No sabía que Louis era tan rápido. Al principio lo único que puedo hacer es quedarme mirando con cara de sorpresa, con la boca entreabierta, cómo Louis, que parece tan tranquilo siempre, se vuelve loco. Qué hostia, pobre chica. No deja de pedir ayuda como si fuera una negociadora de rehenes o algo así.
La sangre me hace rápido, más rápido todavía que a Louis. Me convierto en una mancha borrosa que pasa de estar junto a Chris y Lola a detrás del vampiro loco asesino; todavía me tengo que acostumbrar a ir a esa velocidad porque casi me estampo contra él. Por suerte, ya le tengo agarrado. Le inmovilizo los brazos y tiro hacia atrás, apartándole de Romy. Noto unos bultos en la boca. No. No estamos de caza.
-¡Louis, joder!
Ojalá pudiese volver la cabeza para pedir ayuda o ver qué hacen los otros. ¿Y ahora qué hago con éste? ¿Le piso la cabeza a ver si se calma o qué?
Retrocedo algunos pasitos y observo con las manos dentro de los bolsillos. ¿Meterme entre esos monstruos sedientos de sangre que pueden volverse locos en cuestión de microsegundos? Ni de coña, vamos. No tengo ni pistola.
Cuando veo la hostia de Louis a la pobre chica, reacciono. Alexander dijo que si atravesaban el corazón a un vampiro, caían paralizados y dormidos. Corro al maletero, mientras una brisa pasa a mi lado, rápidamente.
Lo abro y busco algo que me ayude. Encuentro un destornillador. Perfecto.
Cuando vuelvo la vista hacia Romy, Thad está sujetando a Louis, que sigue rabioso. Perfecto. Corro hacia allí y miro el destornillador. Vamos, Lola, coño. Tienes que hacerlo.
Reúno fuerzas de flaqueza, y de un golpe, entierro el destornillador donde calculo que debe estar su corazón. Efectivamente, el cuerpo de Louis queda rígido, y luego, desfallece en los brazos de Thad.
- Hijo de puta... - resoplo, agotada.
Volvemos al ritmo normal. Olvidaos de Iniciativas.
El chico simpático se mueve a la velocidad de la luz y le sujeta. Entonces la otra, la rubia, le clava un destornillador en el pecho. ¡Dios mío! El cuerpo del chico se desfallece en los brazos del otro. Me quedo quieta contemplando la escena, incapaz de hacer mucho más. Si respirara habría dejado de hacerlo del asombro. Me llevo una mano a la mejilla donde Louis me ha dado el puñetazo.
- Gracias…- murmuro.
Menudo recibimiento… Todavía en shock, me doy la vuelta y salto la valla del jardín, dirección al garaje.
Nunca debí haber salido de casa.
- Eh. Tú. Rubia inteligente. ¿Donde vas? Ven aqui, anda.
Me quedo mirando el cuerpo de Louis un poco sorprendido. Dios, Lola está completamente tarada. Le debe de haber dolido muchísimo eso. Somos vampiros, pero no estamos hechos de plastelina. Creo.
Destruyo a Chris con la mirada y entro al jardín de la chica.
- Hey, Romy, no te vayas. Ya sabes lo que ha sido esto. Eso de las Bestias. Perdona a Louis, es un tío de puta madre. No sé qué le ha ocurrido. Tenemos que hablar contigo.
Espero a que se gire. Ay, Chris... Además de dar mal rollo, también te lo provocas. Eres un puto genio.
-¡Lola, no! -exclamo, con la voz distorsionada por los colmillos.
Pero no puedo detenerla. El cuerpo de Louis deja de revolverse y desfallece. Me quedo un momento quiero, esperando que se convierta en polvo o algo. La miro aterrorizado, pero ella se aleja como si nada.
Louis y yo acabamos en el suelo. No respira. Pues claro que no respira, gilipollas. Levanto la vista, pero Chris y Lola se están alejando. ¿Dónde coño van? Me quedo mirando el destornillador que le sobresale del pecho a Louis. Joder. Joder. ¿Qué hago? ¿Lo saco?
Finalmente, lo cargo en brazos como puedo y me tambaleo. No han abierto la verja. Romy se está metiendo en casa o en el garaje o algo. Retraigo los colmillos antes de hablar.
-¡Romy, por favor! Déjanos pasar, aunque sea para... darle tiempo a que se recupere. No nos podemos quedar en la calle.
