raciones para 2 (Haggar y otro más)

Cargando editor
29/07/2015, 15:08
Boris Todhoff

El grupo, acompañado de Roldare y su hermana, salieron por fin de la cripta. Ni la visión de todo el oro del mundo podría haber mejorado la sensación de libertad que les embargó al respirar y sentir el aire limpio del exterior.
Cuando ya se alejaban, Boris se giró sobre sus talones y se quedó allí plantado unos instantes, observando la negrura del interior del complejo fúnebre. En silencio, prometió que volvería; su padre merecía un entierro digno y por todos los dioses que lo tendría.

El joven caminaba cabizbajo, pensativo y triste cerrando la comitiva. Mientras, a su alrededor Haggar correteaba en busca de algo de comer. El muchacho no pudo reprimir una sonrisa: había visto al osezno partir los huesos de los no-muertos de una sola dentellada y sin embargo, ahí estaba jugando como el cachorro que era.

De pronto, la noche se les echó encima y Bronco decidió que era momento de parar. Como nadie tenía nada que objetar, los compañeros comenzaron a preparar el campamento para descansar.