—Maravillosa elección —alabó el armero—. Una del .38 para el señor Limone, discreta y rápida con 9 balas en el cargador.
La rápida respuesta de Paulie no difuminó las palabras que el pezzonovante había utilizado para describir a la joven: alta y morena, con una mirada decidida, casi desafiante y de una tez pálida que hacía parecer que su rostro se tratase de mármol de carrara esculpido. También confirmó que se aseguraba de que no vistiera nada mal por lo que era difícil que en aquel domicilio hubiese dos jóvenes con esa descripción.
—Tengo otras, si sois del mismo parecer— agregó finalmente Paulie dirigiéndose esta vez a los otros tres quienes estaban analizando sus opciones con ojo clínico.
He actualizado vuestros últimos dos post para quitar las negritas ;-).
@Viento divino. Descuida, normalmente los findes no es obligatorio postear pero me acerqué a un pc y vi que había post así que fui avanzando. Al final cabo estamos en la introducción y lo mejor era no alargarla demasiado.
@Perro. Aquí os dejo las armas para que digáis cuál preferís, os deja sobre el mostrador las armas cortas con una recarga extra y la Tommy. (Thompson) Nada de escopetas ni fusiles
DPA disparos por asalto.
Voy a dejar hasta esta noche por si Sauronheavy quiere postear algo.
Inspecciono tranquilamente las armas y guardo las dos del .22 en el interior de mi gabardina.
-Paulie. Son hermosas. Muy propias para la ocasión. Por cierto, ¿Cuál de todas es más fácil de encontrar en la calle? Quisiera una... para una dama.
Máster: Ojo las negritas, no entiendo tu pregunta... ¿Preguntas por un arma fácil para que use una mujer? Confírmame porfa también que coges revólver y pistola del .22
Viento: Si, tomo el revolver y la pistola del .22. Y si, pregunté por un arma fácil de usar para una mujer, aunque una que fuera fácil de conseguir en las calles (ya sea legal o en el mercado negro).
—Las del .22 siempre. Son pequeñas y algo más ligeras, tal vez el revólver pues es más facil de usar... Pero ambas son fáciles de encontrar —se detuvo en su explicación unos segundos mirando a su interlocutor—. Esa es una strana pregunta la que me has hecho.
Cuando digo ojo las negritas, me refiero a: "La narración en tercera persona, sin negritas. Los diálogos se identificarán con un guión de acuerdo a las reglas de escritura de nuestro idioma."
John escuchó tranquilamente aquella insinuación, pero en lugar de maldecir para sus adentros, se mantuvo en la calma más absoluta.
—Hay una dama que tal vez piense en suicidarse esta noche. y no creo que una Tommy, sea precisamente el arma más adecuada. Pero por si las dudas, tal vez debería llevarme la .38—
Es una verdad universalmente aceptada que todo empleado asciende hasta su máximo nivel de incompetencia. Ese no era el caso de Marco Rossi. Porque Marco había nacido sabiendo su lugar y, aún si admitiéramos que en alguna ocasión le entraron dudas al respecto, la vida se encargó muy rápido de quitárselas de manera brutal y efectiva.
Marco había sabido desde muy pequeño que el mundo estaba controlado por tipos listos, muy listos, y que él no era uno de ellos. Pero en vez de luchar, protestar y patalear para ascender fuera de su nivel de competencia, Marco se conformaba. La vida era demasiado compleja en las altas esferas, y tirar de los hilos requería de unas habilidades y unas ganas de las que él, sencillamente, carecía. Que se quedasen los tipos listos con sus problemas, sus ambiciones y sus disputas, que él se contentaba con una comida caliente y una cama suficientemente cómoda. Marco era un tipo feliz, a su modo, porque era un tipo sencillo. Y los tipos sencillos nunca cuestionan las opiniones de sus superiores. Porque sus jefes son listos, y por ello son jefes. Por eso, cuando el Renzo hizo sus sugerencias al señor Panepinto, Marco permaneció en silencio sepulcral. Y eso le ahorró un problema.
