Ya oías el siseo y el reptar de la gran Shinn calle arriba unos metros antes de llegar a la casa. El sonido de Takamu bajándose de ella y de ella siguiendo reptando hacia el interior del invernadero daban señal de su llegada, una hora después de tu pequeña reseña con Tai Shi Zi.
Pocos segundos después, abrió la puerta, con menos humor de el de costumbre.
¡Hola Irieeeel! Ya he llegado, ¡¿Estás en casa?!
Llego a mi acogedora casa, me estiro hasta las pestañas, miro por encima todo - Todavía no he visto si volveré o no, en cualquier caso, guardaré un grato recuerdo. - y escucho como llega Takamu - Si, estoy aquí, acabo de llegar -
Uuuuuuf... - La oyes dar un profundo suspiro.
Entonces escuchas sus ágiles pasos subir las escaleras hasta tu cuarto. Como siempre, dio cinco ligeros golpes a la puerta antes de entrar por su cuenta en tu cuarto, con aire risueño. Aunque no tan risueño como de costumbre.
¿Qué? ¿Preparando la maleta? - Pregunta con las manos a la espalda, ladeando la cabeza escudriñando con la mirada entre tus cosas intentando divisarla.
Asiento levemente -Tampoco tengo otra opción. - digo algo resignado. La miro afectivamente - Si quieres, me puedes ayudar, así seguro que no se me olvida nada. - y sonrío un poco.
A Takamu se le ilumina el rostro un momento, al oír tu sugerencia. Incluso las serpientes de su cabza alzan levemente su cuerpo ante la idea, compartiendo, como siempre, una conexión empática con su... dueña, por llamarlo asi.
¡Claroooo! ¡A ver, dime qué necesitas! - Dice mientras en seguida se pone arebuscar entre las cosas de tu habitación.
Lo cierto es que pasáis un buen rato, sobre todo Takamu, haciendo la maleta. Aunque, la verdad es que si no fuera por la activa torpeza y el humor de la mujer, habrías acabado antes tú solo.
Aunque, cuando estabais acabando la maleta, a Takamu la notabas algo rara, como si no supiera muy bien qué decir.
Cierro la maleta, me giro y me quedo mirándola - ¿Qué ocurre? - digo con tono afectivo.
¿Eh? ¿Qué? Ah, ehm... Nada... ¿Qué me va a ocurrir? - Dijo con una risa, algo forzada. - Si no me pasa nada... Tan sólo te vas, muy lejos. Con, otra gente y... Ya, nadie me ayudará con el invernadero y... Na... Nada. - Volvió a reír. De nuevo, quedándose algo en blanco.
Yo, este... Bueno... Tú... ehm... No, no me pasa nada. tarde o temprano mi niño tenía que irse al final. ¿No? - Añadió, con el tono de voz algo temploroso al final.
Río levemente para quitarle peso al asunto, aunque si que lo tiene - Vas a echar de menos que haga el trabajo sucio del invernadero, di la verdad - y vuelvo a reír. Miro con uno de mis ojos por la ventana - Aunque me vaya, sabes que mantendremos el contacto. De todas formas, tampoco creo que me vaya de por vida. Estaré bien. -
A Takamu parecen envidriársele los ojos, pero, con una sonrisa parece contener lo que en un principio podría parecer una cascada de lágrimas.
¡Claro que lo mantendremos! Te escribiré cartas, o... O te llamaré por teléfono, o... O te mandaré mails, o... ¡O incluso puedo ir a visitarte! ¡Sería divertido! ¿Eh? - Dice con cierto entusiasmo. - Sólo tengo que ponerme una peluca. Y hacer que mis chicas se estén quietas, jejeje. - Dijo pasando su tersa mano por las serpientes de su cabeza, las cuales se dejaron tocar, mansas.
Entonces, se puso algo seria, pero de repente se sobresaltó, como sis e hubiera acordado de algo importantísimo.
¡Oh! ¡Aaaaah! Un momento. ¡Sí! ¡Sí! Eso sería genial. - Dice sin más, saliendo de tu cuarto. Aunque un segundo después de haber salido, asoma la cabeza desde el pasillo. - ¡Espera aquí, ahora vuelvo! - Te dice algo alterada, pero sonriente.
Tras un breve momento, volvió a tu carto más tranquila, y portando algo pequeño en las manos.
Se sentó junto a ti en la cama, y te enseñó el pequeño objeto que había traído.
Toma... - Te dijo mostrándotelo y ofreciéndotelo. Era un pequeño anillo, de color verde jade, con unos pequeños relieves decorativos. - Quiero que te lo quedes. - Te dijo mientras alargaba el brazo para que lo cogieras, con actitud infantil.
Tirada: 1d100
Motivo: Vol
Dificultad: 68-
Resultado: 38 (Exito)
Sonrío ampliamente y cojo el anillo, poniéndomelo al momento - No me lo voy a quitar. Muchas gracias. - me giro y meto la mano buscando algo en una de las bolsas de viaje y saco un sencillo colgante con un ojo - No puedo ver a través de él, pero siempre echaré un vistazo por los caminos que vayas eligiendo. -
Takamu, emocionada, coge el colgante sonriente.
Oooooooooooooooooooooiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin... ¡Aaaaaagh! - Te ataca dándote un alegre abrazo, con cuidado de no pincharse con las partes puntiagudas de tu cuerpo y no dañarte los ojos. - ¡Yo sí que no me lo quitaré! - Dijo mientras se lo ponía. - ¿Sabes? El anillo que te he dado, era de mi abuela. Creo que era un cosa sacada de un mistess de esos... O no... No lo se. Nunca le he prestado mucha atención, jejeje. Pero es importante para mi.
Cuídate mucho, ¿Eh, Iri? Sabes que yo... Y... Te... Ains, yo, en fin... Ya sabes. - Era curioso, con lo activa y cariñosa que solía ser Takamu, lo que le costaba a veces exteriorizar ciertos sentimientos en palabras. - Te quiero mucho, Iri. - Dijo al fin, dándote otro abrazo. Esta vez, más suave que el anterior.
Comparto su abrazo - Yo también, y de nuevo gracias por el anillo. - y de nuevo más calmados los dos añado - Bueno, ya lo tengo todo hecho, sólo falta esperar a mañana... -
Sí. Es cierto, eso también tenía que decírtelo.
Iriel. Esta actividad con Crepúsculo se hace a espaldas de la trubi en general. Mañana os llevaremos al palacio de nuestra señora para que partáis desde allí. Vuestra cuartada es simplemente que sois enviados a otra de las 6 tribus. - Te explica, con un tono más serio. - De todas formas, todo será dicho mañana.
Asiento levemente - No te preocupes, sabes que no soy muy dado a ir hablando de las cosas relacionadas con la Triada por la Tribu. En cualquier caso, es bueno saberlo. - miro de nuevo por la ventana - No debería de tardar mucho en irme a descansar, aunque no es que me apetezca demasiado. -