Tai Shi Zi os miró sonriente, aunque de nuevo notaste que se paraba más en ti.
Bueno. Pues preparados. - Dijo con leve efusividad. - Ya veréis como os gusta nuestra sede.
Ah, por cierto, ¿Es la primera vez que montáis? - Inquirió, quizás refiriéndose al teletransporte.
Con un leve asentimiento - Sí, es la primera vez que usamos el teletransporte - mientras pienso para mis compañeros - No se por qué, pero creo que no va a ser un viaje agradable -
Sí, lo es. - Dijo Covel casi a la misma vez que tú, mientras que Elcadia asintió con la cabeza.
Esta vez, estoy de acuerdo. Creo que no hace falta mirar al futuro...
Tai Shi Zi se hizo el sorprendido, pero ensanchó su sonrisa en gesto de diversión.
¡Ah! Oh... Pues, en fin... Más vale que no hayáis desayunado fuerte. La primera vez suele ser muy... Caótica, quizás. - Dijo, con un tono alegre, casi regodeándose. - Pero traqnuilos, enseguida uno se acostumbra.
Corshana: ¡Atención! ¡Activando el teletransporte! Situaros en coro, sobre los círculos luminosos. - Dijo, para que acto seguido le hicierais caso, y los cinco os pusierais sobre un círculo de los en el suelo.
Sonidos eléctricos, motores y circuítos en excitación ascendente creaban un ruído cda vez más audible, a la vez que se formaba una extraña bola de una materia semitransparente en el centro de los círculos de luz, donde estabais. Frente a vosotros, una bola no más grande que un balón de futbol se creó a un metro y medio suspendida en el aire. La esfera parecía hecha de un material moldeable y transparente, en contsante mobimiento, como si estuviera hecha de agua.
Bueno, ya está. Shadow, ve tú primero para que vean cómo es. Yo me quedo hasta que pasen los tres. - Comentó el hombre.
Tras ello, Shadow dio un paso al frente, un paso hacia la esfera. Entonces, en menos de dos segundos, la esfera se dilató hasta cubrir todo el cuerpo del negruzco hombre. Tras eso, la esfera volvió a su estado y tamaño normales. Había, literalmente, devorado a Shadow.
Elcadia se exaltó. No podía ver nada, aunque le describíais más o menos lo que iba pasando.
Resultaba temeroso el dar un paso para ser devorado por la bola...
Pero Covel no dudó, fue el siguiente en dar un paso, y fue el siguiente al que la bola tragó.
Sus pensamientos eran confusos. De hecho, la conexión telepática se cortó, tras notar unas caóticas y abrumadoras ``interferencias´´ Fue como un apagón brutal.
Por el contrrio, Elcadia parecía algo reacia a dar el paso...
Me quedo mirando a Elcadia - Avanza, no te preocupes, Covel está al otro lado esperándote y yo voy a ir detrás tuya, no pasa nada. - y le dibujo mentalmente lo que tiene que hacer al tiempo que señalo con el brazo la esfera para que inicie la marcha - No voy a dejar que te pase nada, de verdad -
Con algo de ánimo renovado, Elcadia da el paso que tenía que dar. De todas formas, casi no le hubiera dado tiempo a echarse hacia atrás del sobresalto de ver cómo la esfera de 25cm de diámetro se dilataba y la engullía en menos de dos segundos.
Ya sólo quedabas tú, y Tai Shi Zi, el cual te dedicó otra de sus constantes y ambiguas sonrisas.
Adelante. - Se limitó a decirte. - Yo seré quien vaya tras de ti.
Una breve mirada a la esfera. Un breve barrido por las caras de la sala, Corshana constante de los mandos, Raven con su expresión enfadada, Lady Surisae con su actitud en cierta medida altiva e indiferente, y, Takamu, con sus ojos esmeralda fijos en ti, incluso cada una de las serpientes de su pelo te miraban fijas. Sus cejas estaban compungidas, pero en su boca había una sonrisa.
Fue la última vez que viste a Takamu, antes de dar el paso, y dejar que la esfera te devorase...
Una vez que la esfera te devora, no sientes, ves ni oyes absolutamente nada. Nada absoluta, vacío inmenso y eterno, incluso, durante un instante, tenéis la duda de que has muerto.
Nada absoluta.
Después experimentas lo siguiente.
Avanzas sin moverte, asciendes callendo, das vueltas sin control mientras permaneces estático, ote sientes en todas partes y en ninguna, lo ves todo con los ojos cerrados. Gritas en silencio, muerto de miedo, sumido en una profunda tranquilidad, sientes cómo tú cuerpo se despedaza de dolor en un placentero orgasmo. Arriba, abajo, derecha, izquierda, de frente, atrás, hacia los lados, y hacia ninguna parte.
Caos absoluto.