Marco, además, era un profesional, pero uno de verdad, no uno de esos dandis repeinados que usaban el prestigio y la autoridad que les daba el apellido de la familia para sus fines personales. Por eso Marco vestía traje, que llevaba con la elegancia debida cuando se actúa como representante del prestigio de una familia, pero su vestimenta carecía totalmente de ostentación de ninguna clase: ni riqueza, ni estatus. Marco nunca se llevaba el trabajo a casa, pero tampoco sus emociones al trabajo: su vida estaba dividida en dos compartimentos estanco. Cuando estaba trabajando, Marco era un empleado modelo, y su inquebrantable lealtad al señor Panepinto estaba basada en la fe más ciega en su infalibilidad y su buen hacer. Por eso, cuando les encargaron matar a sangre fría a una mujer por el capricho de un político, Marco se limitó a asentir con la cabeza dándolo por hecho mientras se reparaba en el curioso detalle de que aquella mujer y él compartiesen apellido.
Marco tampoco era muy hablador. Era una persona tan tranquila como callada el noventa y nueve por ciento del tiempo. Nunca se le había dado muy bien el arte de la palabra porque esa una habilidad característica de los tipos listos que dirigían el mundo. Y, recordemos, él no lo era. Cuando callaba, su cara adoptaba una expresión relajada y casi inmóvil que contrastaba con las tensiones que en ella aparecían cuando se le sometía a la tortura de una larga conversación. Así que cuando Paulie le enseño aquel repertorio de herramientas de trabajo, tras una expresión tan opaca e inmutable como una máscara mortuoria, Marco le dijo:
—Una del 22 y una del 38*, Paulie —su voz era grave y cavernosa, y pronunciaba las palabras con cierta lentitud que los más necios achacaban a su falta de luces—. Nunca se sabe.
Bueno, como solo hay un post voy a llevar al personaje como quiera, que no hay jurisprudencia previa casi xD. Subiré una minihistoria y descripción cuando acabe de pensarlas, más para ayudarme a mí a llevar un personaje coherente que para el master. Y me pongo con el sistema, dadme un par de días al respecto
*Director, si solo puedo una, modifico el post y pido solo la del .38, pero no me pareció disparatado
Las palabras de Marcelo no significaron nada para Renzo, era evidente para él pensar que Marcelo como todos allí sólo quería hacer bien su trabajo.
Renzo reflexionó que Pauli había ignorado su petición inicial, en parte por la interrupción impetuosa de Marcelo que había distraido la atención del armero y por otra parte al permanecer en la línea de atrás de Marcelo y John junto a Marco lo que dificultaba ser tenido en cuenta. Así que decidió esperar al final una vez que todos sus compañeros tuvieran ya armas consigo para volver a intentarlo y centrar la atención sin más impedimentos.
Pero debido a que su inteligencia no era baja precisamente, una vez que John terminó de parlamentar con Pauli y se retiraba hacia atrás para que Marco pudiera tratar con el armero... le susurró algo al oído a John de forma que era imposible que Pauli o Marco pudieran darse cuenta; uno por ser tapada su visión por el cuerpo del gorila y el otro por estar de espaldas pidiendo lo que quería. Entonces siendo hábil con eso procuro que le fuera difícil a Marcelo escucharlo también por la posición que Renzo adoptó para que sólo su oyente lo captase.
Mientras todo eso sucedía esperando el trato con Marco, finalmente le tocó el turno a Renzo de hablar.
—Ese fusil del .38 de ahí —pidió con firmeza y luego añadió—. ... ¡Ja, ja, ja! ¡Era broma Pauli, si vieras la cara que has puesto!
»En realidad sólo podría coger la Pistola del .22 pero insisto en lo del "silenciador" porque lo voy a necesitar.
