Partida Rol por web

Martha escuchó a su patrona, y para variar, no la miró por el retrovisor. Puede que fuera por que estaban en una zona con algo más de tráfico, o puede que no quisiera que se le viera demasiado la cara de pitorreo que acababa de ponérsele.

- Os habéis pasado toda una tarde con el Lameculos de la Corte... y aún así queréis más cultura... - respondió, y la burla era Patente en la voz, con evidentes esfuerzos para contener una risita sardónica. Suspiró profundamente antes de volver hablar, para recuperar la compostura. - Se me ocurren varias posibilidades... pero si lo que queréis es dejaros ver entre gente influyente, no creo que os interesen la mitad de locales que podría recomendaros. ¿Me equivoco? 

 Diazine negó, una sonrisa apenas perceptible en los labios. Como siempre, no había sabido hacerse entender por los suyos.

- Precisamente, el que nos vea gente influyente es lo que hay que evitar esta noche, ya que haría demasiado evidente nuestras intenciones. Además, si no me equivoco, vamos a tener espías detras durante toda nuestra estancia. Espías que informarán a los personajes importantes sobre que hacemos.

Suspiró mirando a su alrededor, buscando algo que beber.

- Por tanto si buscamos que nos vean más personas influyentes, haremos lo que se esperan. Si buscamos algo de diversión legal pero discreta, se harán preguntas. ¿Con quién nos reunimos?¿Por qué ahí?¿Qué tiene ese sitio de especial para nosotros?

Frunció los labios unos segundos antes de seguir.

- Y, precisamente, eso es lo que quiero. Que no me encasillen rapidamente. Que no me tomen por una diplomática más. Aquí somos peces pequeños, casi invisibles. Lo que tenemos que hacer es que se pregunten si somos realmente peces pequeños e inofensivos o si estamos utilizando nuestra invisibilidad porque tenemos armas ocultas.