Partida Rol por web

—¿Te da igual lo que crea? Sí, lo he notado ¿Ves? Al menos en eso coincidimos —respondió haciendo un gran esfuerzo por sonar más tranquilo de lo que realmente estaba, pues dentro suyo comenzaba a gestarse una notable pesadumbre. Cada vez le costaba más mantener la calma, pues la muchacha y su desmedida vehemencia le resultaban exasperarte.

Luego de que Sara volviese a acomodar los hechos según su conveniencia, Mike volvió a hablar, esta vez en un tono frío, carente de cualquier emoción.

—Me duele y me preocupa que seas incapaz de ver que has sometido a alguien a un caprichoso juicio que, con más o menos fundamentos, no se basa en más que miedos y presunciones. Porque por más que Malcolm se haya codeado con el diablo mismo, es no lo convierte en un delincuente. Yo mismo me he codeado y me codeo con algunos de los personajes más nefastos de esta ciudad a diario y eso, perse, no me convierte en una mala persona. En última instancia, si su conducta fuese plausible de delito, primero se investiga y después se aprende ¿Sabes? En ese orden, no en el que tu propones.

—Además te equivocas cuando dices que no confió en tus conocimientos mágicos, o que tu edad tenga algo que ver. Hubiera hecho el mismo cuestionamiento a cualquiera en tu misma situación, cosa que de hecho hice con Bob. Y también te equivocas cuando dices que, al ser policía, soy un experto en privar a la gente de su libertad. Ningún policía puede privar a las personas de su libertad. Sólo un fiscal o, en última instancia, un tribunal puede tomarse tal atribución.

En ese punto el viejo sabueso hizo una larga pausa, sabía lo que quería decir a continuación, pero le resultaba duro hablar de emociones.

—Tal vez el problema sea mío, que espero seas mejor que los demás, mejor que yo mismo. De los demás ya no espero nada, salvo tal vez que cumplan su función e interpreten bien el papel que les tocó. Puede que sea injusto, porque eso también hace que te juzgue con otra vara, pero ya ves, no soy perfecto.

—De todos modos no me olvidaré de lo que hoy ha pasado aquí y tú tampoco deberías. Porque si tu estuviste mal, ya también lo estuve y fui cómplice. Tarde o temprano nos llegará la hora de rendir cuenta por nuestros actos y estoy seguro que habrá un espacio especialmente dedicado para este día.

Aquel tipo de conversaciones no eran el punto fuerte de Bob. Él era más de mantener conversaciones triviales, en especial de deportes. Todo ello acompañado de una buena jarra de cerveza y unos cuantos aperitivos para acompañar.

-Bueno, quienes me quieren dar caza son gente peligrosa, pero no es que no pueda con ellos. Es solo...es solo que nunca me ha gustado combatir. Yo diseño y creo armas si la ocasión lo requiere, pero jamás las uso, eso no va conmigo. Soy alguien con un espíritu creador y por tanto, tomar vidas no va conmigo. De todas formas, nadie es invencible, siempre existe una forma de vencer. Da igual lo poderoso que sea tu adversario o los poderes que sea capaz de utilizar, al final, todo el mundo tiene una debilidad. ¡Ah, por cierto! Yo no domino el tiempo, como ya dije, es un efecto secundario derivado de poder de controlar la gravedad. Es algo complicado de explicar, así que mejor lo dejamos ahí.

El motero se frota las manos contra sus desgastados pantalones vaqueros para hacerlas entrar en calor. Allí parado, con su poncho de color verde y ataviado con el gorro, casi parece un enorme globo. Tenía un aspecto un tanto cómico, lo cual servía a O´conner para recordar que las apariencias engañaban. Por lo que debería de estar bien atento a todo lo que su instinto le contase. Después de todo, en un mundo donde los lobos pueden adoptar la forma de corderos, es fácil confiarse y caer en una trampa.