»Los silenciadores en cuanto a absorción térmica dan el mejor resultado con el cartucho .22 siendo la combinación perfecta de éxito y son de fabricación sumamente sencilla.
»Como no veo en principio ningún silenciador a la vista y antes de que articules una sola palabra Pauli te voy a ser más sincero todavía, el Don me ha ordenado algo personalmente y soy yo el que ha de decidir el arma que voy a empuñar para lograr el éxito que merece la petición que nos afecta en el fondo a todos, si incluido tú Pauli porque yo no me siento seguro con una pistola del .22 sin silenciador lo que ocasionaría problemas a la familia. ¿Y no querrás que eso pase?
»Perdona por decirte todo esto pero tuve un mal día mi cara debería darte una pista y sino va con silenciador no voy a aceptar ningún arma, me las voy a arreglar con un cuchillo por mi cuenta. Pero sabes que un veterano del ejército como tú en un almacén como este lleno de armas no colaría que no tuviera algo tan básico y en cantidad variada sabiendo a que nos dedicamos en la familia, no me voy a creer otra cosa Pauli.
»En otro trabajo para la familia ya utilizé el .22 con silenciador, sólo que el arma me la había dado otro soldato. Es la primera vez que entro en tu local por lo que es seguro que los tienes.
—¡Vamos John eres más hábil que yo como "assassino"! ¿Dos del .22 sin silenciador?
»Si vuelvo a fallar, interven y me lo das más adelante. ¡Confía en mí! —dijo todo muy deprisa bien definido mirándolo de tal forma fijamente a los ojos al finalizar que le quería dar a entender sin necesidad de guiñar el ojo (como hacer una señal) la misma intención del que tiene un plan en mente. Quería creer que era alguien inteligente como él, porque un inteligente sabe reconocer a otro inteligente.
Master es un susurro clarísimo, sólo lo puede escuchar John y así lo escogí en la opción de envío del post al que va dirigido, ya lo advertí en mi anterior intervención por escrito además para que todos fueran conscientes.
Te lo he puesto en cursiva negrita porque desconozco como quieres que sea escrito un susurro.
Máster: poniéndolo por escrito:
-Cállate y deja de ponerme en evidencia- susurro el mafioso a su esposa.
John se encogió de hombros al escuchar esas palabras y solo murmuro un ligero -Suicidio... accidente...
—¿Un silenciador? ¿Tú sabes lo que cuesta eso? Por aquí apenas tenemos de eso. Supongo que si os han pedido algo, esperan que seáis creativos—. Le dijo acercándole el revólver del menor calibre.
Con esto, lo armas fueron escogidas, algunos decidieron llevar otra extra por si acaso. Y es que en aquellos tiempos toda seguridad siempre era insuficiente. Limone además de su arma corta, decidió tomar la responsabilidad de portar la ametralladora Thompson 1919.
Eran cuatro, sicilianos que descendían los peldaños metálicos en silencio. Únicamente unas pisadas que sonaban con más estruendo era lo que rompía el silencio. Bueno, eso y el coche.
Escaleras abajo un Ford modelo A de color negro les esperaba, el mecánico lo había dejado listo en cuanto les vio subir escaleras arriba así que estaba arrancado y gruñía como un perro que va a salir de caza. El sonido de la portezuela al cerrarse confirmó que el subfusil estaba guardado y a buen recaudo. Era un arma que intimidaba, tal vez demasiado por lo que no convenía que viese luz salvo que la situación lo requiriese.
Por todos los dioses, mejor que no lo necesitasen... Al final cabo, sólo iban a matar a la cunnae de ese maldito pezzonovante. Un desgraciado por el que había que bajar al barro.
FIN ESCENA
@perro, he estado mirando este tema y se inventaron apenas unos 15 años antes. Cabe de esperar que no eran cosa extendida en el momento. Además en casi ninguna película del género suelen aparecer. Por algo será...