Partida Rol por web

Jamal bajó la vista, algo decepcionado. Todo el análisis previo que había realizado sobre la pelirroja terminó en la basura. La mujer era una simple sociópata y los Dragoons, una parva de inadaptados.

Ken le hizo una seña y Jamal asintió. Retrocedió hasta ponerse a su lado y le murmuró:

- Estos chicos son unos fanáticos, me temo que tendrás que matarlo... -

Luego se alejó hasta quedar fuera del círculo. Buscó a Frankie con la mirada y le sonrió, pero era otra sonrisa practicada, una que decía: "si algo sale mal, desata el infierno. Yo no podré arreglarlo con palabras".

¿Qué significaba "si algo sale mal"? bueno, la sonrisa de Jamal no podía transmitir tanto. Confiaba en el criterio de Frankie. 

Sacó el comlink y probó devolver la llamada.

Antes de que pudieras tomar una decisión para dar el siguiente paso, tu comlink comenzó a vibrar. En la pantalla aparecía el número de Jamal. Al parecer ahora sí podía mantener una conversación.

Chuk se alojó cerca del centro del improvisado círculo moviendo sus brazos, hombros y torso al estilo de los boxeadores. Lanzaba amagos de gancho y giraba la cabeza calentando para el encuentro, o tal vez, intimidando. Ya solo su altura y condición física hacían que sus contrincantes se lo plantearan dos veces antes de enfrentarse a él, no necesitaba amedrentar más. Sin mas dilación levantó los puños en una guardia media 

 -Estás muerto enano-. Dijo lanzándose al ataque a una velocidad que superaba a los luchadores medios.

Jamal probó llamar a Bleidd.

- Vamos amigo, contesta... -

Mientras tanto, no dejó de observar la escena que se estaba desarrollando frente a él. Todo podía irse al infierno muy rápido.

Sin más opciones, Kenjuro se puso dentro del círculo dispuesto a luchar.
No le hizo caso a los intentos de intimidación o lo que fuera que pretendiera el desgraciado ese.
Sin decir nada alzó una de sus manos y la otra la puso al frente, en la peculiar guarda del Kidoken.
Viendo que su oponente era más rápido de lo que hubiera esperado, decidió que quizás era buena idea limitar sus movimientos.

Bleidd abrió la línea al ver la llamada entrante de Jamal.

--Doc, aquí Bleidd. ¿Cómo está la situación? He entrado en contacto con el ser que había estado sobrevolando el club Kraken. Efectivamente, era un dragón. No he podido sacarle nada, pero tampoco me ha aniquilado. Creo que no le vamos a tener en nuestra contra en este trabajo, lo que ya de por sí es una gran noticia. También he tirado el anzuelo con un par de contactos a ver si se sabe algo en la calle de todo esto. Pásale mi código de commlink a Diesel, necesito que me informe de la posición actual de Chester Fox. Le vigilaré desde el astral. A no ser que necesitéis refuerzos a este lado del espejo, claro.

- Buen trabajo, ahora te paso el contacto. Escucha - bajó un poco la voz - las cosas están por agitarse aquí. Estamos bien, pero prefiero tenerte a mano para alguna entrada de último momento. Deja que Diesel se encargue de Chester, tú búscanos. Waveman está por partirle la testa a un idiota y no quiero perdérmelo -

-Recibido. Pásame ubicación y voy para allá. 

Mientras esperaba que Doc le enviara las coordenadas de su posición, Bleidd cogió sus fetiches y agarró el talisman que colgaba de su cuello, el colmillo de lobo tallado, y entonó los cánticos ancestrales de un par de conjuros. Mientras recitaba las breves frases en la lengua Salish invocando el poder de su tótem, la Máscara Shamánica le recubrió, haciendo que la imagen fantasmal y translúcida de un gran lobo gris fuera visible tras él durante aquellos breves instantes. 

Ató uno de los conjuros, el que aumentaba sus reflejos de manera sobrehumana, al Colmillo del Lobo, mientras pasaba a sujetar el otro, el que le confería una protección mágica, con su entrenada capacidad de concentración.

Así protegido por su poder mágico, se limpió la gota de sudor que le bajaba por la frente tras domeñar las fuerzas del maná, tomó sus armas y equipo de incursión y bajó con el ascensor hasta la plaza de garaje donde tenía aparcada su Yamaha Growler. Arrancó el motor de una patada, y la moto salió rugiendo a las calles de Seattle en dirección al punto de encuentro con el resto del equipo.

La mole negra se adelantó un paso, sondeando a su contrincante. Se desplazó a un lado, luego al otro y comenzó a "bailar" de esa forma buscando un hueco en la defensa de su oponente. 
De repente Chuk lanzó un puño a tal velocidad que era casi imposible esquivarlo. Miyagami pudo detenerlo parcialmente pero la fuerza bruta del impulso consiguió atravesar y golpear al japonés en el hombro.

Colocaste el comlink en el soporte del manillar y activaste el enlace que te había mandado Doc. El retumbe de tu Yamaha hacía que en aquella noche de Halloween, pareciera que los perros del infierno habían vuelto al mundo en busca de almas.

Con tu melena al viento y la ligera llovizna golpeando tu cara, te adentraste en la jungla de asfalto y metal en busca de tus compañeros de equipo. Cruzaste la interestatal 99, el puente viejo de la vía y dejaste a un lado la isla del consejo en dirección a Bellevue. Al parecer esos tipos, los Dragoons, sabían vivir bien. 

El tal Chunk tenía un puñetazo fuerte, y era más rápido de lo que parecía.

"Estará acostumbrado a aplastar gente con ese golpe, y sólo ha causado un rasguño a Ken. Pronto entrará en pánico y estará perdido".

- Vamos Waveman, acaba con él, no estamos aquí para jugar -