-Irene fue una poderosa hechicera, pero su alma caritativa y su aversión hacia la violencia, provocaron que no desarrollase demasiado sus capacidades combativas. Fue por eso que se vio obligada a tomar la decisión de dejar atrás a Sara. La muchacha debería de haber sido adoptada por una buena familia, pero algo sucedió y el destino de Sara se vio de pronto arrastrado hacia uno más oscuro. El sacrificio de Irene sirvió para lanzar un poderoso conjuro sobre Sara y así, poder mantenerse oculta ante nuestros ojos. Pero el hechizo se rompió hace unos días y aunque desconozco el motivo, sospecho que tiene que ver con sus recién adquiridos poderes. Dada su herencia, sus poderes sin duda debían de ser grandes...pero debería de haber tardado meses en desarrollarlos por completo, no tan solo unos pocos días. Hay algo extraño en todo esto, quizás el jefe la esté ayudando o quizás sea otra cosa, pero deberías de mantener un ojo sobre ella. Es una joven volátil con rápidos cambios de humor y que en ocasiones, se ve desbordada por un océano de sentimientos. En fin, debo de retirarme ya o el jefe me pateará tan fuerte el culo, que su bota saldrá por mi boca. Debes tener esperanza, puede que ahora mismo no puedas ver la grandeza que hay en todos vosotros. Pero juntos, poseéis el poder para convertiros en dioses y cambiar el mundo hacia algo mucho mejor.

En un momento Mike se mostró tan cínico e insensible que finalmente le miré por primera vez por lo que realmente era y no por el hombre idealizado que deseaba en mi vida con todas mis fuerzas. En el fondo me lo tenía merecido por bajar la guarda y confiar en un extraño que decía haber conocido a una madre que me abandonó cuando yo era un bebé sin darme ni una sola opción… Si, supongo que la bondad o maldad de las decisiones son subjetivas dependiendo de las prioridades de cada uno. Por todo ello, le miré con una profunda tristeza luchando por no derramar unas lágrimas que no se merecía, antes de hablar con el corazón más que con la cabeza.

[color=#0080FF]– Dime Mike. Según tu ¿No hizo Irene exactamente lo mismo conmigo? ¿No me sometió a un caprichoso juicio que, con más o menos fundamentos, estaba basado únicamente en sus miedos y presunciones? Porque que yo sepa, a mí nadie me preguntó si quería asumir los riesgos de ser atrapada por esa supuesta tía malvada y tener la oportunidad de conocer a esa estupenda mujer que dices que era mi madre o incluso de conocer el calor de una familia. En su lugar, toda mi vida me fue arrebatada de un plumazo y fui condenada a una realidad muy distinta llena de auspicios, casas de acogida y correccionales. ¿La culpo por ello? No. Porque ella hizo lo que creía que era mejor para mí y sería una necia si no lo viera. [/color]

[color=#0080FF]-Dices que confías en mis conocimientos mágicos pero no es cierto, puesto que cuando afirmo que Malcolm ya no es Malcolm sino que un monstruo controla sus acciones y terminará haciendo daño a gente inocente, tú no paras de aseverar que estamos robándole una libertad que ya no existe. Dices que ningún policía priva a la gente de su libertad ¡Y una mierda! Conozco no uno sino varios casos en lo que esos supuestos guardianes del orden se han llevado a la comisaría a chavales de mi edad por ser “sospechosos” haciéndoles dormir en una celda por el mero hecho de que podían, o han matado a un chico de la calle, normalmente de color, tan solo porque presuntamente tenía un arma inexistente en el bolsillo... Joseph y yo somos los únicos que conocemos a Malcolm aquí. Me cae bien, me preocupo por su bienestar y me importa lo que le pase, y por eso mismo prefiero que Bob se lo lleve antes de que sea demasiado tarde para salvarle y antes de que te des cuenta de que realmente tiene un arma en el bolsillo y tenga que ver cómo le matas. [/color]

Hice una pausa para mirarle a los ojos con una mezcla de enfado y decepción, justo antes de decirle cosas que hubiera preferido no soltar en caliente.

[color=#0080FF]– Mira Mike, no esperes nada de mí. Apenas nos conocemos, tan solo soy tu compañera forzosa en esta mierda de situación. En otras circunstancias no sabríamos que exististe el otro y ni siquiera nos hablaríamos porque, por mucho que te empeñes en tratarme como tal, no soy tu hija. Tan solo soy el recuerdo de tu esposa muerta, así que déjame tranquila de una puta vez y no me des sermones de moralina barata y subjetiva. [/color] – Le grité casi en mi cabeza, totalmente fuera de mí.

Sabía que luego me arrepentiría de hablarle de aquella manera, pero estaba empezando a hartarme de que me juzgara como si fuese mucho mejor que yo, cuando lo único que había deseado desde un principio era hacer lo correcto.