Ignoro las palabras del primero. Niñato engreído, pienso. ¿Rubia inteligente? Por supuesto, y más que tu. La otra chica me sigue e intenta hablar conmigo. Ya se que ha sido la bestia, pero lo último que me faltaba es que me intentaran asesinar.
Me paro y la miro muy seria para responderle que no, que se vayan; que no quiero saber de nadie. Entonces el último, el que sostiene al vampiro con el destornillador en el pecho, casi me suplica para que les deje entrar. Si, es cierto. Si alguien nos viera así llamarían a la policía. Así que me acerco a la verja y abro la puerta para dejarles pasar.
- Esto no quiere decir que vaya a acompañaros.- respondo con voz neutral. Después sigo caminando hacia el garaje, saco la llave y aprieto un botón para que se levante la puerta- Si estáis aquí es porque alguien os ha enviado, y estoy segura de que no quiero saber nada de ese alguien: ya sea Vidal, Maldonato, o la Virgen Santa. Ni de vosotros. No os lo toméis como algo personal, es solo que no quiero saber nada de nadie en tiempo aunque se esté acabando el mundo.
La puerta corrediza deja a la vista un Toyota Sienna color granate en una estancia poco más grande que el coche, y un par de armarios empotrados. Al fondo a la izquierda hay una puerta que da al interior de la casa, cerrada, claro. Les hago una seña para que entren mientras les escucho.
La niñata esta es tonta. ¿Qué digo tonta? Gilipollas. Esa es la palabra. La sigo y entro mirándola antes a los ojos fijamente, a propósito.
- Aver, princesita. ¿Qué estás diciendo? ¿Que no quieres saber nada y quieres mantenerte en tu aislamiento social como haría una avestruz? Veamos, que tu no veas nada no quiere decir que los demás no te vean. Puedes mentirte a ti misma y rechazar lo que ahora eres, pero porfavor, no hagas niñatadas porque si es lo que vas a hacer apartir de ahora, mejor incinerate y así, finite.
Suspiró y desvió la mirada.
- Vamos a hablar te guste o no y vas a enfrentar tus problemas si tan fuerte eres, que es lo que quieres aparentar. ¿Es o no es? Y olvida lo que acaba de pasar, cosas de vampiros. Ese tio, Louis, es de lo más tranquilo que puede haber. Y te aseguro que los demás, te caerán de puta madre. Y no tienes ninguna herida ¿verdad que no? Y aunque la tuvieses, podrías regenerarte.
Dios. Cada vez que el niñato habla, el gobierno deniega una beca. La misma que le debieron dar a él para adolescentes delicuentes. Estoy empezando a soportarlo poco...
- Chris, cállate, joder. - Digo mirándolo con seriedad. Luego me giro a Romy. - A ver, no te vamos a obligar a nada, pero Maldonato nos ha enviado a buscarte. No en plan mal rollo, sólo para que la cuadrilla esté completa. Somos los cinco vampiros sin Sire, y bueno, te necesitamos. Estamos todos igual de perdidos, y no sé, tía. Estaría guay ir todos juntos, y ayudarnos unos a otros. Todos sentimos lo mismo, y nos hemos planteado qué coño hacemos aquí, y cómo vamos a salir adelante. Yo misma me cabreé un huevo cuando lo supe, y mira, yo que sé. Hay que apechugar con ello, no hay más... Entonces... Eso. Que eres libre. Que si quieres venir, estupendo, y si no, pues que tengas buena suerte, pero creo que juntos seremos más útiles que por separado.
Me echo una mano a la frente y me azuzo el pelo, por inercia.
- Mira... Louis es un hacha con los ordenadores, y puede ver cosas que los demás no vemos. Chris... No sé, parece muy borde, pero casi desaparecer, y tiene habilidades muy útiles con las manos. Thad es un tío guay, siempre dispuesto, y parece... encantar a los demás. Y yo, pues mira, no sé, soy una bestia rara, pero que rompo las caras que haga falta. Esto es lo que hay, y queremos que vengas con nosotros. Si quieres.
Y pensar que el destornillador en el pecho se lo ha llevado el pobre Louis. Lola está intentando remediar el daño, mientras yo entro al garaje. La están agobiando. Y no hay sitio para todos aquí. Intento abrirme paso entre Lola y la pared, pero no puedo. Me roza la cara su pelo rubio; ahora habla y habla, pero hace un momento no ha dudado en... era lo que había que hacer, supongo. Lola y Louis son listos.
Louis se me escurre. Lo cojo bien y me dirijo a Romy.
