Y como saliste al pasillo.
grita la voz de un hombre ansioso
-Nada... está... arruinado... Un silencio, la voz de mujer tiene un tono contenido, parece que está pendiente de lo que la rodea. Luego añade, de corrido, impaciente: -Oprimí el pequeño plafón, en la pared. Y la puerta se abrió... y se abrió el cajón también.
- ¿Ves otras puertas? Si las ves, ¿están abiertas?
-Son... cinco puertas. Una es la mía. Y hay otras cuatro. Voy... voy a golpearlas. Si os golpeo la vuestra, contestad...
-¿Quién hay ahí...?
La misma voz, con un punto de angustia.
-¡¡La puerta se abrió!! ¡¡Conseguí abrirla!! -grita la mujer avisando a los demás- ¡¡Voy a salir!!