Partida Rol por web

Alexander se desliza hasta la parte trasera de la iglesia, y abre la puerta de la sacristía, y os hace pasar dentro. Una vez la puerta se cierra, os dais cuenta de que algo raro pasa. Las sillas de plástico de la habitación están tiradas por el suelo, rotas, y muchos posters de los que estaban en las paredes están arrancados. Hay dos puertas en esta habitación. Una de ellas, la más cercana, no sabéis dónde lleva, pero por la disposición de la iglesia, quizás diríais que es un sótano. La otra conduce a un pequeño pasillo, y luego a la iglesia en sí. El silencio es estremecedor.

- ¿Y bien? ¿Dónde vamos?

Después de entrar en la iglesia sin quitarles ojo a los policías, contemplo la estancia indecisa. Si no se oye nada, supongo que en la parte de arriba no estará, más bien en la de abajo. No obstante puede que haya causado destrozos en la otra zona. Pero dividirse es una malísima idea. Estiro los dedos de la mano, sujetando en cuchillo con el pulgar y la palma, y después vuelvo a agarrarlo con fuerza. A lo mejor el niño ha hecho la mejor elección de su vida marchándose, pero seguro que Vidal toma represalias.

- Quizás deberías echar un vistazo por la iglesia y después bajar.

Alguien ha destrozado la sacristía. La verdad es que por cómo nos lo habían puesto, esperaba que presentase mucho peor aspecto. Aún así, no es precisamente alentador. Mientras deciden por dónde vamos a ir, me acerco a la puerta del final del pasillo y pego el oído, tratando de escuchar si hay alguien al otro lado.

No tengo muchas ganas de bajar al sótano. De ahí no nos podemos escapar, si bloquea las escaleras. Y está bajo tierra y es oscuro y húmedo, seguro. Ahí es donde está, seguro. En las películas y en las series de televisión siempre están ahí, o en el altar.

Alexander enarca una ceja mirando a Romy.

- ¿Deberías? No, rubia. DEBERÍAMOS. Estamos todos en esto, no sólo yo, así que esto será trabajo en equipo. Así que decidid.