-¿Hay algún sitio donde pueda dejarle? Pesa -anuncio.
Y como para corroborar mis palabras, noto que se me empieza a escurrir otra vez. Maldigo en voz baja y me ayudo del coche para asegurar a Louis en mis brazos.
Mi único gesto ante toda la parrafada del chico es levantar una ceja. Le ignoro y me vuelvo hacia la rubia, que desde luego parece mucho más amable, simpática y empática. Escucho atentamente lo que dice, y quizás tenga razón. Si no les han mandado para más tonterías como la del cementerio entonces vale, puede que convivir con ellos esté bien. Con todos menos con el enano. Entonces me giro hacia… Thad, creo que ha dicho, y le hago un gesto a Lola para que espere.
- Si, perdona.- abro la puerta del coche y le ayudo a dejarlo ahí tendido- Bien, em… Lola, creo ¿no? Quizás si que tengas razón en eso de que juntos estaríamos mejor. No se cómo despertasteis vosotros, pero a mi me la liaron, y mucho. Y de simpáticos tenían más bien poco. Me mandaron de un sitio para otro como si fuera un muñeco sin pedirme opinión ninguna hasta que…- miro a Lola durante unos segundos y niego con la cabeza- Es igual. No se como os habrán tratado a vosotros, pero yo no quiero acercarme más de lo necesario a toda esa gente. No estoy negando lo que soy, pero necesito mi espacio para adaptarme a ello. No se si a vosotros os pasará… Por eso he preferido ausentarme estos días y dedicarme a poner en orden mi vida, mi refugio, mis pensamientos. Yo tenía cosas importantes en la otra vida, cosas que ya no puedo tener. Habrá gente que le resultará más fácil, pero supongo que esa gente sencillamente es que no tenía nada que perder. Yo sí; familia, amigos, trabajo, carrera…- me paro un momento y me froto los ojos- No se si tengo alguna… cualidad especial, pero si. Creo que estaría bien que estuviésemos juntos o algo. Ya que ninguno tenemos… Sire.
Ninguno. Claro. Ellos no habrán tenido la oportunidad de conocerle. Al igual que su Sire no habrá tenido la oportunidad de destrozarles la poca vida que les quedaba. Envidia, en este instante siento envidia por su suerte, por no tener que preocuparse por eso. Y odio hacia una sola persona, la única que podría hacerme llorar en toda la tierra.
Para quitarme esos pensamientos de la cabeza me vuelvo hacia Louis. Me siento incómoda viendo el destornillador. Dios mío, eso sería algo mortal, pero ya no lo es. Es tan raro…
- Oye, ¿podemos quitarle el… destornillador? ¿Es viable?
Asiento y sonrío a Romy. Me cae bien. Luego niego.
- No. Si le quitásemos ahora el destornillador, volvería al frenesí. Es mejor mantenerlo así un tiempo, hasta que la Bestia se canse. Luego se lo quitaremos. Deberíamos ir a hablar a algún sitio, ¿no?
Escucho sonar mi móvil en el bolsillo.
- Perdonad un segundo.
Y me giro para cogerlo.
Con ayuda de Romy acomodo a Louis en el asiento trasero de su coche. Cuando propone sacarle el destornillador, me vuelvo hacia Lola, interrogante. No. Pues vale.
Cuando Lola se marcha a hablar por teléfono, me vuelvo hacia Romy. Me pongo entre la puerta abierta del coche y Romy, bloqueándole la visión de Louis, pero en seguida me aparto del coche, no sea que se levante y me pege un susto.
-Nos despertamos los cuatro juntos, la misma noche que tú... al parecer estábamos solo a unos metros. Que no nos encontrásemos en ese momento fue pura mala suerte. Soy Thad Lamont -le tiendo la mano con una sonrisa.
No me había fijado hasta ahora, con todo el espectáculo de la bestia rabiosa, pero es muy guapa, y me resulta familiar.
Mierda. Mierda mierda mierda. Cierro el teléfono y me acerco a los demás. Putadón.
- Chicos. Era Alexander. Nos quieren a los cinco allí. Una vampira en Frenesí se ha atrincherado en la iglesia del Corpus Christi, y dice Alexander que es posible que el padre Marrow esté muerto o empalado. Y encima, alguien escuchó golpes, y llamó a la policía, así que la tienen acordonada. Le quitaremos el destornillador a Louis al llegar, y rezaremos.
Joder, el puto padre Marrow. Todo lo que nos enseñó ese hombre, y... Mierda.